5/7/08

Parece que no


Hace unos días, en medio del trajín diario, aterriza en mi casilla de correo electrónico un mail de Leticia. Ella, hace no mucho, fue alumna de quien escribe y, como podrán imaginar, una más de las jóvenes víctimas a las que les ha tocado en suerte escuchar mis clases en tiempos en los que las atenciones juveniles no están enfocadas a, por ejemplo, la pintura del siglo XIX.
El reencuentro virtual ha sido muy grato. Siempre es grato reencontrarse con los jóvenes con los que se compartieron algunas horas en un aula. Y mucho más si éste responde a contarme, con gastada incluida, que el archiconocido cuadro El Coloso, asignado a Francisco de Goya, parece no haber sido pintado por el aragonés. Así lo han informado recientemente muchos medios de comunicación (ver, por ejemplo lo publicado por El País) y por lo que podido leer por ahí, se armó un revuelo de proporciones considerables.
Nobleza obliga, confieso haber relatado durante años que entre las obras de Goya se encontraba El Coloso. Ergo, si algún ilustre ex alumno cae por este blog, le pido sepa disculparme.
Ya que estamos, se me ocurre pensar y comentar que este asunto tiene sus aristas entretenidas. ¿Se imaginan los cientos y cientos de publicaciones, ensayos, comentarios y demás que van a tener que revisar lo dicho, impreso o publicado en la Web? ¡Ja! Flor de despelote ¿no les parece?
Por otra parte me pregunto si el hecho de que la obra no haya sido pintada -al parecer- por Goya sino por su discípulo Asencio Juliá desmerece su valor y, sobre todo, el mensaje que transmite. En otras palabras ¿y qué? La obra es la obra y trasciende al artista si es que realmente se trata de una obra maestra y, mis amigos, en mi humilde opinión esta lo es.
Está claro que la investigación académica no solo es necesaria sino muy valiosa. En lo personal admiro a quienes poseen los saberes y capacidades suficientes para realizar este tipo de tareas y saludo a quienes han llevado a la luz la noticia que comento. Gracias a los que saben uno puede aprender.
Pero a nosotros, la gente común y silvestre, nos alcanza con el arte. La obra de arte. Esa que te hace pensar y sentir.
En fin, son cosas que pasan. Eso sí, me parece que los muchachos del Museo del Prado van a tener que rebajar unos centavillos el costo del ticket de entrada al museo. Una cosa es Goya y otra el amigo Juliá, con el mayor de los respetos. Negocios son negocios...

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