30/12/10

Los Reyes Magos (una de Giotto)

En la ciudad de Padua, al norte de Italia, hay una pequeña capilla privada que hace unos setecientos años perteneció a un hombre muy rico, Enrico degli Scrovegni. El lugar es célebre y un ícono del arte universal. Me refiero a La Capilla de la Arena o Capella degli Scrovegni. Tal celebridad no se debe al Sr. Scrovegni (al que debemos reconocer al menos la iniciativa de realizar esta construcción) sino a uno de los grandes artistas de todos los tiempos, Giotto Di Bondone (c.1267 – 1337), quien pintó allí una serie de frescos que resultaron ser revolucionarios para su época. (1) Porque este hombre nacido en Colle de Vespignano, lugar cercano a Florencia, introdujo en la pintura una nueva dimensión que seguramente le habrá parecido milagrosa a los hombres y mujeres del Trecento: figuras que parecían existir en el espacio real y que mostraban emociones humanas reconocibles. Toda una revolución, si nos ponemos en contexto.

Giotto está considerado, a juicio de muchos, como el fundador de la pintura moderna y el padre del Renacimiento italiano, al apartarse del estilo lineal que caracteriza a la pintura del Medioevo, especialmente la de origen bizantino. De hecho, ya en vida se le atribuía cierta reputación de artista revolucionario y no fueron pocos los contemporáneos que dedicaron explícitos elogios al artista, entre ellos Dante (1265 – 1321), quien cantó su destreza pictórica en su obra Purgatorio, o Giovanni Boccaccio (1313 – 1375) al afirmar que “… fue Giotto un hombre de genio tal, que no había cosa en toda la creación que no pudiera pintar.” No vamos a discutir aquí paternidades renacentistas pero sano es decir que el discípulo de Cimabue ha sido fuente de inspiración de gran parte de los maestros del Quattrocento, ese tiempo en el que renació el tiempo, al decir del Gran Lorenzo.

A estas alturas, quien esté leyendo esto debe estar preguntándose a qué viene este “rollo”, sobre todo si convenimos que estamos hablando de una figura sobre la que no es poco lo que se ha escrito y dicho. Imaginen los ríos de tinta que han corrido desde Vasari hasta estos días. Bien, entre las escenas plasmadas por Giotto en la capilla de marras hay una que celebra uno de los hechos más gozosos del cristianismo, episodio central de la Navidad: la llegada de los Reyes Magos para adorar al Salvador y ofrecerle oro, incienso y mirra. Me refiero a La Adoración de los Magos .(2)


Si recorremos la imagen vamos encontrando una serie de detalles que creo vale la pena repasar, comenzando por la estrella que aparece al fondo, la que siguieron los Magos. Parece un cometa y en rigor de verdad lo es. Giotto no hizo otra cosa que ceñirse a la realidad ya que en 1301 el cometa Halley hizo una de sus periódicas apariciones, y está claro que el artista quiso reflejar el hecho pintándolo tal cual, cola llameante incluida. A propósito de lo dicho, resulta al menos curioso conocer que –por lo que he podido leer en algún lugar- el Halley anduvo también de paseo por esta parte del Universo unos años antes del que se “estableciera” como el del nacimiento de Jesús de Nazaret.

Volviendo a nuestra pintura propongo, en primer lugar, fijar la atención en los camellos. Está claro que su presencia indica el origen exótico de los Reyes Magos. También, al menos eso parece, que Giotto no vio un camello en su vida. Estos graciosos y simpáticos animales tienen ojos azules, orejas de asno y patas de caballo. Junto a ellos está el camellero, mozo de cuadras que atiende a estos animales. Lamento no tener a mano una imagen ampliada o de detalle mejor que la que se aporta pero no puedo dejar de señalar que se trata de una figura llena de encanto, seguramente basada en la observación de la vida real. Justamente, lo decíamos antes, una de las facetas del genio de Giotto es su habilidad para sugerir la personalidad de la gente y su rango social. Lo que vemos es un campesino vestido muy sencillamente que complementa, por oposición, la majestad de los Reyes Magos. Sin embargo, su rostro expresa humanidad y plena atención a la tarea que le ha sido encomendada.


Resultan también muy expresivos los rasgos del resto de los personajes que completan la escena. Es notable el rostro del ángel que, de pié junto a la Virgen, sostiene un incensario; el incienso fue uno de los presentes ofrecidos por los Reyes, y simboliza la divinidad. El oro (pureza) y la mirra (que alude a la posterior pasión y muerte de Cristo, ya que se trata de un ungüento de embalsamar), todavía están en manos de Melchor y Baltasar quien, dicho sea de paso, aquí no aparece muy negro que digamos. Tampoco parecen hebreos los miembros de la Sagrada Familia ni orientales (mesopotámicos, o de por ahí) los otros dos reyes. No olvidemos que estamos en la Italia de fines del Medioevo en transición al Renacimiento.

Gaspar, por su parte, simboliza la humildad y es un claro ejemplo de la sencillez formal que caracteriza la obra de Giotto. Esta figura presenta un contorno nítido que puede ser captado rápidamente, por lo que la acción que ejecuta se comprende de inmediato, tanto en sí misma como parte de la narración. Tiene peso y volumen. Se perciben la forma del cuerpo bajo la capa y la presión de la rodilla sobre los pliegues de la tela. En cuanto a la humildad, por si no bastara lo postural, podemos observar la corona que el propio Gaspar ha colocado a los pies del ángel mientras se inclina para besar los pies a Jesús, Rey de Reyes.

Mientras tanto, María muestra un porte majestuoso, sosteniendo sin dificultad al niño, quien no parece haber nacido pocos días atrás. Ella es una simbólica Reina de los Cielos, como lo delata el primitivo color azul (el color del cielo) que se deja ver por el deterioro de la pintura de su manto.

Dan marco a la escena, la contienen, tres elementos. La cubierta de madera, a modo de sencillo dosel, copiado también de la vida real, intentando nuevamente dar una apariencia tridimensional. Todavía no se ha desarrollado el modelo teórico de la perspectiva (iban a pasar unos cuantos años para ello) y este dosel aparece como una mesa vista desde abajo, muy posiblemente el objeto o elemento que Giotto estudió al detalle para plasmarlo en su pintura. Luego, observamos un paisaje montañoso, hacia la derecha de la imagen, que busca generar un escenario que cobije a los personajes. Es un recurso bastante utilizado por Giotto que entrega un fondo al agrupamiento de la figuras. Por último observamos una importante superficie azul (ya se ha dicho, el cielo), que no solo termina de cerrar la composición sino que alude a un infinito claramente relacionado con lo sagrado. Detalle al margen: esta parte de la pintura está muy deteriorada ya que es técnicamente imposible pintar con pigmento de lapislázuli (piedra semipreciosa que se utilizaba para obtener el color azul) sobre el revoque húmedo, razón por la cual se añadió cuando éste ya estaba seco y no ha soportado el paso del tiempo.

Seguramente no hemos aportado nada al saber universal, pero me he dado el gusto de recorrer contigo, muy brevemente, esta obra en estos tiempos de festejos de fin de año. Te deseo muchas felicidades. Yo me voy a poner los zapatos en el pesebre… Quién sabe, por ahí Melchor, Gaspar y Baltazar hacen una inesperada visita. No estaría nada mal ¿no te parece?


(1) En este caso debe destacarse que se trata de frescos puros, es decir que fueron pintados directamente sobre la pared mientras el revoque estaba todavía húmedo, convirtiéndose en parte integral de la fábrica. No hay, en estos casos, posibilidad de realizar retoques o correcciones posteriores.

(2) Giotto: La Adoración de los Magos; 1304 – 1306; 200 x 185 cm; fresco; capilla de la Arena, Padua.

22/12/10

Fin de año

El año ya dobló el codo y va llegando a la recta final. Se termina 2010. Ha pasado una década después del mítico año 2000 y la tentación de andar haciendo balances asoma. Pero, amigos y amigas de este sitio, pueden relajarse: no pienso intentarlo. Ya hay demasiado escrito o dicho al respecto y sería un atentado a la salud pública echar más agua al mar. Que sigan las olas con su paciente rutina.

Así y todo no pude menos que revisar lo publicado en ars hace un año y me encuentro con una hermosa canción del uruguayo Jaime Roos: Colombina. Me pareció oportuno, entonces, volver a Roos. Vamos con Los Olímpicos. Bella canción, según mi criterio. Interesante mensaje, además. Que estés bien.

12/12/10

Las bases de la sociedad

George Grosz (1893-1959) ha sido un artista alemán que, luego de algunas experiencias relacionadas con las primeras vanguardias del siglo XX, se distingue como una de las figuras más importantes de la llamada Nueva Objetividad, movimiento que surgió en Alemania después de la Primera Guerra Mundial contra el arte emocional expresionista y contra la abstracción cubista y constructivista. Antes de abrazar decididamente este camino, supo compartir experiencias con los Dadá y adhirió al Partido Comunista de Alemania, situación que le valió ser procesado en diversas ocasiones por incitación al odio de clases, ofensa al pudor y vilipendio a la religión, entre otras acusaciones. Algún crítico de la época definió esta tendencia, también llamada “verismo”, término derivado del latín veritas (verdad), como “la respuesta pictórica a la revolucionaria crisis de la posguerra de los artistas con consecuencia social”.

Con un severo trazado de línea, pintores como Rudolf Schlichter y Otto Dix, junto a Grosz, representaron directamente y con una insistencia comprensible a mutilados y logreros de guerra, además de la miseria social. Son cronistas de su tiempo. Pintan una ciudad caótica e injusta, basada en el consumo. Sus cuadros no fueron la expresión de un sentimiento subjetivo o un experimento de formas artísticas, sino representaciones detalladas del mundo real, donde las ideas políticas se anteponen a las filosóficas, sin que falten los comentarios mordaces y caricaturescos de las circunstancias sociales de la República de Weimar.

Esta breve y seguramente incompleta introducción no tiene otra intención que compartir, refrescar si se quiere, una obra de Grosz que siempre me llamó la atención: Las bases de la sociedad.

El cuadro (óleo sobre lienzo, 200 x 108 cm. Staatliche Museen, Berlín; Patrimonio Cultural Prusiano, Galería Nacional) nos muestra en primer plano a un sujeto que sostiene con fuerza una jarra de cerveza y un sable, con una cruz gamada en la corbata y con la caballería del Emperador en el cerebro hueco. Un “chauvinista” se encuentra a la cabeza de “las bases de la sociedad”. Luego, el artista reúne en 1926 el típico gabinete de las fuerzas reaccionarias de la República de Weimar. Allí están desde el afiliado de la NSDAP y el hombre de derechas del periódico hasta un violento ejército, pasando por un clero demasiado empeñado en su labor.

Han pasado varias décadas y todos sabemos dónde desembocó aquel proceso. También sabemos que hubo más guerras y las sigue habiendo, motorizadas por regímenes de diversas ideologías y siempre con las mismas consecuencias. Me atrevo a decir que en muchos casos ni siquiera es necesario contar con ejércitos, basta con generar las condiciones para que sea la gente misma –en su desesperación- quien protagonice una suerte de sórdida batalla sin fin, cada vez más violenta y primitiva.


