31/12/08

Cumbia

Acabo de subir un breve post con -se supone- alguna que otra reflexión de fin de año. Satisfecho (uno se autosatisface demasiado facilmente) con la labor, hago "clic" y observo, muy orondo el resultado.
¡Socorro, es el post N° 13, justo a fin de año! ¡Recontra socorro, soy supersticioso! ¿Y ahora qué hago?
Fácil. No hay como los Reyes, los inigualables. Los Wawanco. Genios de la cumbia, la de verdad, esa que es de Colombia, por más que la toquen en la Argentina.
Vamos con los Wawancó, post N° 14, y muy divertido. ¡A bailar!



Y... uno es un cabulero... Me voy, debo convencer a mi corazón que me siga soportando.

C'est fini


Se termina el año, normalmente uno intenta hacer un balance de los sucedido y proyecta, sueña o desea lo que vendrá. Ahora bien, ¿y si no lo hacemos? ¿Qué pasaría?
O, cambiando el punto de vista de la misma pregunta, ¿hacemos un balance o simplemente nos esforzamos por mostrarnos alegres y felices a la medianoche, cuando suenan las campanas y nos atragantamos con la uvas?
Balance, balanza... ¿qué palabra viene de la otra? Además, ¿por qué un balance debe asociarse al equilibrio de la balanza? ¿Por qué insistir en equilibrios que no existen, ni existieron y, lamentablemente, creo no existirán?
El problema de ir pasando los años es que por cada uno que es transitado se incrementa el stock de recuerdos de los tiempos pasados y, a cierta altura de las circunstancias (digamos con unos añitos encima), éstos nos llevan a la nostalgia. Uno se pone emotivo. Ya están los que no están y es jodido darse cuenta.
En el otro lado de la fatal balanza se apilan las esperanzas, que nunca faltan, más allá de toda edad o etapa de la vida que se transite.
Debo confesar que este fin de año me toma un tanto reflexivo, muy poco festivo, no necesariamente triste. Es que -al menos en lo que a uno respecta, Argentina mediante- este año que termina ha sido complejo, dificil; tanto como la Argentina misma. Y encima, colmo de los colmos, ahora nos venimos a enterar que en el "primer mundo" las habas se estaban cociendo, cual guiso medieval, con hogar, cuenco de hierro y bruja incluida.
En fin, esto de los balances no es un asunto que me cuaje demasiado. Creo que uno debe vivir, pensando siempre en lo que pasará mañana, en lo que puede ser. Es bueno mirar para atrás, pero no demasiado. Podría resultar deprimente.
Así y todo, esta vez, no puedo evitar una revisión del pasado. Debe ser porque uno ya anda algo cansado, definitivamente instalado en el equipo de los "sub sesenta".
Alguna vez deben ser revisados errores y aciertos. En algún momento hay que sacar conclusiones. Son muy pocos los sueños que quedan, muchas más las esperanzas. Me quedo con eso, con la esperanza y la fe en las nuevas generaciones.
¡Feliz Año Nuevo!

29/12/08

Pensar... en nada

Estela me recomendó la lectura de un artículo publicado en La Nación Revista del día de ayer, 28 de diciembre. Leido que fue el texto, creo que merece la pena compartirlo. Vamos al artículo.

Vacaciones, ¿para qué?

No hace falta volar a un destino exótico. En plena crisis, el descanso puede convertirse en la mejor oportunidad para embarcarse en un viaje interior

lanacion.com | Revista | Domingo 28 de diciembre de 2008

Ya que estamos, y en tren de hacer alguna que otra asociación ilícita -de esas que tanto me gustan- creo pertinente poner un poco de música al asunto; en este caso a través de Los Piojos, junto a León Giego y el gran Pappo, al que se lo puede observar jugando por el escenario, lo más pancho. El tema es, obviamente, "Pensar en nada" de León Gieco.



Un detalle final. No creo que los muchachos/as que asistieron a este concierto hayan terminado muy descansados que digamos, aunque esperanza saber que los jóvenes son de goma; también que bailar, saltar y cantar a todo pulmón son buenos remedios contra el estrés.

¿Por qué no bailamo un cachito...?

Gaza

Los diarios nos traen, una vez más, imágenes de muerte. ¿Acabará algún día tan desgraciado conflicto? ¿Es posible la paz o se trata de una entelequia? Estas cosas me entristecen. Dañan mucho. Deben ser denunciadas, cualquiera sea el lugar que uno ocupe.

Milagro de amor

Jaime Roos es uno de los mejores músicos populares sudamericanos de las últimas décadas. El es de acá nomás, cruzando el Río de la Plata. Es un uruguayo con todas las letras. Ha compuesto e interpretado temas inolvidables, como Los Olímpicos, Colombina, La Celeste, Amándote, Catalina... Son muchos y muy bellos. Aquí uno que, debo decir, me conmovió la primera vez que lo pude escuchar, y todavía lo hace: "Milagro de Amor".

27/12/08

Mano a mano

Estaba por escribir un par de cosas relacionadas con lo que creo un necesario, imprescindible, cambio de paradigmas en nuestra sociedad. Estamos hasta las manos, me parece. Hay que pensar en el cambio. Pero el asunto es muy complicado, no tengo conclusiones (¡que fanfarronería la mía, ni siquiera se por dónde empezar!) y he tomado la decisión más acertada: no escribir nada y seguir pensando en el asunto. En una de esas, un día de estos se me cae una idea...
Uno es de aquellos a los que la música, cualquiera, en especial la de su lugar, lo ayuda a pensar. La música es mágica, sobre todo si la interpretan maestros como Osvaldo Pugliese y Roberto Goyeneche en un lugar también muy especial, el Colón, ese teatro, nuestro teatro, que permanece cerrado.
A veces se me ocurre que cuando lo vuelvan a abrir recuperaremos el rumbo. ¿Qué tendrá que ver, no? O tiene mucho que ver, si es que los argentinos terminamos por decidir enancarnos en nuestra cultura, en total y absoluta libertad, sin chequeras, cambio moral mediante. En fin, vamos con el tangazo.

26/12/08

Enrique Jardiel Poncela


A lo largo de la vida se va madurando como lector. Al menos esto es lo esperable. Releer a Enrique Jardiel Poncela, muchos años después de haberlo descubierto furtivamente en los estantes de la biblioteca de mi padre, siendo todavía un niño que se le daba por leer lo que todavía no debía leer, ha supuesto para mi deleitarme (aún más si cabe) con su excelente prosa, el humor vivo y cáustico, las situaciones disparatadas y un sinnúmero de ocurrencias que sin lugar a dudas fueron en su tiempo revolucionarias.

Ayer, por la tarde, tuve la ocurrencia de buscar –una vez más- por los estantes de mi biblioteca aquel viejo ejemplar de ¡Espérame en Siberia, vida mía! que mucho tiempo después de aquellas incursiones infantiles, nunca del todo confesadas aunque obviamente conocidas, le pedí a mi padre que me regalara, cosa a la que gustoso accedió toda vez que él se quedaba con Amor se escribe sin Hache, la magistral La “tournée” de Dios y la no menos buena Pero… ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?

La búsqueda no tuvo éxito. Se ve que –fiel al consejo que el propio Jardiel Poncela daba a sus lectores- la habré prestado y ya nunca volverá a casa, seguirá dando vueltas por ahí, entreteniendo a quien lea tan divertido texto (una parodia a las novelas de aventuras) en el que se relatan las peripecias de Mario Esfarcies, un joven rico a quien se le diagnostica un cáncer. Ante el temor a morir entre los sufrimientos de la enfermedad decide suicidarse, testando en favor de su mejor amigo. Como no tiene valor para quitarse la vida de propia mano, contrata a un asesino que deberá matarlo. El amigo, futuro heredero, aumenta la prima del asesino para que acelere el trámite. Pero resulta que Mario luego decide que no quiere morir y huye, citándose con la mujer amada en Siberia.
La persecución se extiende por diversas ciudades de Europa y, por supuesto, las cosas concluyen de modo inesperado, final que no cuento porque sería de muy mal gusto hacerlo y arruinar el deleite de descubrirlo por si mismo a algún amigo lector.

Admito que, en un primer momento, tuve una cierta sensación de desasosiego. Quería volver a recorrer una vez más esas páginas, insisto, para mí mucho más que buenas. Pero, como diría el Chapulín Colorado, “no contaban con mi astucia”, razón por la cual me puse a hurgar por Internet, a ver que encontraba sobre este prolífico dramaturgo y novelista español (ver breve biografía) capaz de descerrajar, sin que se le moviera un pelo, frases tales como “si vuestra prometida es realmente una santa, llevadla inmediatamente al altar; pero dejadla en él y volveos a casa.”
Encontré de todo un poco. Rescato este sitio (buscar) en el que, entre otras maravillas, es posible “bajar” en formato Word dos de sus obras: Amor se escribe sin Hache y Un marido sin vocación. También un texto de Juan B. Heinink y Robert G. Dickson, Jardiel Poncela en Hollywood: La melodía prohibida. Espero disfruten tanto como yo a este maestro de la literatura moderna española.

