31/1/09

Frida

Hace un mes, el 1° de enero, una amigo/a de este sitio expresó lo siguiente:

“Llegué a este sitio de casualidad. Y fue muy grata mi sorpresa al ver que el pintor del mes es Caravaggio, uno de mis preferidos por hacer un uso tan particular de la luz y plasmar escenas de una fuerza inigualable, verdaderas imágenes teatrales. Hace unos años, ví la película que lleva su mismo nombre: un film transgresor, que ficcionaliza aspectos de la vida del maestro mezclados con elementos propios del siglo XX. Una propuesta interesante.
Me alegrará saber que el mes de febrero, fecha en que cumplo años, le rinda homenaje a una pintora exquisita y entrañable para mí: Frida Kahlo.”


A los amigos se les complace y, por lo tanto asumí el compromiso de hacer el regalo que se pedía. Admito antes de seguir que desconozco si el mismo estará a la altura de las circunstancias. Uno sabe poco de estas cosas, apenas lleva un leve barniz sobre su piel y de ningún modo es la roca que resiste los embates del mar.

La figura de Frida Khalo era para mí conocida en términos generales. Sin embargo asumo que nunca había profundizado sobre su azarosa y compleja vida y menos aún sobre su obra. Evidentemente no tuve más remedio que investigar un poco, conocer algo más sobre esta singular mujer, incluyendo –claro está- su tormentosa relación con Diego Rivera, una historia de amor absoluto.

Se la define como una artista expresionista y surrealista. Sin embargo ella misma ha negado rotundamente la supuesta condición surrealista de su obra. Y lo comparto, porque viendo las reproducciones de muchos de sus cuadros encuentro que ella simplemente se expresaba, al punto tal que cuenta de lo profundo del dolor, tan profundo que puede llevar al delirio. No es casual, creo, la cantidad de autorretratos que ha pintado a lo largo de su vida, bajo distintas circunstancias.

Repasando estos cuadros (asumiendo que no es lo mismo ver una imagen reproducida en Internet o un libro que la obra misma, material y físicamente presente), no estoy muy seguro que todos ellos me entusiasmen, muchas veces son recurrentes (cosa más que comprensible), aunque hay algunos que realmente llaman la atención. Tanto como la extraordinaria personalidad de Frida.

Ahora bien, es imposible quedar indiferente frente a su obra. Es muy fuerte (repito, expresionista a más no poder) y, además, cuenta de las pasiones, sentimientos, alegrías, sufrimientos de un ser humano. Y lo hace con vehemencia, llevando algunas composiciones a sitios -¿condiciones quizás?- muy profundos, sin importarle demasiado los límites (o supuestos límites) de la plástica en su tiempo. Frida fue, además de mujer sufriente, poseedora de una inteligencia especial, una revolucionaria.

Creo, al fin, que cuando las pasiones son tan poderosas y las ideas contundentes, siempre quedan rastros que nos permiten a quienes somos seres simples, poder reflexionar y entender un poco más sobre el sentido de las cosas o de la vida misma.

Estimado amigo/a visitante de ars. Espero haberte complacido y que tengas un feliz cumpleaños.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Qué hermoso regalo!!! Muchísimas gracias por haberse tomado el trabajo de complacerme con este regalo virtual de cumpleaños. Siempre me gustó la
pintura de Frida y también me emocionó conocer datos de su vida privada que no fue fácil.
Aprovecho este post, no sólo para agradecer sino también para felicitarlo por su blog que tiene estupendos análisis sobre arte en general y reflexiones sobre diversas temáticas que son de mi interés.
Soy profesora en Letras y siempre buceo en la Red en busca de información sobre arte en general. Así llegué a este blog.
Un abrazo.
Norma

Anónimo dijo...

Estimada Norma: ante todo tenga usted un feliz cumpleaños. Me halagan sus conceptos porque -en verdad- apenas soy un aficionado. Eso sí, también apasionado.
Volviendo a Frida, efectivamente -al buscar- uno encuentra una mujer extraordinaria. Es, sinceramente, lo que me ha pasado. Será cuestión de seguir buceando por ahí,leyendo. ¿Hay algo más gratificante que leerse un buen libro? Lo dudo. A sus órdenes.