El cinismo, y no otra cosa, lleva luego a los propios generadores de los procesos que desembocan inevitablemente en la violencia a sostener organizaciones de “ayuda humanitaria”, además de “poner en marcha” planes sociales que “lograrán erradicar la exclusión” de cientos de miles, más bien millones, de seres humanos. No podría ser de otro modo en nuestro mundo civilizado y democrático, pletórico de Derechos Humanos. Las bases de la sociedad así lo reclaman.

Las imágenes han sido tomadas del sitio 4.bp.blogspot.com

28/11/10

Salinas

Hace unos años, ya no me acuerdo cuántos fueron, pude escuchar al gran B.B. King y a su orquesta. Sucedió en Buenos Aires, la Reina del Plata. Teatro Gran Rex, frente al Ópera, calle Corrientes, cerquita del obelisco.

En medio del empacho blusero, a pura música, aparece el Carpo. Pappo, para los amigos. No era esta una novedad para mí, ya que hacía rato que sabía de las andanzas del gran violero. Hasta aquí todo bien, predecible diría, para los que seguíamos la trayectoria de ambos músicos.

Pero, como bien dice Blades, “la vida te da sorpresas” y esa noche, gran noche, la vida me dio una gratísima sorpresa: supe de Luis Salinas, gracias a la generosidad de B.B. y el Carpo. Pude escuchar un blues tocado por ellos tres más un negrazo que nunca supe como se llamaba pero que se tocaba todo. Un empacho, ya lo dije, de guitarras y blues.

Ya pasaron muchos años y más noches desde aquella noche. Y parece que han pasado bien. Luis Salinas cada día toca mejor. No puedo dejar de escucharlo, él es uno de los mejores músicos contemporáneos que tenemos por estos lejanos pagos, los del sur.

Escuchalo. En este video toca junto a Horacio Avilano. Para Troilo y Salgán, se llama el tema, creación de Luis.


Otro si digo: Si no sabés del "gordo" Troilo y de Horcio Salgán, avisame. Te puedo contar algunas cosas. O, mejor dicho, ellos mismos, desde su música, te van a contar. Sabrás de la belleza.

14/11/10

Pollock

“Deben intentar asimilar lo que el cuadro les ofrece y no traer en la mente un contenido principal y una opinión tomada de antemano y buscar su confirmación en el cuadro.”
Esta frase pertenece a Jackson Pollock, quien junto a Robert Motherwel y Wilem de Kooning, es uno de los representantes más significativos del expresionismo abstracto norteamericano. Expresionismo y abstracto, una mezcla explosiva, como el mismísimo Jackson y su obra.

En la concepción de Pollock la fantasía es un elemento esencial a la hora de aprehender una obra de arte. Leonardo ya había dicho lo suyo, allá por el 1500, en su Tratado sobre la pintura, en el que se puede leer: “Una nueva forma de observar inventiva consiste en contemplar una pared repleta de diferentes tipos de manchas. Si uno desea inventarse alguna situación, allí puede observar cosas que recuerdan a paisajes diversos. Ya que mediante cosas confusas e indeterminadas se despierta el intelecto para inventar cosas nuevas.” (1)

No cabe duda alguna que esta concepción cabe a los cuadros de Pollock. Más allá de esto, este pintor –propio de los complejos años ’50- no se inspiró de ningún modo en la pintura del gran maestro renacentista. Diría que por el contrario, hizo caer la pintura tradicional en el más estricto sentido de la palabra. Nada de caballetes, sino lienzos en el suelo, sobre los que se chorreaba la pintura, aparentemente sin sentido alguno. Es que para Pollock pintar era una acción, un hecho o experiencia, renovada cada vez, cada día, en una suerte de ceremonia en la que primaban el estado de éxtasis y de trance. El pintor nunca podía predecir la apariencia final de su esfuerzo. Simplemente se prestaba a una especie de representación dramática, en la que la obra no era más que una consecuencia. Tanto que la mayoría de sus pinturas llevan como título, un “sin título”. Acción, solo eso. Y sin embargo la visión de su obra embarga. Misterios del arte. ¿O certezas? Vaya uno a saber…

(1) Nota: Me voy pensando en Leonardo, un genio.

5/11/10

Clapton

Eric Clapton, un gran músico, siempre. Creo que no hay nada o casi nada de lo que este artista ha hecho que no me gustara, empezando por los hoy algo lejanos tiempos del trío Cream. Y digo más: Eric, como el buen vino, mejora con el tiempo. Disfrutalo.

Ya que estamos hacemos algunos comentarios al margen. Esta canción, Over The Rainbow (en español Sobre el Arco iris) fue compuesta por Harold Arlen y la letra es de Yip Harburg. Si no me equivoco data de los años '30, siglo pasado. La interpretó por primera vez Judy Garland y, en el film El Mago de Hoz (1939), hizo estragos. De hecho esta obra fue escrita especialmente para Judy, quien hasta el final de sus días, jamás pudo dejar de interpretarla, ante la sistemática y persistente exigencia del público.

Como toda gran canción , ha sido interpretada por muchos artistas, muy disímiles además. Desde Bocelli hasta Guns N' Roses, pasando por Armstrong, Getz, Carey, Beck, Queen, Ramones, Plácido Domingo, Jarret, Miles Davis o Rico Rodriguez. Muchos realmente. ¿Motivo? Respuesta sencilla: es una canción bellísima. Tan bella como las cosas simples, seguramente las más bellas.

