31/5/09

La Crencha Engrasada

Es viernes tempranito, arrancando la matina y en clase. No faltaba en el piberío el estufado ni tampoco quien esparara, con cara de supuesto interés. Era viernes, ya lo dije, y la cosa no daba. Estaba hablando al brodo… Redepente se me vino al altiyo una idea. Estaré bichoco pero todavía queda resto. Funcionaron los reflejos y posiblemente canchero, apelé a la sorpresa.
Metí pata a fondo con La Crencha y sembré duda en los pendejos. Y es que tengo un berretín, en el fondo simple y sincero, que no es otro que transmitir a los que vienen aquello que alguna vez me fue dado. "Hay que devolver", decía Doña María, la tana del barrio. Y no le faltaba razón a la paica, ya entrada en años. La experiencia la hizo sabia ya que nunca pisó una escuela.
Otros tiempos, tiempos de barrio, calle e intercambio cultural; tiempos de construcción esperanzada por más que no faltaran malandras, malevos, gavilanes, cafishos y politiqueros. Y atorrantes también. Pero, por más que un bacán amurara, nadie bajaba los brazos –a pesar de los garrones- porque se imponía el afán de vivir y crecer, porque estaba en juego un destino, cosa que hoy parece nos han achacado o, peor aún, en una de esas lo entregamos por cafañas, otarios y engrupidos.


Con ustedes, amigos, La Crencha Engrasada, de Carlos de la Púa. No se pierdan esto y espero lo disfruten. IR AL SITIO.

Nota 1: La imagen ha sido tomada del sitio Web que se recomienda visitar y recorrer con atención.

No hay comentarios: