7/3/08

Lluvia

La vida. Por lo general nos aferramos a ella en las condiciones que sea. Miro la imagen que aquí comparto y la siento nuestra, muy argentina. Así, en estas condiciones, intentamos aferrarnos a la vida en este lugar del planeta.


Pero no todos percibimos la vida del mismo modo. Hay quienes observan desde arriba, como de soslayo, simulando que por allí, cerca de las nubes, las cosas no pasan.


Pero pasan y, cuando pasan, las cosas se ponen turbias, la mirada se nubla, el cielo amenaza. Las cosas pasan igual.


Y, claro está, siempre estará a mano algún que otro mesías de perogrullo dispuesto a salvarnos. Porque ya no pensamos en vivir, sino en salvarnos. La pregunta es obvia ¿salvarnos de qué?


Sugiero que intentemos salvarnos del mesías. Lo demás es sólo un día de lluvia, aquí, en el mundo bizarro de todos los días. El mundo de los imperfectos, el de las hormigas, aquellas que cargan pacientemente en sus espaldas el sustento de conjunto, garantizando el mandato natural: debes vivir.

Fotos 1,2 y 4 gentileza del diario La Nación.

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