Volviendo a esta versión, de Clapton y acompañantes, hay unos detalles a señalar. El primero es la presencia del eterno y gran teclado, el Hammond. Su sonido es único. También llama la atención el otro teclado, de los de "ahora", que suena como un viento, con soplo incluido. La tecnología da para todo.
Luego, yendo a la "guitarrita" de Eric, encuentro un sonido que creo se enfoca deliberadamente hacia el sonido especial de otro gran guitarrista, Wes Montgomery. Finalmente un detalle que ya comenté en muchas ocasiones y no dejaré de señalar: para hacer música en un escenario no hacen falta quinientos bailarines en escena, un despelote de luces, fuegos artificiales, histeria, desnudez explícitamente disimulada y toda la trapisonda a la que muchos artistas "populares" contemporáneos nos tienen acostumbrados. Apenas hacen falta músicos. Con eso basta.

Para terminar este breve comentario, un dato curioso. Si no me equivoco (es posible que lo esté, no lo sé realmente), Liza Minelli, gran cantante e hija de Judy Garland, no grabó nunca esta canción. Al menos este escriba no ha encontrado referencias al respecto.

Nos vemos en la próxima. Mientras tanto, te regalo el Arco Iris. Que estés bien. Buen fin de semana.

27/10/10

La vida te da sorpresas...

Esta mañana al levantarme -temprano como siempre- la noticia me sacudió, como creo ha sacudido a la mayoría de los argentinos. El ex Presidente, hoy Diputado Nacional, había fallecido, ataque cardíaco mediante.
¿Por qué el "sacudón"? Simple: él y nadie más, seguía representando el poder político de turno en la Argentina.

Cuando en un país pasan estas cosas, las cosas se complican. Sobre todo si quien sostuvo hasta su muerte la concepción fáctica del ejercicio del poder en términos de concentración absoluta, desaparece de buenas a primeras.

Ahora, más que nunca, los argentinos debemos calmarnos. Aquellos que merecen el espacio para elaborar su duelo deben tenerlo. Y quienes, más allá de la humana solidaridad, no creen en ningún duelo, deben saber contenerse y esperar. A veces las tragedias, las crisis, nos permiten salidas positivas.

La paciencia y el apego a las normas básicas de La República son el norte que nos representa y obliga. Y digo más, deseo sinceramente que lo que estoy diciendo se generalice. Alguna vez debemos alcanzar la madurez cívica y los que no compartimos la exégesis de la inmadurez al voleo, debemos señalar el camino, cueste lo que cueste. Lo debemos hacer porque tenemos hijos y necesitamos pensar en el futuro, ya que éste es el que le da sentido a nuestras vidas, a veces -muchas veces- atravesadas de frustaciones sin sentido.

El responsable de este espacio casi nunca estuvo de acuerdo con las políticas (y acciones, las concretas, las que no se dicen en discurso alguno, las de las "efectividades conducentes"), puestas en marcha desde el 2003, año en el que una elección surrealista el Dr. Kirchner asumió la primera magistratura del país.

Pero, cambiando los factores de una célebre frase, "lo valiente no quita lo cortés", hoy solo caben las condolencias, el respetuoso silencio y una nueva apuesta al bien común.

Luego, la "militancia" (o la locura de ejercer el poder siempre, como sea y a lo que sea), no merece una vida o la vida misma. No, absolutamente no. La vida es más importante. El poder, la política, los negocios descomunales, no valen una vida.

Si hay una enseñanza que el Dr. Kirchner ha dejado a los argentinos, según creo, es que nada vale más que la vida misma. Lo demás sobra. ¿O acaso Néstor se ha llevado el poder al más allá?

18/10/10

Walsh + Zupay (II)

Basta con escuchar. A veces me parece que no hubiera pasado el tiempo. Pero pasó. "Huston, tenemos un problema..."

¿Somos nosotros? ¿Nuestros dirigentes? ¿Nadie? ¿El malvado imperialismo? ¿Los bolcheviques? ¿Quién fué? Seguro que son los de afuera. Nadie nos comprende. Nosotros no tenemos nada que ver...

17/10/10

Walsh + Zupay

María Elena Walsh es una de las mejores creadoras de los últimos treinta o cuarenta años de esta Argentina, tan desordenada.
Hubo muchos años en que ella ha sido ignorada, mal e injustamente. Y también hubo y hay un encasillamiento de la obra de esta notable mujer orientado a su trabajo dirigido a los niños. Quizás porque el mismo es genial.

Pero María Elena ha sido mucho más que la creadora de "Manuelita" y demás. Ella ha sabido expresar como pocos las contradicciones y sentires de un país complejo, el nuestro, aún antes de la dictadura. Posiblemente será por eso que no han faltado los "militantes" que la han ninguneado. Pero estos sujetos son escarcha y las obras sinceras y sublimes son rocas. Yo me quedo con estas últimas, lo demás es una pavada.

Y me quedo también con algunos músicos que expresaron el pensamiento de muchos jóvenes y no tan jóvenes en un momento de nuestra historia reciente, en particular la de aquellos que decidimos no matar. Supongo que los argentinos me entienden, en particular si consideramos la sesgada visión del pasado que el aparato oficial pretende implantar en nuestra sociedad a toda costa, comenzando por nuestros hijos, que de esto poco saben aunque conocen de sobra sus actuales problemas, que son otros y no son bien atendidos. Diría que más bien ocurre lo contrario.

Señora de los ojos vendados ¿nos darás alguna vez justicia? Te advierto que ya vamos para casi treinta años de Democracia. Me parece que es hora, muchacha.

16/10/10

Decires

Me dicen lo que debo decir. Digo lo debe decirse. Decimos lo que decimos y no decimos nada. Palabras y más palabras. Solo palabras. ¿Y si digo lo que no debe ser dicho?