Otro si digo: Jardiel Poncela supo andar también por nuestro país, allá por los años treinta. No sólo realizó una gira teatral, sino que adaptó el guión de la película de Francisco Mugica Margarita, Armando y su padre, basada en la obra teatral del propio Jardiel Poncela. Esta película se estrenó en el año 1939 y en ella actuaban, entre otros, Florencio Parravicini, Mecha Ortiz, Ernesto Raquén, María Santos, Carmen Lamas y Pedro Quartucci.
Luego, ya en el año 1962, se filmó Tu y yo somos tres, con la dirección de Rafael Gil y la actuación de Analía Gadé, Alberto de Mendoza, José Luis López Vázquez, Manuel Gómez Buhr y otros.
Los interesados pueden acudir al sitio (aquí) Cinenacional.com. No está nada malo el lugar.


Nota: la imagen que ilustra este post ha sido tomada del sitio web aludido en el texto.

24/12/08

Una tarde

Hoy es 24 de diciembre, son las tres de la tarde y la Noche Buena se viene viniendo. Bajamos un cambio, las tareas y trámites propios de la actividad profesional –en especial las de aquellos que trabajamos en la actividad privada- van aflojando poco a poco.
En lo que a mí respecta, esta mañana alenté a Marcelo a que vaya a hacer de Papá Noel por las calles de la ciudad, en apoyo a una institución que trabaja con niños y jóvenes con capacidades diferentes; insistí a Diego a que se traslade a Río Grande (a 200 Km. de Ushuaia) para estar con su familia y conminé a Cristian a que se enfrasque, junto a su padre, en el lechón del 24, al parecer una tradición de su familia. De paso le pedí que me guardara un pedacito. Debe estar bueno ese lechón, si es que lo comienzan a asar con unas doce horas de anticipación. En otras palabras: la seguimos después, muchachos, es más importante estar con los nuestros.
Yo me vine para casa, puse un CD de Luis Salinas, “Clásicos de Música Argentina”, que no es una obra de arte, es mejor. Da paz.
Hermosa, más que hermosa, música argentina interpretada por un tipo que para mí es magistral y –encima- acompañado por un par de músicos de primera, incluyendo a su padre en la harmónica. Es especialmente bella la interpretación de “La Calandria”, de Pedro Favini y el “Chango” Nieto.
Linda la música del litoral, amigable y dulce; ella fluye, como el Río Paraná, o el Uruguay, se detiene en los meandros del delta del Río de la Plata y luego, allá va, al mar, al espacio infinito de este mundo lleno de océanos.
Y no solo me regalo con la música que comento. Me acompaña un vasito de tinto nacional, el mejor, que se saborea de poco, como todo lo que merece ser saboreado en la vida: la mujer amada, mis hijas, los buenos amigos. Lo que vale la pena se vive de a poco. Por eso vale la pena.
Hablé de amigos. Es bueno tener amigos y es más bueno ser amigo. A veces pienso que los amigos son algo así como el espejo que refleja lo que nos falta, lo que no somos. ¿Será así?
Ahora bien, ¿qué es o qué se supone es un amigo o amiga? Difícil respuesta, muy difícil. No descubro la pólvora si afirmo que uno se lleva sorpresas, en especial aquellas que resultan inesperadas, como cuando quien nunca imaginaste lo haría, sabe tender su mano. O la esconde. Uno nunca sabe, cosa que no deja de ser un detalle interesante, agrega pimienta al guiso de la vida.
En fin, tarde de afloje y recuerdos. Una tarde.

23/12/08

Noche Buena



Mañana es 24 de diciembre y por estos lares festejaremos la Noche Buena, o Navidad, si se prefiere.
No seremos los únicos. Millones de seres humanos, con diferentes enfoques y creencias, harán lo mismo. Y digo más, también hay otras celebraciones por estos días, como la Januka judía.
Mi cultura es cristiana y pienso en Jesús. La cultura de otros, hermanos, seres humanos, pasará por otro sitio. En realidad esto no es lo más importante, según creo. Lo central es el sentido profundo que estas celebraciones tienen: la vida, nada menos.
Celebremos la vida, recibamos con alegría la luz. Estemos en paz. Que tu Dios, aunque no tengas ninguno, te bendiga. ¡Felicidades!

16/12/08

Bauhaus


Hacia fines del siglo pasado, ese que para los que peinamos unas cuantas canas parece no haber pasado, tuve la suerte y el gusto de conocer personalmente lo que hoy queda de la Bauhaus.
Es que hacía unos treinta años que deseaba poder hacerlo y treinta años no son pocos. Entre otras cosas hubo que esperar que se cayera el dichoso muro de Berlín.
Para no pecar de extremista debo admitir que no es este el único caso en el que un conjunto de hombres y mujeres producen una revolución en términos de diseño, arte, arquitectura y unas cuantas cosas más. Lo que pasa es que esta gente (Gropius, Kandinsky, Klee, Van der Rhoe, Albers, y tantísimos más) revolucionaron el siglo XX, el de uno. Tanto fue así que, por ejemplo, todavía hoy es funcional, actual y apreciado un diseño como el de este sillón, que tiene unos 80 añitos en su haber.


No hace falta que este ignorante escriba pretenda refritar los ríos de tinta y los megabytes escritos sobre esta notable experiencia y sus protagonistas. Es muy facil encontrar referencias. Lo único que digo es que estos tipos me pueden.
"La abstracción es real, probablemente más real que la naturaleza". Esto lo expresó un tipo como Albers, pintor y diseñador que formuló algunos de los programas de educación artística más influyentes y significativos del siglo XX. Junto a Kandinsky, uno de los padres de la abstracción y, quizás, quien la llevó a su más alta expresión en su "Homenaje al Cuadrado"
.
Esta obra, en realidad, Albers la realiza en los '50, ya en la Universidad de Yale, toda vez que en 1933 la Bauhaus debió cerrar (bueno, es una forma elegante de decirlo, si se quiere), Nazis mediante. Pero, en 1923, el amigo ya se andaba con sus experimentos, entre otros este.


¿Hace falta que caiga en en Senecio de Klee? Bueno, ahí va, una más no molesta.


En fin, me podría pasar horas mostrando ejemplos que, por conocidos, no dejan de ser sorprendentes, admirables, si sabemos ponernos en contexto. Repito: Alemania, años '20.
Hay varios paradigmas que, hoy poy hoy, han mutado. En realidad no creo que haya un nuevo y contundente paradigma, como lo fue el planteo de la Bauhaus. Es natural, creo. Estos no son tiempos de definiciones, sino más bien de búsqueda, diversidad y mucho (pero muchísimo) humo.
Los muchachos de la Bauhaus encontraron un camino para crear con la tecnología. Hoy es la tecnología la que nos domina. No es lo mismo, en absoluto.
Ya se verá, nada es bueno o malo, sólo es y el tiempo sabrá asentar y equilibrar las cosas, como siempre.
Lo interesante de todo esto es que la belleza no desaparece, sino crece. ¿Soy muy obvio si afirmo que lo bello me conmueve? Y bueno, seré obvio. Lo bello, especialmente la síntesis de la belleza, me conmueve.
La Bauhaus ha sido una síntesis perfecta, tan perfecta como la que formularon los maestros de Renacimiento. Ellos también me pueden, aunque se trata de otra cuestión y ya habrá tiempo de concentrase en esa prodigiosa generación de artistas.

13/12/08

Se nos recibió el pibe

Era un grupo heterogéneo. Poca contención familiar, al menos en lo que a la escuela se refería. En él estaba el pibe. Grandote, dos segundos más tarde que el resto, dormilón. No entendía nada. Primera impresión, la que no nace en el compromiso, este está jodido.
Fué pasando el año y las sucesivas clases. El pibe seguía dos segundos más tarde, torpón, pero intentaba, insistía. Una mula.
Llegó fin de año. El promedio no le daba, estaban faltando unas centésimas y el fatídico redondeo lo desfavorecía. Momento de decisión, momento que muchos profesores vivimos y, si tenemos consciencia de lo que estamos haciendo y nos importa la materia prima con la que trabajamos, es un momento de angustia. Nuestras decisiones, inapelables (salvo flagrante desaguisado, pero muy flagrante debo decir) son centrales, tanto que -a veces- determinan el futuro de un adolescente. Es que muchas veces esto es un juego de trapecistas sin red, un error puede dejar estampado a un joven en el piso, del que puede no levantarse nunca más.
-¿Qué hacemos, pibe? Le dije al joven niño que tenía delante, grandote, torpón pero, insisto, persistente.
Silencio. Normalmente los chicos hacen silencio. Tienen miedo, no se animan. Podrían animarse más pero, claro está, se les debería enseñar a hacerlo, enseñarles a expresar lo que piensan o sienten.
-Estamos en el horno, el promedio no da- continué aquella mañana, en ese momento crucial, hace ya unos años.
-No sé, dijo el pibe... ¿No me puede dar una oportunidad?
Estuve a punto de contestarle que hacía nueve meses que estábamos de oportunidad en oportunidad, y varias cosas más, todas ellas propias del repertorio habitual. Pero no sé por qué no lo hice, abrí mi boca pero no salió de ella ninguna palabra. Sólo hubo un silencio denso (para mí, supongo que para el pibe más que denso fue torturante), unos segundos, dos segundos más tarde, como los del pibe, finalmente pude hablar.
-Hagamos un trato, dije. Un trato de caballeros. Te dejo un par de ejercicios que solamente vas a poder resolver en un par de años, cuando estés en el último curso del Polimodal (aclaro, en Argentina, la escuela media); si hoy comprendiste que esto es un trabajo, una construcción (la materia en cuestión era, justamente, Introducción a las Construcciones), una pared que se levanta de a un ladrillo por vez, me vas a venir a ver con tu diploma en la mano y los ejercicios resueltos.
-Los voy a hacer, me dijo el pibe.
Allí se zanjó el conflicto, heterodoxamente.

