16/8/08

Divagues de un sábado a la tarde

Ayer llegó a mi casilla de correo electrónico un mail de mi hija, Soledad. Me envió el vínculo para acceder al blog SOCIOLOGIA CONTRAATACA, en cual se acaba de publicar un post, Babel icónica Muestra en el Once, del cual rescato la fotografía que aquí se reproduce.


Como bien se puede leer en el blog citado y ver en esta foto, nos encontramos con una gigantesca profusión de íconos de los más diversos orígenes, junto a velas, esencias arómaticas y toda una parafernalia de objetos que son profusamente consumidos por distintas razones.

Me quedé con esto dando vueltas en mi cabeza, fueron surgiendo ideas contradictorias. Es que no se trata de una cuestión menor, toda vez que aquí aparece un curioso babel, para mí un emergente de algo trascendente para cualquier ser humano: aquello que no es material y no se comprende.

Es sábado, la tarde es gris pero apacible, estoy en casa divagando un poco y distendido ante la perspectiva de un fin de semana que se extenderá un día más, feriado mediante. Ergo: tengo tiempo y, por tanto, la decisión es escarbar un poco aquí, otro allá. Ya saben, mis asociaciones ilícitas.

Les comento que el sitio que muestra la fotografía se llama, si no me equivoco, La Botica Milagrosa. Esta firma comercial posee al menos cinco locales comenzando por éste, que queda en la Av. Corrientes al 2200, casi esquina Uriburu. No es la única que anda por el barrio del Once. Pasen y vean. Y esto no es nada. Puse la palabra "santerías" en el buscador Google, seleccionando exclusivamente páginas de Argentina. Hagan la prueba, se van a sorprender de lo diverso y extendido de este rubro. Y ni les cuento si nos vamos un poquito más allá de nuestras fronteras: desde Brasil, Italia, Alemania, Israel, España, y varios países más, todos ellos vinculados con nuestra Argentina, se ofrecen exportaciones directas, vía compra "on line", con el carrito y todo, al mejor estilo de Mercado Libre, que naturalmente tiene su apartado con ofertas especiales. Un océano, que digo, un universo completo.

Betriz Sarlo, una conocida intelectual argentina a quien respeto, más allá de no siempre compartir sus puntos de vista, publicó hace un par de años un artículo en el Diario Clarín, de Buenos Aires: La Biblia y el calefón, en una vidriera. Sugiero leerlo.

Luego de leer el artículo de Sarlo tuve el impulso de recorrer los pagos de la Pacha Mama. Me encontré, entre otras cosas, con esto.

Se trata de una de las tantas ermitas expuestas este año en la ciudad de Tilcara, Provincia de Jujuy, en el mes de marzo, coincidiendo con la celebración católica de la Semana Santa.

Las ermitas, genuinas expresiones de la fe popular, eran originalmente pequeños altares y santuarios levantados al aire libre, generalmente en las esquinas o extremos del pueblo. Cuatro palos, un precario techo y un plano de fondo en el que se realizaba la alegoría popular, utilizando hierbas y otras materias básicas, naturales. Con el tiempo se modificaron. Lo que era un santuario con características de refugio, terminó en un simple panel de importantes dimensiones. Así se lo confecciona actualmente. En él se concentra el paciente trabajo de los lugareños. Con flores, semillas, hojas, corteza y elementos similares, dibujan el pasaje bíblico seleccionado.

Aquí no se visualizan Biblias con calefones, aunque sí íconos populares que tratan de lo mismo a lo aludimos al comienzo de este leve y desordenado juego de relaciones en que he metido. Hablamos de aquello que no es material y no se comprende. Agrego: se cree, se teme o sencillamente se necesita, a veces sin poder explicar muy bien por qué.

En tren de divagar un poco más he dado, también, con una publicación académica muy interesante. La Revista de Investigaciones Folclóricas (ver link Peregrinación al Abra de Punta Corral, en Google)

Repasando un poco esta publicación pude leer que "La kreensia en la poder de palavra es uno de los prinsipales del pensamiento majiko en todas las kulturas en todos los tiempos. Palavra dicha non se puede retornar, eya aktua en la realidad i ademas es kapache de krear realidad. Munchas de las maneras de avlar en la kultura sefaradi estan bazadas sovre este konsepto."
(...)
"Por esto ay ke uzar eufemizmos komo los de basho, los mejores de mozotros i simijante. Ademas, giados por la idea ke la palavra es kapache de krear relidad, a vezes los Sefaradim referen a los sidim kon la sintagma pan barato, alkansando anisna dos butos: uno de evitar a mensionar a los sidim, para non trayerlos i otro de kauzar aparensia del pan barato (una koza siempre dezeada), mensionandolo. Anisina tanbien ay ke akavidarse de non maldizir, siendo ke las maldisiones tienen poder de aktuar en la realidad. Por esto, en la kultura sefaradi popular, munchas vezes la maldision viene pronunsiada kon una «klauzula de enbaldamiento». Komo en los enshemplos vinientes: El Dio ke no te mate, El Dio ke no lo tome."
(...)
"De todo lo dicho proviene klaramente ke el kudyo de la kaza i de las kriatura (inkluyendo el kudyo por sus sanedad) eran responsabilidad de la mujer. No es de maraviar, entonses, ke estas mujeres perpetuaron las medikerias i las kuras populares ke sus nonas trusheron kon si de Espanya, adjustandoles unas kreensias i praktikas espandidas entre otros grupos femininos lugarenyos. De la totalidad de tekstos apartenesientes a la tradision bosniaka-sarayli surje la impresion ke las parte de prikantes fueron uzados en la kurasion de kriaturas –o, a lo maksimo, en la kurasion de mujeres febles (prenyadas o paridas). Parese ke solamente rituales mas komplikados komo espanto de la miel o el indulko fueron uzados tanbien i en la kurasion de machos aedados." (1)

No sé ustedes, pero en estos párrafos tomados rápidamente de un estudio referido a creencias populares de la comunidad judía de Sarajevo, encuentro puntos en común con la iconografía (y creencias) de la gente de Tilcara, en una de esas hasta con las de más de un cliente de las tiendas del Once, aunque en el primer caso se hable de la palabra y no de íconos, cosa que es obvia si recordamos las bases tradicionales de las culturas judía y cristiana.

En fin, que hay tela para cortar. El asunto es que sólo tenemos una tijera, la de nuestro ser. El que cree, teme o necesita. También el que engaña, explota o lucra. Ese ser que, en la desesperación e incertidumbre que provocan estos tiempos que corren, se aferra a la esperanza.


El mismo ser que, frente al Universo, no tiene más remedio que hacerse algunas preguntas.


(1)Tamar Alexander y Eliezer Papo; "La poder de palavra: prikantes djudeo-espanyoles de Saray"; Revista de Investigaciones Folclóricas. Vol. 20: 22-45 (2005)

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