Hay voces que se animan a decir sin miedos, que dicen bien. Pero faltan oídos. O ya no escuchan, no pueden hacerlo, están cerrados.

Entonces se dice lo que nos reduce. Y cada día decimos menos, porque no sabemos decir. ¿Qué decir sobre lo que no se conoce? Nada, obviamente. Y no decimos sino que nos dicen. Somos seres cautivos.

La dependencia es hija de la ignorancia.

12/10/10

12 de Octubre (II)

Uno pertenece a una generación que, más allá de errores y aciertos, puede mostrar con orgullo una explosión creativa, que defino singular, sin miedos ni pudores. Sobraron músicas, letras, cuadros, esculturas, experimentos y un sinfín de expresiones de todo tipo. Descubrimos la libertad y supimos, supongo, aprehenderla. Me place poder afirmar esto y me place repasar un pasado que no necesitó ejercer la violencia para expresar sus convicciones, a pesar de haberla sufrido. Tengo el orgullo de no haber disparado un arma en mi vida. Detesto la violencia y no la justifico (ni acepté), nunca.

Un grupo musical chileno de aquellos tiempos, Los Jaivas, pudo definir en una canción, constituida en un ícono cultural, lo que intento expresar. Vamos con ellos.

Los años pasaron. Sin embargo, desgracias latinoamericanas mediante, Los Jaivas y su bella canción siguen vigentes. Un detalle que nos debería llamar a la reflexión, supongo. En otras palabras, al decir del David Lebón de Serú Girán, ¿cuanto tiempo más llevará?

Y digo lo que digo porque tipos de pelos canosos podemos seguir cantando lo mismo. Todo un atraso ¿no creen? Los Jaivas de nuevo, ya en otro tiempo.

La termino. ¿Cuánto tiempo deberá pasar?

11/10/10

12 de Octubre


Me asombran las personas que frente a hechos complejos de la historia, asumen o adoptan una actitud o visión unidireccional a la hora de analizarlos e interpretarlos. Y expreso mi asombro porque a estas alturas de la vida he podido llegar a una única conclusión: no existen las verdades absolutas ni realidades galvanizadas en una única mirada.

Si consideramos la llegada de Colón al Caribe como el inicio del proceso de colonización de América por parte de algunas potencias europeas de aquel entonces, en particular el Reino de Isabel y Fernando (que acababa de conquistar el último enclave moro, nada menos que Granada) y Portugal, con el casi inmediato y entusiasta aporte de Gran Bretaña, Francia y Holanda, podemos coincidir en que la fecha oficial, esto es el 12 de octubre de 1492, establece un punto de inflexión en la historia de occidente.

Semejante proceso tiene múltiples aristas, tantas que creo imposible llegar a conclusiones ya no absolutas sino al menos más o menos coincidentes. ¿Cómo hacerlo ante semejante choque cultural? Sin embargo, creo que ya va siendo hora de buscar denominadores comunes, en vez de insistir en la profundización de diferencias, a veces con miradas tan unidireccionales como las que nos aportaría un rayo láser. Nosotros no somos habitantes del siglo XV; vivimos en el siglo XXI, ha pasado mucha agua bajo el puente. Nos debemos y merecemos abrir el foco de nuestras miradas.

Como la mayoría de los que hemos sido paridos en suelo americano tengo mis opiniones, que exclusivamente son mías y no vienen al caso. También tengo algunos deseos, ilusiones si se quiere. Me parece más conducente hablar de ellas ya que intentan aportar un granito de arena al futuro desde un presente imperfecto. Tiene que ver con la esperanza, me parece.

Mi mayor esperanza, un íntimo deseo, es pensar en una América diversa, cohesionada, multicultural, cada día más creativa. Y libre. ¿Será posible?


La imagen reproduce una obra de Salvador Dalí, El Descubrimiento de América (o El Sueño de Colón), un óleo sobre lienzo de 410 x 284 cm, que forma parte de la colección del Museo Salvador Dalí, Estado de La Florida, Estados Unidos de Norteamérica.

10/10/10

Aretha ( o divagues en la medianoche)

Allá, por los setenta, quien escribe esto estaba decididamente enfrascado en descubrir el blues y, de rondón, se permitía el entusiasmo por el rock. El Woodstock del '69 fue toda una revelación.

Pero las músicas son muchas y múltiples. Estaban las óperas del Colón, las composiciones de Piazzola, Vinicius de Moraes, los Zupay, María Elena Walsh, la incipiente Mercedes Sosa, los Chalchaleros y la jodarra de la Manzana de las Luces, esto es el Di Tella y todo lo que alrededor de este ícono cultural de Buenos Aires se desarrollaba. En síntesis, una ensalada. Y recalco el concepto de "la ensalada" por mi entonces condición de post adolescente. ¿Se puede tener otra cosa en la cabeza a los 19 o 20 años?

De repente descubrimos la música soul que -en medio del revoltijo que intenté resumir- nos rompe la cabeza de buenas a primeras. Y, con esta música, la benéfica aparición de Aretha. Confieso que en mi juvenil situación me enfrenté a un dilema. ¿Era esta una música "políticamente correcta" o un simple movimiento comercial? Pregunta pueril a mi actual edad, y sustancial cuando se es un jovencito.

El soul me gustó, sobre todo el esquema de la canción cantada en dos planos simultáneos y complementarios, la de la voz solista y el coro, aspecto hoy casi indispensable, pero decorativo y con un sentido sinsentido, en los conciertos de tantos y tantos mega solistas, salvo honrosas excepciones.

Vamos con la Aretha de los años setenta.