Pasaron los años, específicamente tres. Los dos que al muchacho le faltaban para terminar su escuela media, y otro más.
Una mañana, bien temprano, llego a mi estudio embarullado en los líos del día que comenzaba. Ya me había olvidado, lo confieso, del pibe que ese día, frente a la puerta del estudio, me estaba esperando.
-¿Qué hacés? Tanto tiempo sin vernos. ¿Qué es de tu vida?
-Vengo a traerle los ejercicios.
-¿...?
-Los ejercicios, profe, los que me dió a fin de año.
En ese momento recordé aquel momento y, obviamente, invité a pasar al muchacho a mi oficina. Admito que, mientras subíamos la escalera, me divirtió la situación y sonreí para mis adentros.
Entramos, preparé un par de cafés, nos sentamos en mi oficina y dije:
-¿A ver, qué tenemos?
El extendió frente a mí unos rollos de planos y láminas, desprolijas, borroneadas varias veces (señal de trabajo), desordenadas... pero bien resueltas. Había hecho los ejercicios, le había costado hacerlo, pero los pudo hacer. Confieso que tuve que contener la emoción. El chico había cumplido su compromiso, el pacto de caballeros.
-¿Y en qué andás ahora? ¿Estás trabajando? ¿Vas a seguir estudiando?
-Vengo a pedirle trabajo, profe.
-Pero yo no te puedo pagar. Trabajo hay, pero las cosas están muy complicadas y sinceramente no estoy en condiciones de poder pagar.
-Yo quiero aprender. Dijo.
-Pero repito que no puedo pagar y acá nadie trabaja si no cobra.
-Yo quiero aprender, insistió tozudamente, cual mula, como cuando lo conocí en su adolescencia.
-¿Así que querés aprender?
-Sí.
-Bueno, vas a aprender. Te aseguro que acá te vas a hamacar. Pero hay una condición.
-¿Cuál? Ya le dije que no me importa cobrar.
-No, pibe, cobrar vas a cobrar; no se jode a la gente. No esperes un gran sueldo, pero si trabajás con nosotros vas a cobrar.
-¿Y qué tengo que hacer?
-Seguir estudiando, recibirte de Maestro Mayor de Obras. No te podés quedar con lo que tenés, no alcanza, vos tenés un título secundario que es bastante inservible, mal que nos pese. Tenés que completar tu tecnicatura.
-¿Seguir estudiando?
-Si, boludo, seguir estudiando. Si te cabe, estás contratado.

Pasaron dos años. El muchacho, ya un joven hecho y derecho, no solo trabajó y aprendió en la práctica de la realidad cotidiana. Formó una pareja, tuvo un hijo hace unos meses atrás (un bebote tan grandote como el padre) y, finalmente, se recibió. Dos segundos más tarde, pero lo hizo. Fue ayer.

Ayer, viernes, mi cabeza estaba en Marte y mis pensamientos andaban por Plutón, o más lejos. No sé por qué se me ocurrió preguntarle a mi colaborador, el pibe, en qué andaba con sus materias.
-Bien, ya aprobé la de fulana y mengana. Me queda la de la reventada de zutana.
-¿Y qué da y quién es la reventada de zutana? Pregunté, ya que no conocía a zutana (es decir la señora profesora), cosa que es habitual en mí, toda vez que uno es un dinosaurio que todavía trasiega algunas aulas, pero el espacio escolar ha sido ocupado por otra generación y, encima, soy un despistado.
-Estructuras, me contestó.
-Jodido. Por ahí la profesora no es tan reventada y lo que pasa es que no entendés nada. Yo tampoco entendía nada cuando estudiaba estas cosas. Bueno, no te calentés. ¿Conocés a Piero?
-(...)
-Es un tipo que cantaba, no demasiado bueno. En una época se le dió por hacerse el "gurú", se vistió de blanco y se puso a cantar una canción que decía: "tranquilo, manso y tranquilo..."
-¿...?
-A ver, repetí conmigo, traaanquilo, manso y tranquilo... El pibe, que ya me conoce de memoria y sabe que cuando estoy loco, estoy loco, empezó a seguir tímidamente mi desafinada interpretación. "...con las buenas ondas, achicando el pánico..."
Si mis clientes hubieren visto la escena, rescinden inmeditamente sus contratos. Ellos creen que están tratando con gente seria. En realidad creen bien, somos muy serios, tanto como para darle ánimo a quien creía que fracasaría en su último examen. Nada menos que uno de los nuestros.

Seguimos con nuestras tareas y me enfrasqué en la resolución de unas polinómicas relacionadas con las variaciones de precios que son un galimatías.
Después de la "lección de canto" le había pedido al pibe que pasara por el negocio de informática de mi amigo Alejandro, para cambiar el mouse que habían vendido. No me gustaba. Y como Alejandro es un amigo, yo saco, pruebo, devuelvo, vuelvo a sacar, y dale que va. El no es sonso, tarde o temprano me cobra.
Como había pasado un buen rato y mi colaborador estaba desaparecido, lo llamo a su teléfono móvil.
-¿Dónde estás?
-Estoy rindiendo. Contestó susurrando.
-¿Rendías hoy? ¿Por qué no me dijiste? Dije yo, también susurrando, aunque estaba en mi oficina.
-Francisco, estoy rindiendo...
-Bueno, rendí bien. Acordate, manso y tranquilo.

Un par de horas más tarde, con un mouse nuevo en la mano, se planta el pibe frente a mí y dice:
-Me recibí.

Era un grupo heterogéneo. Poca contención familiar, al menos en lo que a la escuela se refería. En él estaba el pibe. Grandote, dos segundos más tarde que el resto, dormilón. No entendía nada. Primera impresión, la que no nace en el compromiso, este está jodido.

7/12/08

Volver

Pasaron varios meses. Finalmente volví al barrio, este barrio que vivo en cuotas pero que definitivamente me ha atrapado. Aquí estoy de nuevo, en el Abasto, mientras miro a Buenos Aires desde el nido del piso 24.


También ha vuelto Soledad, mi hija, con su carga de cajas (muchas), la mayoría de ellas abarrotadas de libros, apuntes, publicaciones y demás. Mucha palabra impresa, algo propio en una socióloga que crece cada día más.
Pero no todo son libros, hay pilchas, la piba no es sonsa. Diría que demasiadas pilchas, tantas que me acaba de decir que “no le alcanza con un placard, ni siquiera dos.” Aquí sólo hay dos, así que estamos en medio de una crisis por el uso del espacio. Para profundizarla y celebrar el encuentro, nos acabamos de comprar un par de libros (uno para cada uno, salomónicamente) en la librería Cúspide. Que no falte decían los viejos, a la hora de la comilona.

Buenos Aires, como siempre. Crispado. Por ahí ahora un poco más, lo suficiente como para seguir siendo imposible, insoportable, desquiciante y siempre amada. ¡Ay! Reina del Plata, tan bonita y tan jodida.
De todos modos, es la tarde del sábado, comienza el fin de semana y el que escribe ha decidido un cambio y fuera. El lunes volveremos a los líos; ahora es cuestión de dejarse estar y, lo recalco, disfrutar el barrio, aunque la vida no sea color de rosa y los sueños de otros tiempos hayan sido eso, solo sueños.

Cerró el boliche cuasi ferretería de Corrientes casi Gallo. Lo atendía una señora mayor, bastante mal entrazada. ¿La crisis o sólo el inexorable paso del tiempo? Nada, que no están ni el boliche ni la señora. Y lo sentí mucho esta mañana. Necesitaba un destornillador para resolver un problema doméstico y la ausencia pesó. Tanto como seis cuadras bajo el sol de esta primavera caliente. Tanto, también, como para ver una vez más como crece la lista de desaparecidos en la gloriosa y épica era K, tan fructífera para la economía, en especial la de la gente común y corriente, es decir quienes debemos trabajar para vivir y nos empeñamos en no entender el arrollador éxito, al cual parecemos condenados, según supo decir un conocido político a quien debemos agradecer el presente griego que vino de tierras santacruceñas.

No está más la parrilla, la de tenedor libre, en la esquina de Lavalle y Agüero. Allí no solo había parrilla libre. Te podías ver el clásico del fin de semana por T.V. gigante y había sitio para los viciosos fumadores, como uno.
El único problema era que el dueño era de Boca y yo de River, pero después de un par de clásicos transcurridos en contenido silencio y disimulo, encontramos un punto de equilibrio, de manera tal de cantar los goles sin vergüenza alguna o lanzar alguna exclamación cuando la pelota no entraba.
“Buena la de Palermo, jefe.” “Gran gol el de Orteguita.” Y así. Claro, en tanto pensábamos (“Palermo las pelotas, grandote con suerte, morite de una vez”, o bien “¿Orteguita? Pero ¿por qué no te lo metés en el tujes?).
A esto lo llamo pensamiento saludable, el que nos permite ser civilizados. Porque putear hay que putear, sobre todo si los del equipo de tus amores se acaban de comer un gol de cabeza de Palermo, mientras uno se come un trozo de chinchulín, que se te clava en alma.
El asunto es no llevar la puteada a los hechos. La pasión, como el barrio, debe ser positiva, afectiva. Después, claro, está la camiseta. Y no solo eso, nadie puede obviar la satisfacción de una parrillada bien comida, por caso la mía, parroquiano e hincha de River, y la de una cuenta bien cobrada, por parte del bostero, es decir, el dueño de la parrilla.
No va a pasar más, allí está el local, vacío, sin vida. Ahora es un recuerdo.

