28/11/09

Homenaje a mi madre

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Si yo fuera de madera
no me estaría quieta.
De noche, despacito, me habría de escapar
hacia un astillero,
para volverme barco flotando en alta mar.
Sería un barco contento
buscando aventuras en los oceanos
gozoso de la libertad.
No le pondría ancla.
Mi barco no se saciaría de inmensidad.
Después, al morir
sus restos flotarían
en la azules aguas del mar.


Carmen Arjonilla; Sentimientos; Nuevas Ediciones Argentinas, Bs. As. 1974.
Mi madre, Carmen, hace ya unos meses que flota alegre en el mar. Es justo que así sea.

4 comentarios:

Palabras como nubes dijo...

Me gustó mucho este poema de tu mamá, es todo un manifiesto de determinación y fuerza, pero más que nada me impactaron los dos primeros versos, eso sí fue desde las tripas; después, volverse barco que "no se saciaría de inmensidad" le dio la sutileza necesaria al resto de la poesía.

Me gustaría leer más trabajos de ella, ojalá algún otro día nos los quieras compartir. Gracias por éste.

Abrazo
Jeve.

ars dijo...

Muchas gracias. En realidad debo confesar que no me resulta fácil esta historia. Hoy, después de ocho meses de la muerte de mi madre (hacía unos años que ya se había "ido", cosas de la vida, como muchas veces pasa) me animé a publicar lo que publiqué. Ella comenzó a escribir pasados sus casi cincuenta años, algo así como una suerte de revolución interior. Necesitó expresarse. Y pudo hacerlo, eso es lo más importante. Publicó, se dió el gusto y yo, que jamás estuve de acuerdo con ella, la acompañé. Era lo menos que podía hacer, me dió la vida. Además, las poetisas de su grupo estaban muy fuertes, excluida mi madre.
Otros tiempos, no solo revolucionarios para los jóvenes de ayer. También para los que no lo eran.
Quizás persisto en mis clases de morondanga por alguna cuestión ligada a esos años, tan ricos, tan intensos. Y tan jodidos.
En fin, casi que me confesé. ¡Salud!
Gracias, nuevamente.

Palabras como nubes dijo...

Dejando de lado la historia personal propiamente dicha -no es necesario ahondar-, yo, humilde y sinceramente veo "desde afuera", mucho más que el gusto de tu mamá por publicar y por expresarse, estuvieran o no de acuerdo los suyos, es algo más profundo -esto lo digo sin soberbia ni ánimo de aleccionar estúpidamente-, es una forma de dejar fluir lo interior, lo íntimo, lo que viene (lo dije en el mensaje anterior) desde las tripas, y sé de qué hablo, por suerte. A tu mamá, me juego una mano, no le importó que las poetisas contemporáneas fueran más "fuertes", ella, bien lo decís, se dio el gusto, no todos tienen esa suerte.
No sé, Francisco, debe ser que mi madre también se convirtió hace poco en barco que no se sacia de inmensidad; quizá fue una noche donde ciertos afectos que no disfruto seguigo llegaron para colmarme, quizá estoy sensible; quizá ésta también sea una especie de confesión.
Perdón y gracias.
Me queda tu otro posteo, pero ya son casi las cuatro de la mañana, lo veré en cuanto pueda, y con gusto, porque siempre aprendo algo.
Abrazo.
Jeve.

ars dijo...

Gracias.