12/7/09

Disquisiciones de medianoche

Estoy enfrascado en un pequeño conflicto conceptual en el que me he metido que no es otro que ponerse a pensar en la relación entre el concepto de belleza y su necesario complemento, la fealdad. En fin, que estoy metido en un lío del que espero salir airoso ya que, por el momento, estoy muy superficial. Es que el asunto es complejo.

Soy de los que cuando comprenden que se han metido en un farrogoso pantano busca algún cable a tierra que distienda las tensiones. Eso no tiene para mí otro nombre que música.

Pero no es cuestión de apelar a un sano bolero, o algo por el estilo. Estamos hard, así que vamos a los bifes. Propongo escuchar a uno de los mejores bateristas del mundo -Dennis Chambers- con Santana y en tal encuentro, su notable solo de batería en la memorable "Sacrificio Soul". Es espectacular, al punto que el tipo se da el lujo de secarse con una toalla, parar, seguir y siempre (pedales mediante), mantener el tempo. Una bestia. Veamos.



Ahora bien, por más Dennis Chambers que tengamos el gusto de ver y escuchar, me sigo quedando con el pendex del Santana de Woosdtock. Ver de nuevo.

En fin, lo de "pendex" debe ser asumido por los lectores como una natural regresión viejex de uno que andaba en esos años con los pelos largos. Pero, amigos, en la música no hay edades. Es música, sólo música y nada más... como Pappo recitó en alguno de sus blues.

Finalmente, antes de emprender el camino a un reparador sueño de fin de semana, dejando a fealdades y bellezas en el limbo de las ideas que no se terminan de aprehender, hago dos comentarios personales y arbitrarios (en definitiva este es mi espacio y aquí me permito, a veces, sentirme como el Rey Sol, Luis XIV); el primero es obvio: Santana es, ha sido y será un grande. Luego, me derrito cuando escucho un Hammond. Como dirían mis jóvenes estudiantes, es una masa.

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