Dije con Aretha. Agrego: y con el coro, parte sustancial en estas músicas, devenidas del Godspeel, en general. Se trata de una cuestión no solo musical, sino también gestual.

Pero ella siguió cantando, como era de esperar. Y nunca pudo eliminar de su repertorio esta canción, ya un ícono. Veamos una versión de unos cuantos años más tarde, en estado de madurez. Habían pasado 18 años.

No sé ustedes pero yo veo aquí una voz que ha perdido el brillo natural de la juventud que, pasado el tiempo, mantine su esencia y se sostiene fundada en el oficio, la técnica y la experiencia. Como sea que sea, sigue siendo una voz especial, la de Aretha. Y, volviendo al indispensable coro, también. Este es acorde con la solista. Y lo gestual no ha desaparecido, aunque sí morigerado. Ya son tiempos posmodernos. También comerciales en términos explícitos, aspecto que no es cuestionable por cierto, por más que socave los basamentos románticos de aquella juventud.

Pero hay más. Dicen los que me conocen que suelo ser largo. Y sí, me gusta desgranar los temas o cuestiones que llaman mi atención hasta el último detalle, en la medida que sea posible hacerlo. Y me gusta porque en el detalle, ese maldito detalle, está la diferencia. Veamos y escuchemos a una Aretha explícitamente volcada al negocio del arte que, repito, no critico.

Digo: ¿Notaron que aquí no hay músicos ni coro? Alcanza con una grabación, el conjunto deja de ser interesante, basta con figura central y una grabación del resto, pista de soporte le dicen, según creo. Estamos en la etapa de las repeticones fordistas del arte, en este caso un tipo de música popular.

Uno nunca supo el nombre de las/os integrantes de los coros que acompañaron a Aretha. Tampoco sabe los nombres de muchos otros integrantes de otros coros, pero ellas y ellos allí estaban. Uno los vió y, en más de un caso, luego los reconoció solistas o formando parte de alguna banda o conjunto.
Ahora, en más de una oportunidad, ya no los vemos. Son simplemete una grabación. No me gusta nada.
Luego, Aretha, has sido y sos una maravillosa cantante. Tu extraordinaria voz alumbró muchos momentos de mi vida.

3/10/10

Casas, puentes y cascadas (segunda parte)

Mostramos hace unos días dos animaciones virtuales de dos obras paradigmáticas del siglo XX. La casa Kaufamann de Wright, y la llamada "Casa del Puente" de Amancio Willams.
La obra de Wright allí está, como siempre. Si algún curioso se anima a escarbar un poco por el You Tube, o cualquier sitio, publicación, catálogo, etc. sabrá que la obra no solo está donde debe estar, sino que es preservada, cuidada y objeto de estudio y admiración. Para ello no hizo (ni hace) falta nada extraordinario. Basta con el simple sentido común.
En el caso de la obra de Willams, y en un fiel reflejo de la realidad argentina, debemos decir que ha sido declarada nada menos que Monumento Nacional. Repito y que se tenga bien aprehendido: MONUMENTO NACIONAL, nada menos.
Bueno, veamos lo que el Estado y la sociedad toda hace con sus monumentos nacionales. Pasen y vean, fieritas, mientras nos bailoteamos una cumbia procaz, de esas que mellan el cerebro e impiden el pensamiento.

Y hay más. La autoflagelación debe ser completa. Bien argentina.

Y más todavía. Vamos con el Monumento Nacional.

Conclusión: el nuestro es un país de papel que, gracias a los evidentes esfuerzos de las autoridades, avanza hacia algo mucho más peligroso: convertirse en un sitio virtual. No me gusta nada.
Muestro esto a mis connacionales y a cuanto ser humano se meta en este minúsculo espacio con vergüenza, porque lo menos que le puede pasar a un argentino bien nacido al que todavía le queden algunos valores por ahí, es sentir la vergüenza de semejante atropello.
Finalmente, mientras escribo esto, me digo: ¿y qué esperabas? Si ya la vida cada día vale menos. ¿A quién le importa la obra de un tal Amancio Willams?

PD: Aclaro que nada tengo contra la Cumbia que, dicho sea de paso, me gusta y mucho. He dicho "cumbia procaz". Espero ser entendido.

26/9/10

Casas, puentes y cascadas (primera parte)

Frank Lloyd Wright ha sido un genio de la arquitectura de todos los tiempos. En lo personal siento que su obra es una fuente de inspiración siempre presente. Una de ellas, probablemente la más conocida o celebrada, es la casa de la cascada o Casa Kaufmann. Miremos primero una reproducción virtual de ella, por cierto muy bien hecha, que nos ofrece el espacio inagotable de YouTube.


Amancio Willams, un aquitecto argentino, también ha sido un grande de la Arquitectura. Entre las muchísimas obras que realizó a lo largo de su dilatada carrera se encuentra una obra paradigmática, tanto como aquella genialidad de Wright. Me refiero a la Casa del Puente, ubicada en la Provincia de Buenos Aires, cercana a la localidad de Mar del Plata. Veamos ahora una recreación virtual de esta obra.

Hasta aquí la presentación (si se prefiere representación) de ejemplos notables de la arquitectura del siglo pasado. Veamos ahora qué ha sido de ellas, unos cuantos años después... No, mejor dejamos este aspecto para otra entrada. Suspenso.

Sigo

Quienes son amigos de este lugarcito saben que hace un buen rato que no aparezco por aquí. Hay razones. No tiene sentido comentarlas. Pero no he abandonado, no me fuí. Solo se trata de "parar la pelota" por un instante, digamos una ausencia temporal, en todo caso una revisión personal. Mientras tanto, una linda música, como todas las músicas de Caetano. ars no se rinde.

