26/5/08

Ensimismados

Según cuentan los que saben, las monarquías absolutas del siglo XVIII y, con ellas, el conjunto social cercano al poder, prefirieron abstraerse cada vez más de la realidad (bastante cruel y desigual, por cierto) sumergiéndose progresivamente en un mundo de ensoñación, diría ficcional. También decadente.
Hay una película notable que muestra algo de esto, Relaciones Peligrosas, una adaptación de la novela de Choderlos de Laclos, acerca del eterno y universal poder manipulador del sexo, en los círculos aristocráticos franceses del siglo XVIII.
Un inmejorable trío interpretativo Con Glenn Close, John Malkovich y Michelle Pfeiffer, encabeza un elenco que se completa con Uma Thurman y Keanu Reeves, entre otros. La dirección de este film que obtuvo tres premios Oscar, pertenece a Stephen Frears.
Hurgando por ahí me encontré con un blog, palincestos, que comenta esta obra. No perderemos nada si nos tomamos un momento en leer lo allí comentado.
Este fin de semana -adosado a la T.V.- me enteré que en el canal de cable se repuso la proyección de Relaciones Peligrosas. Creo que si no ha sido vista vale la pena intentar hacerlo. La película es buena y las actuaciones de Close y Malkovich notables.
También este fin de semana, como la gran mayoría de los argentinos, asistí a un nuevo –y también notable- capítulo de la controversia de nuestro gobierno con un creciente segmento de la población. En verdad hay que hacer un ejercicio muy amplio de comprensión para entender lo que es inexplicable.


No es mi intención enfrascarme en un análisis que no estoy en condiciones de hacer. Si embargo, no se por qué, se me ocurrió recordar los tiempos del pasado que cito más arriba y, en particular, a un hermoso cuadro de Jean-Honoré Fragonard: El columpio. Se trata de una obra fechada en 1767, es un óleo sobre lienzo y hoy pertenece a la Wallace Collection de Londres.


El amigo Fragonard fue sin duda alguna un colorista virtuoso, que supo dar vida a hojas y nubes gracias a un pincel atrevido, como la mayor parte de sus obras. Tanto, lo de atrevido, que Fragonard fue despachado de la corte de Luis XV por ser demasiado libertino.
Por ahí ya va llegando el momento de que algunos señores de la corte que nos gobierna vayan regresando a sus casas, dejando espacio para que entre el aire fresco. También, me parece, que vayamos bajando un poco a la tierra, la de los mortales, y dejemos las fantasías de lado.

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