20/9/09

Un día (o jugando a escribir II)


Una gota de rocío fue la señal para romper la crisálida. Decidió aprovechar intensamente el esperado momento. El prado, pleno de aromas y colores, se rindió ante ella. Voló entre las flores y su aleteo convocó al par. Hubo amor, se fecundaron. Su vuelo tomó más fuerza y en él transportó el polen generador de vida. Más vida. Exultante abrió sus alas al sol de primavera, todo era perfecto.
Pero el sol se alejó lentamente, enfrascado en lo suyo. Brillos, aromas y amor se apagaron. Cuentan que un niño oyó su lamento. Ella pensó en lo efímero y luego murió.

2 comentarios:

Palabras como nubes dijo...

Bien!!!!
Te parece que pensó en lo efímero? Tendría ella este concepto de su tiempo? Y si para esa altura ya se sentía vieja? ;)

Abrazo
Jeve.

ars dijo...

Buen punto. En realidad he cometido un error. El que pensó en lo efìmero fuí yo y no la mariposa. Habría que modificar el final en una frase...mmm...no suena sencillo. Habrá que probar. Creo que en dos o tres vidas más me va a salir ¡ja,ja,ja! O hacerse japonés e intentar un haiku.