15/8/10

Insisto: Adrián Iaies & Walsh

Curiosa paradoja. El piano, instrumento de percusión, alguna vez fue pensado para sostener una cierta base rítmica de las melodías surgidas de instrumentos de cuerdas o vientos. Pero la "vida te da sorpresas". El piano en manos de seres extraordinarios se convierte en melodía. Aquí un ejemplo, de los que a mí me gustan.

Serenata para la tierra de uno. María Elena Walsh. Interpretada por Adrián Iaies, un músico que -insisto hasta el cansancio- merece ser escuchado muy atentamente.

5/8/10

Exorcismo

La “Crónica de la Vera Historia de los Sucesos Paranormales acaecidos en la Isla del Fuego, de cómo quedaron truncos, comenzó la tristeza, y otras pocas cosas más” (1), atribuida a los Primordiales Fueguinos, destaca: Ushuaia, jueves 14 de julio de 1996, 23.30 hs, noche sin luna ni estrellas, temperatura ambiente: 8 grados bajo cero. Sensación térmica: sin datos. Humedad: sin datos. Visibilidad: hasta donde alcance la vista. Estado del terreno: escarchado. Reseña del día: sin novedad. Reseña de la noche: sólo dos vehículos circulaban por Ushuaia a esa hora: casi chocan… sus conductores, realizaron un exorcismo.

Dedicado a Nicolás Romano.
Nico ayuda al Oso a conjurar un maleficio

Ese fue, para Romano, uno de los mejores encuentros de poesía que recuerde. Apenas llegó a Río Grande, enfiló el SUZUKI SAMURAI blanco, derecho para lo de Julio. La casa de la calle Don Bosco era chica, pero de corazón grande, como el del Mochi; por tal razón, en un espacio de 4x4, se agolpaban unos 14 aventureros de las letras. Julio, se había rapado. Alucinado por la novedad, a Pablito no se le ocurrió mejor idea que imitar ese look y, todos los presentes, habían echado mano a la Triple Cero sin conmiseración: la cabeza de Pablo parecía un cardal, luego del paso de un malón. Faltaban pocos minutos para el inicio del encuentro, y alguna mano bondadosa se apiadó de él, proveyéndole un sombrero que oscilaba vacilante en su testa, como los platos voladores en las películas de Ed Wood. Todos los que allí estaban emprendieron la retirada hacia el Club San Martín.

Antes de sumarse a la caravana, a Nico le extrañó encontrarse con El Oso en el lugar. Había llegado a Río Grande manejando un desvencijado remís. Tipo raro El Oso, durante el verano ushuaiense juntaba plata trabajando para una agencia. Compraba las provisiones necesarias para el invierno y, con la primera nevada, se atrincheraba en su alpina hasta la llegada de la primavera. Se me da por pensar que, en ese tiempo, en el que aumentaba el volumen de su despensa, de manera inversamente proporcional, los supermercados locales veían disminuir de manera considerable su stock de frascos de miel, y de salmón ahumado.

Para ese entonces, en su tiempo libre, Nicolás estaba pergeñando algunos bocetos portuarios, había transformado en relatos algunos otros, se había enfrascado en la exégesis de la discursividad del Sub-comandante Marcos, leía a Humberto Costantini, recitaba a Juan de Dios Pesa; en sus correrías, había sorteado con total naturalidad, las emboscadas que le tendían los carabineros chilenos, y los gendarmes argentinos, había intentado escalar -sin éxito- el Monte Olivia, continuaba en la búsqueda del mapa de un tesoro, e intentaba tranquilizar a su esposa, para que no lo echara de su casa… sin por ello -claro- abandonar su labor como Preceptor en el Colegio Polivalente.

Lo que siguió fue una sucesión caótica de acontecimientos: la poesía de Julio, la presencia rectora de Dinko, la guitarra de Montes, la armónica de Legunda, Nelson y Fredy intercambiando extrañas afinaciones, la omnipresencia del Mingo, los ecos de la voz de Niní, la dulzura de Liliana Ancalao, el sombrero de Pablo, Mauricio haciendo dedo, las entrevistas de Inés, los comentarios de Celia, un match de semi-fondo protagonizado por el Gordo Nemesio, los aires patagónicos del Chele Díaz, de los Hermanos Contreras, y de Horacio Cholila, la pachorra de Zalazar, las viejas que afuera del Banco pedían 10 pesos por una estampita de San Cayetano, madrugadas en vela, y el vino generoso. Romano, aunque abstemio, estaba feliz: “Y vino la palabra” –se repetía a sí mismo.

El domingo a la noche, luego de 5 intentos por encontrar el Monumento a la Trucha –hecho que le llevó casi una hora de marchas y contramarchas, matizadas por enfervorizados insultos tanto de automovilistas como de peatones- Nico regresó a Ushuaia con sus retinas repletas de imágenes de amistad, y tarareando, desafinadamente, “El gorro de lana”.

“El estiba”, nunca manejó bien, es de esos tipos que cuando dobla en una rotonda, y ve que una multitud de autos se le viene encima como en el Gran Premio de Mónaco, piensa que son ellos los que vienen a contramano.

Unos meses después de aquel encuentro, perdido en la oscuridad invernal del Barrio Ecológico al comando de su SAMURAI; Romano, realizó en mitad del bosque, uno de sus habituales giros en “U”. La noche se iluminó de pronto, y “el Estiba” creyó ser un elegido por la divinidad, el depositario de la cifra del Universo… se relajó en actitud mística para asistir a la revelación, a la espera de la llegada de una presencia superior.

En eso estaba, cuando advirtió que su jeep se encontraba enfrentado a escasos 30 centímetros de otro vehículo que también estaba con los faros encendidos, del cual se bajaba su propietario para encararlo con intenciones siniestras.