Si los de Pizzería Juanita, de Gallo y Guardia Vieja no te dejan dormir cada vez que se mandan el show paraguayo; si los Kosher no siguen increíblemente con sus sombreros y trajes negros en medio del calor de Buenos Aires, enfrascados en su Sabath; si no siguen los muchachos del taller de la calle Gallo, ocupando la vereda; si el chino del supermercadito de Corrientes no persiste en hacer caja contra viento y marea, a pesar del gigantesco hipermercado que tiene a solo dos cuadras; si el paisano porteño del lugar imposible no sigue como si nada hubiera pasado, ¿cómo ejercer nuestra civilidad, puteando educadamente? El peor error que cometen los fundamentalistas de toda laya, es pensar o creer en un imposible, propio de estúpidos: que la gente debe ser u obedecer a un único patrón, todos iguales.

Para variar me he ido por las ramas. Volvamos a la ausencia de la parrilla, que ha sido una ausencia a la rusa, bien jodida. Pero la vida, que te quita y te da permanentemente, me permitió conocer a los muchachos de Mochica. Ellos, peruanos, han puesto un restaurante (está bueno) en el que uno se puede enfrascar en cuestiones tales como un Seco de Pato, una Causa Limeña o un Ceviche Caliente a la Piedra. Anoche, después de un vuelo desde Ushuaia hasta el barrio, atormentado por la pérdida parrillera y con hambre, me entregué en cuerpo y alma (diría más cuerpo que alma) a un Arroz Chaufa Especial Mochica. Debo confesar que, una vez más, he comprobado que Dios existe. El Señor me ha mostrado un camino para mi desconocido, que merece ser recorrido: la cocina peruana.

Volver, siempre se vuelve, “con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez.”



Me voy, por ahora. Gardel es Gardel, eso está claro. Pero ¿se han dado cuenta de la poesía de Le Pera?

3/12/08

Don Horacio y mi Viejo

Me pareció que vendría bien escucharse un tango. Vamos con el maestro Horacio Salgán, acompañado por el Quinteto Real, interpretando el singular "A Fuego Lento". Esto ocurrió en oportunidad de la premiación del troesma por parte de la Fundación Konex, como el mejor exponente de la música popular argentina en la década 1995-2005 (Konex de Brillante). Y bien merecido estuvo el premio.



El hombre es nacido por la zona del Abasto, el barrio. ¿Qué más?
Pues hay más. Veamos esta reseña preparada por el programa televisivo Estilo Tango, de la ciudad de Mendoza.



Me voy recordando a mi viejo, un español de aquellos, intelectual el hombre, que se regodeaba los domingos -su día de descanso- releyendo a Aristóteles mientras escuchaba en su combinado marca "Lothermoser" (vaya uno a saber de dónde vendría el armatoste, seguramente estaba armado en Puente Alsina, Buenos Aires da para todo), escuchando la música de Salgán. El viejo, cada vez que escuchaba La Clavada, murmuraba, mientras pasaba de página, Olé... Olé... Y así.
¿Quién le inspiraría la taurina exclamación murmurada? ¿Don Horacio o Aristóteles? A mi se me hace que los dos, vaya uno a saber. Estoy seguro que el viejo, en este momento, se está matando de risa, allá arriba.

2/12/08

Acerca de la inclusión (IV)


Esta obra, El Mendigo, es una creación de Bartolomé Murillo (1617-1682), artista sevillano a quien le tocó vivir una época de marcado decaimiento económico en la vida española y, obviamente, en el corazón de su ciudad natal, siempre frágil ante los cambios en la lógica del poder.
Murillo es uno de los mejores exponentes del Barroco Español que, sin ser brillante o espectacular, supo ser bueno. En todo caso tuvo la sensibilidad necesaria para definir lo que parece que el género humano no desea erradicar: la pobreza, y con ella, la exclusión, es decir la no inclusión.


Esta otra obra no es otra que el Juanito Dormido, de nuestro Antonio Berni (1905-1981), un rosarino que sin ninguna duda dejó una clara impronta en el arte reciente de Latinoamérica, en el contexto definido por los que saben de esto como "Movimiento Neo Figurativo".
Neo Figurativo o no, Berni ha captado -como otros- lo mismo que Murillo y, como el sevillano, puso el foco en quien debe ser mirado antes que nadie: un niño, un joven, excluido, abandonado por quienes podemos hacer algo para que despierte de su sueño miserable.
Y hablando de sueños, vaya uno a saber cuáles, es imposible pasar por alto la bellísima obra del Flaco Spinetta, Plegaria para un Niño Dormido, una música de aquellos años, los de Almendra. Escuchen y vean, vale la pena. (Hacer clic aquí, por favor) (1)
También vale la pena, me parece, detenerse en un detalle: esta interpretación de Spinetta se produjo en el Salón Blanco de la Casa Rosada (sede del Poder Ejecutivo de la Nación), en el contexto de una mediática y, para mí, demagógica acción de propaganda político cultural que me animo a definir como la política del Tero. Ya saben, el Tero pone sus huevos en un sitio y pega el grito por otro. Los argentinos sabemos de esto, a pesar de los artistas que, como Spinetta y tantos más -supongo- se conforman con poder decir lo suyo.
Los artistas no son el problema. Lo jodido es el Tero. Y más jodido aún es lo que solemos hacer la mayoría de nosotros: mirar para otro lado, mientras nos resignamos o, lo que es peor aún, nos quedamos con la foto, mientras la dura, durísima realidad sigue como si tal cosa. Deberíamos sentir un poco de vergüenza, al menos de vez en cuando. Ya va siendo hora de abandonar el puño crispado, el canto equívoco del Tero, abriendo nuestras manos a lo que supongo es la libertad, esa que no sabe de Juanitos y sí de oportunidades.


(1) Por razones que desconozco está inhibida la posibilidad de insertar directamente este video en este post, como suele suceder con la gran mayoría del material que libremente, se supone, está alojado en You Tube.

29/11/08

Para Estela

Hay músicas que es imposible no apreciar. Me parece que esta es una. Se trata de un tema de Caetano Veloso, Baby, que interpreta una de las mejores cantantes que he escuchado en mi vida: Gal Costa. Va para vos, compañera de toda la vida.

24/11/08

Cleto, Néstor y Cris


La foto nos muestra al actual Vice Presidente de la Nación. Fue electo para tal función en las últimas elecciones presidenciales, en fórmula con la Presidente, Cristina Fernández.
Julio Cleto Cobos (ver su CV), es un político de extracción radical que, en el contexto de lo que se dió en llamar "la concertación", acordó con el oficilismo peronista del Dr. Kirtchner, una fórmula conjunta acompañada -además- de otros sectores políticos que no viene ahora a cuento detallar. Para ello, así se informó al menos, se estableció una base programática que, según parece, duró menos que el tiempo que se tardó en imprimir los documentos del caso.


Ya se sabe lo que pasó (la votación de desempate del Ing. Cobos en el Senado de la Nación, su ámbito natural, según la Constitución Argentina), cuando la fallida acometida del gobierno por generar recaudaciones extraordinarias, elevando abultadamente los impuestos a la exportación de productos agropecuarios, en particular los granos más demandados por el mundo, al menos en esos días.
No haremos juicios de valor al respecto, de hecho en algún post anterior algo he dicho. Recordaremos, sí, que el Diputado Kunkel (ultra Kirchnerista) insultaba soezmente al Diputado Solá (también Krchnerista por aquellos tiempos) porque el hombre se expresaba libremente y manifestaba que el proyecto oficial adolecía de severos errores y no debía ser votado. Para ser más claros le dijo, en vivo y en directo, frente a la Nación entera "hijo de puta", a sus espaldas, como corresponde a los compadritos, que no son compadres y mucho menos hombres con lo suyo puesto en el sitio pertinente.
Lo extraordinario, ridículo y francamente paranoico, es la actitud del peronismo oficialista (porque hay también peronismo opositor, como para que la confusión sea bien confusa) hacia el Vice Presidente a partir de aquel hecho, culpando a este inesperado protagonista de primera plana de la trepidante derrota del gobierno en el Congreso Nacional, ante su empecinamiento de hacer aprobar una ley que definitivamente no contaba con el aval de la gran mayoría de la población, cosa que claramente demostraron las más que nutridas manifestaciones ocurridas en esos días.
La derrota no la propinó el Ing. Cobos sino el empecinamiento ciego del Dr. Kirtchner y sus acólitos. Hubo votación en la Cámra de Diputados y, luego, en Senadores. Ante el empate, como fija la Constitución, el Presidente del Cuerpo (esto es el Vice Presidente de la Nación) debió desempatar y lo hizo, me parece, siguiendo sus convicciones que, por otra parte, ya había adelantado.
Esto pasa, ha pasado y pasará en las democracias que son tales, y a nadie se le caen los dientes por ello; al otro día, broncas aparte, se sigue acordando o disintiendo, que para eso es la Democracia. Cada cual cumple (o debería cumplir) el rol institucional para el cual el Pueblo lo ha elegido.
Hace un par de días el ex Presidente Kirtchner, en un acto sindical, se dió el lujo de manifestar con un tono claramente ofensivo y peyorativo, diría también de compadrito sobrador, que su esposa, la Presidente, le recrimina cada mañana al levantarse "qué vice me pusiste, Néstor".
Ya conocemos varios aspectos de la personalidad del Dr. Kirtchner que no son, al menos a mi entender, muy agradables, comenzando por la mala educación. Ante el caso Cobos en sí, no se trataría de otra cosa que un insulto más, de los cotidianamente propinados al Vice Presidente por el universo oficialista. Nada nuevo en el sainete instalado en nuestro país.
Lo que me llama poderosamente la atención es la falta de respeto del Dr. Krtchner hacia su esposa, nada menos que la Presidente de la Nación, toda vez que desnuda que es EL quien pone y saca (hasta Vice Presidentes, fíjense ustedes), mientras que la señora haría las veces de "comunicadora" de lujo de los lineamientos, políticas y decisiones de todo tipo que toma EL.
Honestamente siento vergüenza por tal desconsideración y falta de tacto. Me parece que la Sra. Presidente merece más respeto, comenzando por el de su esposo.


Foto 1: Sitio Web oficial del Senado de la Nación.
Foto 2: Diario La Nación, de Buenos Aires.

22/11/08

Auguste


La obra de Auguste Renoir (1841-1919) siempre me atrapó. Sus desnudos femeninos son exquisitos, poéticos. El manejo del color y las texturas son en él un arte en sí mismo.
Esta obra, Mujer con parasol en un jardín de Argentuil (1873), me encanta. No se trata de su obra más famosa y, probablemente no sea la mejor (eso sólo lo pueden determinar los que saben, yo no), pero es notable el modo en que sus pinceladas definen toques de color colocados con precisión inigualable describiendo las flores del espacio natural, los verdes que se multiplican y las figuras humanas que apenas se sugieren, aunque las vemos claramente. No hay duda, esto es impresionismo del más puro.
En rigor de verdad no sé muy bien por qué se me ha ocurrido hoy compartir esta imagen. Ni siquiera es un día soleado, primaveral, de los que hacen de Ushuaia un sitio encantador. Hoy llueve, cosa bastante habitual por estos pagos.
¿Será que el espectáculo gris, ausente, de la lluvia dispara mi necesidad de luz, alegría, color?
Pero volvamos a Renoir quien, dicho sea de paso, no se dejó vencer por lluvia alguna. Con sus manos paralizadas por la enfermedad, siguió pintando hasta el último día, con sus pinceles atados a su brazo.
Hay un cuadro, Gabrielle y Jean (1895), que no puedo dejar de ver y admirar cada vez que puedo. Es una escena que, en su sencillez, define la belleza.


Gabrielle, mujer, madre, está allí laborando despreocupada, con su crío. Como es natural, está desarreglada -digamos de "entrecasa"- y es más hermosa que nunca.

18/11/08

Jan


Jan Veermer (1632-1675) ha sido un artista holandés que se destacó por sus composiciones intimistas, precisas, que suelen transmitir al observador cierta serenidad. Esta obra que aquí reproduzco, La Encajera (O Bordadora de Encajes), siempre me ha fascinado. Es que la concentración de la joven, su aplicación a la tarea que realiza, transmiten paz y una primorosa femeneidad.
Imagino el tic tac de un reloj de péndulo que, en el silencio de la sala, cada tanto arroja sus campanadas. Quizás en lejanos y asordinados sonidos que llegan desde un exterior que no cuenta en este momento, un instante que podría prolongarse en horas.
Luego, concluida la tarea del día, con un seguro y feliz cansancio, seguirá la vida...

12/11/08

Père Corot


Jean Baptiste Corot ha sido un artista francés del siglo XIX, naturalista o realista, aunque muchos también lo definen como "protoimpresinista" y no falta quien lo asocie al romanticismo. La verdad es que no importa demasiado salvo, claro está, para los que saben.
A mí me encantan sus paisajes, en especial los que siguen la estética del que aquí presento. Si no recuerdo mal se llama "La Iglesia" o algo por el estilo. En verdad tampoco me importa demasiado el nombre exacto de esta bellísima obra. Me importa que sea bella y que, sobre todo, transmita lo que creo transmite: paz, sosiego.
Como diría un viejo (o sea yo) a sus sufridos estudiantes, jovencísimos y plenos de energía vital, los seres humanos no podemos prescindir del arte, hace a nuestra esencia. Y si él nos acerca a Dios (o como lo prefieras llamar), mucho mejor.

8/11/08

Acerca de la Inclusión (III)

Invito a ver el video publicado por el diario La Nación, de Buenos Aires, referido al consumo de estupefacientes de niños y adolescentes en la República Argentina.
Hacer clic aquí.

7/11/08

Coherencia


Escena 1.
Abril de 2007. Lugar: La Plata. Orador: Dr. Kirchner, Presidente de la Nación.

"¿Qué más derecho puede tener un individuo que poder elegir en qué sistema jubilatorio quedar, después de haber trabajado toda una vida?". Hacía pocos días que se había abierto el período para pedir el traspaso del régimen de capitalización al de reparto estatal habilitado por la ley de libre opción.

Escena 2.
Hace unos días. Lugar: Florencio Varela. Orador: Dr. Kirchner, Presidente del Partido Justicialista, ex Presidente de la Nación, esposo de Cristina Fernández, actual Presidente de la Nación.

"Enviamos un proyecto al Congreso para que no les sigan robando la plata a los jubilados; para que las AFJP no especulen más con el dinero de nuestros abuelos. Hay que terminar con el saqueo". El proyecto de marras, como se sabe, acaba de tener media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación y prevé la coptación de los fondos capitalizados por los aportantes en el conjunto de las administradoras de jubilaciones y pensiones.

Uno es lego en estas cuestiones y creo que cabe una sencilla pregunta: ¿En qué quedamos Dr. Kirchner? No sé por qué me estoy acordando de Pinocho... y de Geppetto.

Un poco de música

A tono con los tiempos que corren, dominados por la burbuja inmobiliaria, el efecto Jazz de Cristinita, los manotazos K, Obama y, ¡agarrate las (...) mama, viene feo el panorama! creí oportuno recordar uno de los cuadros más logrados de la notable película Cabaret, de Bob Fosse. Que lo disfruten.



Otro si digo, lo que creo haber dicho en otra oportunidad. Que buen invento You Tube.

Acerca de la Inclusión

Mi hija Soledad me sugirió leer el artículo que aquí presento. Es interesante. También creo interesante que nos preguntemos ¿qué es, qué significa, la inclusión?
La palabreja es muy utilizada en los tiempos que corren. Sin embargo -pido perdón por mi escepticismo- no observo demasiada inclusión por estos lares del sur.

Los intelectuales"Consumir más es el camino a la inclusión"

Lo dice el sociólogo Zygmunt Bauman

lanacion.com | Cultura | Mi?oles 5 de noviembre de 2008

5/11/08

Esto duele

Leo los diarios. Ellos están pletóricos de notas, informes, análisis, etc. referidos a las elecciones celebradas en los Estados Unidos. No está mal, por más que los ciudadanos de ese país se han pronunciado pensando en su país, sólo un necio puede omitir que el resultado de estas elecciones tiene influencia en el conjunto de la política mundial. Guste o no, por el momento sigue siendo importante quien se aloja en la Casa Blanca y, sopongo, lo seguirá siendo por bastante tiempo.
Sigo leyendo, a ver si me entero de algo que pase o haya pasado en mi propio país. Pareciera que aquí no pasara nada cuando, en realidad, está pasando de todo. Entre otras bellezas nuestro gobierno está próximo a aprobar una Ley de Presupuesto para el próximo año que es una ficción, así como el indisimulable manotazo a los fondos de jubilación administrados por el "sistema de capitalización", bajo excusa de "recuperarlos" para bien de los propios aportantes.
Pero, con todo, creo que estas no son las noticias más importantes. Hay otras, de las que no se habla demasiado, sólo de vez en cuando, como para mitigar la vergüenza y calmar las conciencias en una sociedad cada vez más anestesiada. Son las noticias que duelen en el alma, las que rebelan, las que nos muestran lo que no debería ocurrir nunca. Noticias que duelen...


Una madre denunció que su hija de 15 años fue raptada a cambio de 100 pesos por una red de trata de personas que operaría en la localidad misionera de Oberá.
El último jueves, Gabriela Benítez desapareció sin aviso. "A mi hija se la llevaron a la fuerza. Si no, hubiera llevado sus cosas, la ropa y el celular, por lo menos", aseguró Ester Aquino, su madre, en declaración al diario misionero El Territorio.
En un principio no le quisieron tomar la denuncia porque en la comisaría le dijeron que podría tratarse de una fuga de hogar. Cuando por fin pudo radicarla, también se comunicó con el 102 de Ayuda al Niño, que dispuso de una asistente social para el caso.
La hipótesis de Aquino es que su hija fue engañada por un chico de 15 años, amigo de la familia, quien habría actuado como entregador. "En la Policía no me dijeron nada de lo que declaró él, pero a la asistente social le contó que le dieron 100 pesos por entregar a Gabriela y que con esa plata se compró una camiseta de Boca y unas zapatillas", expresó.
Según las sospechas, los reclutadores de la menor serían una pareja de rosarinos, que primero se habría contactado con el padre del chico que la entregó. No descartan que a Gabriela la hayan llevado hasta esa ciudad santafesina.


Publicado por Crítica Digital en su edición on line del día de la fecha.

31/10/08

¿Angeles?



¿Existen los ángeles? Buena pregunta ¿no creen?
Desde el fondo de los tiempos, en diversas culturas, allí están, en ellos se piensa y cree. Y casi siempre con un significado similar: ellos están, ante todo, para sostener y acercar un mensaje trascendente y necesario a los seres humanos, en especial cuando las cosas se ponen feas, por decirlo de algún modo.
Creer, no creer. Gran dilema. El escepticismo intelectual nos impide hacerlo. Sin embargo ellos han estado y siguen estando presentes en millones de manifestaciones y testimonios formulados por el hombre, intelectuales incluidos.
¿Será que existe una energía en nuestro ser que, ante la confusión y desasosiego, se instala en nuestra consciencia, a modo de autodefensa? ¿Será, por caso, que existen seres tan humanos como nosotros que tienen la capacidad de percibir la confusión del otro y, por tanto, acercar una palabra amable?
Una palabra amable... Muchas veces basta con eso, apenas una caricia al alma. No tengo idea y a medida que el tiempo va pasando mis dudas crecen. Sin embargo este mar de dudas me orienta hacia lo que creo una certeza: todos necesitamos esa caricia en algún momento.
"Las caricias son en Análisis Transaccional cualquier tipo de manifestación de una persona, ya sea verbal o no verbal, que implique el darse cuenta de la existencia de otra. Son formas de reconocimiento de los demás y son vitales para sobrevivir y vivir, tanto físicamente como psicológicamente, so pena de que, si son insuficientes en cantidad o calidad, se padezcan serios trastornos." (Wikipedia)
Confieso que en estos días hubo quien, sin conocerme siquiera, tuvo la capacidad (¿el don?) de acariciar mi alma. ¿Habrá sido un ángel?
Eso sí, mi ángel es músico, como el que ilustra este post, obra de Rosso Fiorentino, artista manierista a ultranza, nacido en la maravillosa Florencia (1494) y fallecido en la mágica París (1540).
Me queda una (¿una nada más?) pregunta: ¿Por qué no intentar ser ángeles de quienes están con nosotros? Podría resultar interesante.

Alfonsín

Invito a leer el artículo escrito por el periodista Joaquín Morales Solá. Me parece que ha logrado una buena síntesis sobre el rol y significado del Dr. Alfonsín en la vida política de nuestro país.

OpiniónSímbolo de democracia

Por Joaquín Morales Solá

lanacion.com | Política | Viernes 31 de octubre de 2008

30/10/08

Democracia


El 30 de octubre de 1983 ocurrió lo que unos cuantos intuíamos y muchos creyeron que jamás ocurriría. Raúl Alfonsín ganaba las elecciones convocadas por la corporación militar, responsable de uno de los períodos más oscuros y trágicos de nuestra historia, que se batía en retirada, víctima de sus excesos y fracasos. El líder de la U.C.R. se impuso cómodamente sobre su principal adversario, el Dr. Italo Lúder, candidato del Peronismo.
Debo confesar que aún hoy (o quizás, hoy más que nunca) siento un cierto cosquilleo, sincera emoción, al recordar la alegría, el alivio, de la gran mayoría de la sociedad argentina. Volvía la democracia y lo hacía de la mano de un demócrata. A él y no a otros le corresponde el mérito político de haber puesto en marcha las instituciones del país, incluyendo la acción de la Justicia, juicio a las Juntas Militares mediante. Y aclaro bien: juicio a los responsables, no a las instituciones, que son cosas muy diferentes.
Debo confesar también que en esos años seguí fervorosamente al Dr. Alfonsín, milité activamente en la U.C.R. y no fueron pocos los esfuerzos y las esperanzas. Luego, las cosas fueron cambiando ya que hubo muchos aciertos, pero también gruesos errores. No han faltado los días en que me sentí decepcionado.
En lo personal no he modificado demasiado mi pensamiento republicano y democrático, al contrario, no solo lo ratifico sino que creo que éste se ha profundizado. Luego, en cuanto a encontrar el espacio y los líderes con los que identificarse, las cosas se han puesto algo más complejas. Es más, entiendo que necesitamos urgentemente el crecimiento público de mujeres y hombres que encarnen el nuevo cambio, quizás el que nos lleve a buen puerto. Yo creo en la generación joven que se viene, es cuestión de tener un poco de paciencia.
Respecto al Dr. Alfonsín, quien hoy es homenajeado con justicia, entiendo que a la hora del balance histórico serán más significativas "las buenas" que "las malas". El es, ha sido toda la vida, un político. El destino, la historia, la sociedad al fin y al cabo, quisieron que encarnara la profunda necesidad que los argentinos teníamos de vivir en democracia. Ya van 25 años, quizás el período más largo -sin interrupciones- de toda nuestra historia.
Lamentablemente hoy las cosas no son como muchos las imaginamos en aquellos años. Tenemos una deuda con nosotros mismos: la democracia nos debe poder curar, educar, alimentar. Hago votos por los próximos 25 años e invito a que cada uno de nosotros ponga nuestro imperceptible granito de arena para que ya no alcance con las formas cuantitativas, profundizando el cambio cualitativo. ¡Es urgente!

Naturaleza

Haciendo una rápida lectura del diario (versión digital), me encontré con esta maravilla, una más de las que esta hermosa Patagonia nos ofrece. Me parece oportuno difundirla en cuanto ámbito uno pueda hacerlo.
Estoy seguro que la mayoría de los medios de comunicación masivos recogerán la noticia. He aquí el link al diario La Nación, de Buenos Aires, por medio del cual es posible ver un registro en video. Espero lo disfruten.

Extraño fenómeno natural en el Parque Nacional Los Glaciares

Emergió desde el agua una pirámide de hielo natural en el glaciar Viedma; no te pierdas las imágenes del momento en que ocurre el sorprendente desprendimiento

lanacion.com | Información general | Jueves 30 de octubre de 2008

26/10/08

Tarde de domingo

Esta tarde tenía pensado poner al día algunos papeles, de esos que se van juntando hasta configurar un enorme y casi inabarcable montículo sobre algún estante u escritorio. Facturas de distintos servicios, cartas, apuntes, borradores, en fin, de todo un poco. No tuve ganas, nuevamente no quise hacerlo (no por nada el montículo ha sido calificado de inabarcable) y probablemente no lo haga ningún domingo. Menos que menos por la tarde.
Esta vez la excusa no ha sido el fútbol. El equipo de mis amores, River Plate, va último y ver el esmero que ponen sus cotizados players en llevar a la práctica las absurdas estrategias que imagina su entrenador dañan alma y razón, al punto tal que hasta nuestros más enconados adversarios comienzan a sentir cierta preocupación, luego de la natural y esperable gastada. En la Argentina no hay Boca sin River y viceversa. En términos físicos diría que lo nuestro lo explica un imán.
Esta vez quien me ha dado la perfecta excusa para evadir la montaña de papeles ha sido Mark Twain.

¿Cómo olvidar lecturas tan significativas de mi niñez y primera juventud? ¿Cómo olvidar a Tom Sawyer, Huckelberry Finn o Príncipe y Mendigo? Imposible.
Por suerte uno no solo apila papeles y no faltan algunos estantes con libros, también en alegre desorden. En él, dí con una selección de cuentos editada en 1975 por Ediciones Orión (Buenos Aires), editora que ni siquiera sé si sigue publicando o, como tantas cosas, se ha perdido entre los vientos de una de las recurrentes crisis a las que estamos acostumbrados los argentinos.
Se trata de una edición económica (las llamaban "de bolsillo"), cosa más que explicable si consideramos que quien esto escribe, por aquellos años, exhibía los siempre vacíos bolsillos de un joven estudiante. Debo decir que ahora ni soy joven ni estudiante y los bolsillos siguen vacíos, crisis mediante, toda vez que estamos en la Argentina y, encima, el mundo se ha vuelto loco.
Lo cierto es que la selección preparada y traducida por Floreal Mazia (1) contiene algunos cuentos que disfruté releer después de tantos años. La Rana del Distrito Calaveras, El Elefante Blanco, El Billete de 1.000.000 de Libras Esterlinas... Son todos muy buenos y ahora, en una segunda lectura, mucho mejores.
Es más, diría que "El Billete..." es una fantástica metáfora y una muy corrosiva descripción de lo que sucede con la economía y las expectativas, al decir de estos turbulentos tiempos antieconómicos pero económicos, en que los ricos y los cercanos al Califato K se quedarán ricos y al resto que Dios lo ampare, que nada nuevo hay bajo el sol.
La historia no es demasiado extensa. Estuve tentado de transcribirla pero, dos minutos más tarde, entré en razones y concluí en que sería "extenso" reproducir el texto completo y, además, hay derechos que deben ser respetados, por más que todo el mundo se copie de todo el mundo, cada vez más alevosamente. Recomiendo a todo el que pueda hacerlo, leer o releer esta historia. Aseguro que vale la pena.
Concluyo con un breve comentario, mejor dicho una pregunta: ¿no es hermoso tomar en las manos un libro, ya gastado, con sus páginas mostrando los rastros de sus lectores y el paso del tiempo? En fin, es domingo. Tarde de domingo.


(1) Admito que no se quien es o ha sido Floreal Mazia. Por curiosidad (quien visita este espacio ya me sabe obsesivamente curioso) intenté encontrar referencias sobre este hombre en la Web. No he encontrado (seguiré buscando) datos específicos de Don Floreal. Lo que si he observado es que parece ser que este hombre ha sido un prolífico traductor (de varios idiomas) en el Buenos Aires en el que los libros no eran extraños objetos y circulaban como el agua de los ríos, pletóricos, como en la Primavera, cuando comienzan los deshielos de las montañas anunciando el renacer de la vida. Si algún amigo puede hacer su aporte, lo agradeceré.

Foto: Gentileza del sitio Web El Poder de la Palabra.

25/10/08

Maestros

Vamos con un poco de buena música. Paco de Lucía y Jaime Torres. Guitarra, charango y algo más. Promete. Ahí vamos...



¿Qué tal el joven del contrabajo? Interesante ¿no? Pero esto sigue...



Ya he contado el placer que me proporcionan las ensaladas culturales. Esta me ha dejado pipón.

23/10/08

¿Es cuatro?

Hay un viejo chiste que relata un momento en que los líderes de la humanidad necesitan imperiosamente desentrañar un misterio: ¿Cuánto es dos más dos?
Son convocados el mejor matemático del momento, así como el más insigne estadístico y el más notable de los economistas. Ellos, los sabios, debían encontrar la respuesta.
El matemático fue breve y contundente. Dos más dos es cuatro. Punto. Luego, por floreo, agregó que se trataba de un número real, positivo, par... etc.
El estadístico, ya algo sociológico, expresó que, en realidad dos más dos era un valor posible de ubicar -margen de error mediante- entre el tres y el cinco. Ya se vería, en todo caso, cuál era tal valor cuando la gente tomara sus propias decisiones.
Los líderes (bueno, los tipos/as a cargo o en el cargo, por decirlo de algún modo), a esas alturas, pensaron algo parecido a "estamos en el horno, ¿a quién se le ocurrió traer a un encuestador?"
No hubo duda, se imponía la tercer respuesta. Ella sería la síntesis, Hegel mediante. Era el turno del economista. Allí estaba la verdad, seguramente.
El tipo, luego de carraspear y poner su mejor cara de poker, preguntó: ¿Cuánto quieren que valga dos más dos? ¿Qué quieren que les diga?
Ya saben, los mercados son eso, mercados. Sugiero hacer un rápido raid por el diccionario (hasta el más berreta sirve) para buscar el significado de la palabra mágica: mercader. Y, si no les cabe, vayan a la Medina de Fez, Marruecos. Ya se van a dar cuenta de lo que estoy hablado.
Fin del palazo: si esta historia no hubiera traspasado las cuatro paredes del vetusto ámbito académico en que se desarrolló, las mariposas seguirían volando, las hamburguesas comiéndose y la pelota rodando. Pero no, allí estaban los medios. Resultado: se pudrió todo. No más hamburguesas, la pelota no dobló, las mariposas dejaron de ser libres y todos nos fuimos a la mismísima mierda.
Me encanta la posmodernidad...

22/10/08

La Revolución (Woodstock III)

Fines de los sesenta. Digamos que por acá, ya los setenta. Revolución. Unos optaron por la violencia y no faltó quien hizo algo peor: asesinó. Otros pensamos que el camino era otro. He aquí un ejemplo.



Pasó el tiempo. No ha sido tanto. Hay estúpidos que siguen con la revolución. Yo me sigo quedando en esto. La paz esté contigo.
Luego: ¿No es admirable la voz de Joan Baez?
Dedicatoria: Es para vos, querido ARGENTINEGRIBNI, romanticón empedernido.

El problema de ser defendido

Una muy conocida canción de Joan Manuel Serrat reza "...entre esos tipos y yo hay algo personal." El, si no me equivoco, expresa su repudio a tantos y tantos líderes que van de reunión cumbre en reunión cumbre, discurso que va, discurso que viene, hablando de nada. Mientras tanto esos mismos tipos (y yo agregaría tipas, porque hay unas cuantas, entre ellas nuestra Presidente), se zambullen en guerras salvajes que supuestamente liberarán a los pueblos, se masturban con cuanto especulador financiero mundial se les cruce en el camino y toman cientos de medidas que nos protegen del mal. O sea: son buenos muchachos, nos están cuidando. Nos defienden de los malos, que nunca son ellos mismos, aunque con ellos siguen de reunión en reunión, banquete que va, comilona que viene, foto incluida. Debo confesar que cada vez que cada vez que veo esas fotos, publicadas en cuanto medio descerebrador haya por ahí, me derrito de gusto, siento paz, duermo como un angelito: ellos/as me cuidan, me defienden.
Pero el maestro Serrat se ha quedado corto, toda vez que la Argentina es un país superador. Aquí nos defienden mucho más. Así da gusto ¿no?
Concluyo: ¿A quién se defiende con el próximo saqueo, uno más, que acaba de anunciar el gobierno respecto de los fondos de jubilación (AFJP) privados? ¿A los aportantes, a la bestia estatal o los señores "administradores" de tales fondos? Sólo tengo una certeza: a mí seguro que no.
Y pido: ¿No podrán dejar de defenderme?

19/10/08

Woodstock (II)

Otra de Woodstock, en este caso la memorable versión de Joe Cocker del tema "Con una pequeña ayuda de mis amigos", de los Beatles. Ahí vamos.



¿Vieron el Hammond? No es que esté obsesivo pero el sonido tan peculiar del Hammond siempre me resultó grato.

Woodstock (I)

Pregunto, si cabe: ¿Has visto alguna vez la película documental que registró el festival de Woodstock? Y pregunto de nuevo: ¿La has visto en ese entonces, siendo joven?
Espero que hayas visto esta muy buena película -más allá de la música- y, si no lo has hecho, sugiero que la busques y lo hagas. Te vas a explicar algunas cosas. Por lo pronto y aprovechando que existe You Tube (que da para todo), propongo disfrutar algunas musiquitas. En este caso vamos con Santana y su "Sacrificio Soul".



Antes de irnos. ¿Viste lo que es el baterista? Hago notar un detalle: nada de quinientos tambores alrededor del tipo. Una batería clásica. Redoblante, ton ton agudo, ton ton grave, charleston, bombo con un pedal y dos platos. El tipo la derritió.
Otro si digo: ¿Se acuerdan del órgano Hammond? Que lo parió, diría Cutaia...

17/10/08

Todo por dos pesos

Termina la semana. Suele ocurrir que los viernes, al filo de la tarde, se me da por escudriñar un poco por allí, otro poco por acá. Enfrascado en este ejercicio, me encuentro con la nota periodística que da cuenta de la aprobación del Presupuesto 2009 por parte de la Cámara de Diputados de la Nación. Todo un tema que, estoy seguro, no traerá "cola" sino la estela completa de un cometa del tamaño del Halley. Pero esto es otro asunto.
La nota (ver aquí) concluye con el siguiente párrafo: "Las lealtades van y vienen, reconocen en el oficialismo. Así como algunos se fueron, otros se acercan. Los diputados del Movimiento Popular Neuquino, por caso. Y, también, sugestivamente, los diputados de ARI fueguino Leonardo Gorbacz y Nélida Belous, que acompañaron al oficialismo en la votación en general."
¿Cómo? ¿No eran estas mismas personas -junto a quienes ocupan la Administración Provincial, sin demasiados resultados positivos, por no decir lo que la calle expresa algo más vehementemente- las que no se han cansado de denunciar, con carita de asquito, los atropellos y conductas réprobas del oficialismo KaKa?
Rayos y centellas, carámbanos y culebras. Las cosas que son hechas por un puñado de monedas, tan sólo monedas... Está visto que para ser virgen sólo hay que venderse por unas monedas y en horas de la madrugada, cuando nadie nos ve.
Me voy recordando al gran maestro de la magia Fu Man Chú, quien sostenía -en su vejez, ya bastante senil- que sería extraordinario montar un espectáculo cuyo título fuera "La Putas Vírgenes". Juro que lo del maestro es cierto, lo escuché con mis propios oídos años atrás, unos cuantos diría. El resto queda para el análisis de cada uno.

13/10/08

Por un puñado de dólares

Tengo la sensación, a la luz del lío económico mundial en el que -mal que le pese a la Sra. Fernández, nuestra presidente- también nos vemos involucrados los que habitamos estas lejanas pampas, que ha llegado el momento (o un momento) en el que se impone apelar al sentido común antes que a las variadas y variopintas interpretaciones que los "especialistas" desparraman a diestra y siniestra, muchas veces contradiciéndose a sí mismos en el término de horas. Es que el lío es grande, la fiesta demasiada y la "riqueza virtual", al decir del Sr. Aldo Ferrer (un singular economista), no tiene nada de virtual toda vez que los dueños de los botones y los "sistemas" gozan de muy buena salud y verdes billetes en algún paraíso fiscal, mientras que los seres de carne y hueso, aquellos que trabajamos y producimos, estamos pagando el banquete. Y lo que es peor, si no se toman algunas decisiones muy rápidamente, la factura de semejante cuenta posiblemente termine liquidando [nos] a unos cuantos miles, cientos de miles, o millones (de personas, no de billetes, que quede claro) sin comerla ni beberla.
Cuando hay tormenta y el viento todo lo desparrama suele ser una buena idea anclarse en algún punto firme, hasta que amaine. Las buenas ideas lo son. Se me ocurre que hay un mensaje al que deberíamos prestar más atención, que no es otro que el de las humildes (y ahora escasas porque aquí se afanan hasta las monedas) pero paradigmáticas monedas de un Peso, de los nuestros. Allí leemos: "EN UNION Y LIBERTAD".
¿Será mucho pedir que, en vez de subir tasas de interés, desconocer acuerdos oportunamente firmados, aspirar del "mercado" hasta el último billete, ya sea para jugarlo en la gran timba financiera o para alimentar a la bestia fiscal, se generen mínimas condiciones por las cuales la gente, la mayoría de la gente, pueda seguir trabajando y ganarse su pan con el sudor de su frente? ¿Podremos vivir en unión y libertad?
Me parece que pido demasiado: tener la posibilidad de hacer lo único que uno sabe hacer, que no es otra cosa que producir bienes tangibles, trabajar y dar trabajo. Lo llaman economía real. Al parecer hay economías no reales , las del bendito Primer Mundo y las de acá, que siempre son al revés. La pregunta se impone: ¿para qué sirve esta economía, estúpidos?
Por alguna extraña razón me acuerdo ahora de Augústulo (algo así como Augustito), a la sazón Emperador -casi niño- de la decadente Roma, que allá por el cuatrocientos y tantos deja en manos de un tal Odoacro (un mercenario) las riendas de aquel "Gran Mundo". Ya sabemos lo que vino después: la Edad Media.

10/10/08

Tomates y Carabelas


El Lycopersicon lycopersicum o tomatl es un fruto de la familia de las Solanáceas, como la papa (patata), el pimiento (ají), la berenjena y unas aproximadamente 2.300especies de plantas americanas productoras de alcaloides. Hablamos, sí señor, de su majestad El Tomate.

Considerado un alimento noble, se le han atribuido durante siglos virtudes afrodisíacas en el Viejo Continente, donde lo denominaron pomum amons (manzana del amor). En México y Perú es símbolo de buen augurio y no puede faltar en ningún banquete nupcial. Ya se sabe, entonces. A la hora de la "acción" no viene mal una prudente dosis de jitomate o xictomatl, si nos atenemos al decir de nuestros hermanos mexicanos.

El tomate ingresó en Europa a través de España, posiblemente por Galicia o Sevilla (me inclino por esta última, aunque no estoy muy seguro), pero su gran expansión se produjo en Italia, a través de las cocinas de Nápoles y Génova, así como de la francesa de Niza. Los italianos lo llamaron poma d’oro y los franceses, pomme d’amour.

No todo fueron rosas para tan admirable alimento: por su parecido a los frutos tóxicos de la belladona, el tomate tardó mucho tiempo en imponerse en la cocina, aproximadamente unos dos siglos, según se cuenta por ahí. Su supuesta toxicidad llevó a algunos botánicos a asignarle el nombre latino de lycopersicum -el pescado del lobo-, lo que motivó que su primera utilización fuese ornamental. No puedo menos que señalar lo ridículo que me resulta imaginar un dorado salón barroco de alguna corte europea decorado con bellos maceteros o jarrones de porcelana en los que se lucía una contundente planta de tomate. Hay que ser imaginativo para hacerse a la idea.

Pero la ignorancia nunca es eterna, circunstancia que, sumada a la innata vocación del ser humano de comerse todo lo que se le cruce en el camino (seres humanos incluidos, de vez en cuando), hizo que podamos disfrutar de inventos tan geniales como la Salsa al Fileto di Pomodoro, el Ketchup o el Bloody Mary. Como se ve, hay de todo y para todos...

Para ponernos a tono con estos tiempos, obsesivamente saludables y cada día más gastronómicamente sibaríticos, aportaremos algunos datillos esclarecedores. El tomate fresco es muy rico en agua (casi un 94% de su peso) y apenas contiene hidratos de carbono (3,50%), proteínas (1%), grasas (0,11%) y fibra (1,40%) con lo cual apenas aporta calorías (18 Kcal./100 g). Sin embargo, destaca su riqueza vitamínica y mineral.
Respecto a las vitaminas, la más abundante es la vitamina C (26,6 mg). Un tomate de 100 g cubre el 45% de las necesidades diarias de esta vitamina para un adulto sano. También aporta vitaminas de los grupos B y E, una aceptable cantidad de ácido fólico y una pequeña cantidad de betacarotenos, precursores de la vitamina A. Entre los minerales, deben ser señalados su contenido en potasio (250 mg), hierro (0,70 mg), magnesio (8,30 mg) y fósforo (27 mg).

Y esto no es nada: resulta interesante el hecho de que el tomate sea un vegetal que puede consumirse en crudo o en jugo (zumo), toda vez que de esta manera su contenido en vitamina C se mantiene prácticamente intacto y se aprovecha mejor. ¿Qué me cuentan?

Volviendo al asunto de lo afrodisíaco, me explico el entusiasmo de miles de personas que todos los años, en el mes de agosto, se enfrascan en el berenjenal (1) rojo que a los habitantes de Buñol –Valencia- se les ha dado en llamar La Tomatina. Allí, ya hace más de seis décadas que la cosa viene a los tomatazos, bien a la española ciertamente. A veces hay amores que matan y, si no lo hacen, dejan algún que otro contuso. Así y todo me imagino que la experiencia debe resultar bastante divertida. Que de diversión bien saben los ibéricos.


Me voy pensando en ensaladas, las que acompañan a nuestros criollos asados y las culturales, como la que se armó a partir de tres simples carabelas. Este mundo es muy curioso, tanto que resulta de lo más interesante. Me encantan las ensaladas, por complejas que resulten.

(1) Nótese que insconcientemente utilicé la palabra "berenjenal", siendo las berejenas primas del protagonista de este post, el tomate. Debe ser porque me encantan las berenjenas en escabeche...

9/10/08

Alteridad (versión 1.4...y la termino)


Se aproxima el 12 de octubre y, como bien se sabe, esta es la fecha en la que se reconoce oficialmente que Cristóbal Colón y sus acompañantes pisaron suelo americano, convencidos que habían llegado a las entonces apetecidas tierras asiáticas, en búsqueda de una ruta que evitara vérselas con los turcos y demás "muchachos", bastante poco amigables para los habitantes de los reinos cristianos de Occidente.
No hace falta que relate el meneo que sobrevino luego de tal acontecimiento y tampoco es cuestión de ponerse a verificar quién había pisado antes de Colón, Pinzón & Co. el suelo de nuestro continente. Para eso están los historiadores, incluso aquellos que -a mi juicio- no se han cansado de interpretar arbitrariamente (normalmente por intereses político ideológicos) los hechos del pasado.
El asunto es que los reinos de Portugal y España, seguidos luego por otras potencias europeas (especialmente holandeses, siempre astutos y buenos navegantes, ingleses y franceses), se hicieron a la mar, la guerra entre ellos y unas cuantas trapisondas más. Es lo que pasó, guste o no guste. Y lo que pasó, creo, generó un sinnúmero de situaciones, de las "buenas" y de las "malas", conforme a los criterios que hoy tenemos los accidentales que no nos destacamos por ser fundamentalistas. De estos -los fundamentalistas- poco puedo expresar, a excepción del desprecio que me merecen el fanatismo y la ignorancia.
También pasaron cosas cuando los Incas extendieron su imperio o, por caso, los Aztecas tomaron el control de prácticamente la totalidad del actual territorio de México. O cuando Atila, o Augusto, El César. ¿Prefieren a Napoleón en España o les cabe Gengis Kan? Puedo volver a los Dogón, las confrontaciones de las ciudades mayas o los resultados experimentados por aquellos intrépidos a los que no le salieron muy bien las cosas y fueron derrotados (a veces hasta degustados) por distintos pueblos aborígenes, a la hora de las confrontaciones armadas.
¿Qué pretendo decir? Lo que para mí es obvio: no tiene sentido ni equilibrio pretender hoy juzgar los hechos del pasado fuera de contexto y mucho menos pretender convertirse en un nativo originario de estas tierras, de hace unos quinientos o seiscientos años atrás. Es un error, creo.
Y lo es porque ya no somos aborígenes sino una nueva mezcla, otra gente, la de ahora. Esta nueva "raza" es el resultado de nuestros propios procesos históricos y, justamente por esta razón, es rica y diversa. Este es el mejor capital, el nuestro, el de América. Somos el resultado de la confluencia de distintas etnias aborígenes, negros, blancos de todas partes, pueblos del Islam o gente del Lejano Oriente. En nosotros confluyen todas estas culturas y en la confluencia vamos configurando día tras día nuestra cultura que, por otra parte, hoy tiene ciertos paradigmas que no necesariamente serán los del futuro ya que como bien reza la canción "todo cambia".
Este post está ilustrado con un didáctico gráfico de una guitarra. Bien, buena parte de nuestras músicas se interpretan con este noble y extraordinario instrumento. Jimi Hendrix también hizo lo que hizo con una guitarra en sus manos. Ahora bien ¿Cómo interpretar esto? ¿Qué pensar respecto del Candombre, el Samba, la Cumbia, el Huayno, la Cueca o el Forró? ¿Y nuestro bienamado Tango? Digo más: ¿Qué hubiera hecho un grande como Jaime Torres sin su charango?
He leido en un diario local que los representantes de los pueblos aborígenes originarios realizarán una celebración o, mejor dicho, la conmemoración del último día de libertad el 11 de octubre hacia la medianoche. Francamente, con el debido respeto, no puedo menos que tomar en términos relativos este tipo de inciativas. Sinceramente creo que una cosa es valorar los aportes culturales de quienes nos precedieron, empezando por nuestra propia tierra, y otra es hacer de cuenta que no ha pasado el tiempo, pretendiendo un paradigma unidireccional y reduccionista. La historia está llena de violencia, lamentablemente. Violencia que sigue tan campante por el mundo, muy a nuestro pesar, y se expresa de diversos modos, no sólo a los tiros.
La verdadera libertad se basa, entre otras cosas, en la aceptación del otro y no en su negación. La negación, que yo sepa, es muy poco progresista.