Romano no se amilanó, y también descendió del suyo con rostro amenazador, dispuesto a enfrentar en duelo criollo al otro conductor, en caso de que fuera necesario.

Con las pupilas dilatadas por la dicroica luminosidad, ambos titanes midieron fuerzas y se reconocieron como en mitad de un sueño: el tipo que bajó del remís, de pelo y barba cobrizos, apenas si llevaba una desteñida chomba de manga corta, que alguna vez fue fucsia; delgados pantalones de vestir color caqui, y, por entre sus sandalias franciscanas, asomaban unas gruesas medias de lana cruda.

La vestimenta de Romano, llamó la atención de su contrincante: el vate, estaba equipado como para iniciar una inminente campaña al Polo Norte: su estrategia de adoptar el estilo “cebolla”, superaba en volumen al contenido de cualquier depósito de tal tubérculo en la lejana Olavarría.

-¡Oso…! –alcanzó a exclamar Nicolás, antes de que ambos reeditaran en ese apartado confín austral, un abrazo cuya definición ya fuera patentada por el extinto “Mono” José María Gatica: “Dos potencias se saludan…”


Una vez finalizado el abrazo cultural, “el estiba”, vio la preocupación reflejada en el rostro del jachayero:

-Tenés que ayudarme, Nicolás… -manifestó tímidamente éste.
-¿Qué te anda pasando, Cumpa? –expresó Romano, solícito.
-Estoy engualichado, hermano, alguien quiere hacerme un daño… nunca hay que confiar en las mujeres… acompañáme… -dijo El Oso.

Sin que mediaran más palabras, el de las sandalias se dirigió hacia el baúl de su auto, seguido por el de boina y borceguíes… cuando El Oso abrió el habitáculo, entre las sombras, Nico creyó advertir una pala, un pico, una linterna, y una bolsa de plástico con la inscripción de los Supermercados La Anónima.

Cuando “el jachayero”, acercándose con expresión temerosa, abrió aquella bolsita, a Romano le pareció distinguir en su interior algo así como los restos de un visón, luego de ser pisado por una aplanadora.

-La única manera de conjurar este mal, es enterrar su origen, si no estaré condenado, Nicolás… -advirtió El Oso.

Enfrascados en la misión, apagaron los faroles de los autos y se internaron en el bosque sin decir palabra… adelante, con la linterna en una mano, y la mínima bolsa en la otra, se abría paso el engualichado.

Atrás, consciente de su misión, Nico cargaba al hombro el pico y la pala… el apagado rumor de los pasos de ambos sobre la tierra helada, se confundía con el acelerado latir de sus corazones.

Llegados a un lugar que al Oso le pareció apropiado para el ritual, se detuvieron… Romano, colaborador, hizo rebotar en el sitio elegido la punta del pico con tal fuerza que casi la rompe.

-No, hermano -dijo el Oso, interrumpiendo el afán de su empeñoso colaborador- es el portador del mal el que tiene que hacerse cargo.

La pala de punta sacaba chispas de la tierra escarchada, ante cada acometida del Oso, poco a poco, los endurecidos terrones, comenzaron a agolparse alrededor del pozo.

Cuando éste alcanzó la profundidad que el hechizado creyó conveniente, antes de ubicar la bolsa en el fondo, el jachayero volvió a abrirla para que Nico, cual Escribano interviniente, verificara la transparencia de los hechos.

Con esa última mirada, “el estiba” entendió todo, pero no murmuró palabra… esperó que su amigo conjurara el maleficio y luego, como para dar su veredicto final y refrendar lo actuado, se paró sobre el túmulo, y pisoteó la tierra durante algunos segundos.

-¿Ya te sentís mejor, Oso? –alcanzó a preguntar.
-Sí, hermano, te debo una… no sabés el peso que termino de sacarme de encima… uno nunca sabe cómo pueden terminar estas cosas… no hay nada peor que una mujer despechada… -respondió el Oso.

Restablecido nuevamente el equilibrio universal, ambos amigos se despidieron fundiéndose en un nuevo abrazo. Cuando el remís se alejó, Romano no pudo evitar una sonrisa... pero el reloj del SAMURAI blanco le hizo recordar que debía participar de una cadena de oración. Por tal motivo, regresó a su casa, dejando para alguna ocasión más propicia, la búsqueda de un nuevo portal de entrada a la tierra.

La nieve, que lentamente comenzaba a caer sobre Ushuaia, con su inevitable paciencia, borró todas las huellas de lo sucedido.
……………………………………………………………………………………………………


¿Y qué podía hacer? –me dijo Romano años después en mi casa, con su inconfundible vozarrón: alguno de los que estaban en casa de Julio esa tarde, habrá metido la bolsa en el baúl del remís del Oso… El Cumpa creía en lo que estaba haciendo… y yo no iba a ser quién le dijera que esos pelos que enterramos en el bosque, eran los pelos de Pablito Aguirre.


© Roberto Santana

(1) recreación del título del film de Leonardo Favio “Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza, y otras pocas cosas más”, también conocido como El romance del Aniceto y la Francisca -1967-. RS

Jugando un poco (juego de palabras)

¿Es lo mismo un vocablo que una palabra? Según el diccionario parece ser así. Pero, ¿es lo mismo? Creo que no, por una elemental y trascendente razón: un sonido o conjunto de sonidos articulados que expresan una idea y la representación gráfica de estos sonidos pueden resultarnos agradables, bellos, amigables. O extraños, molestos, agresivos. Será la concepción estética de cada uno quien asigne el adjetivo.

Cuando pienso en la palabra y pronuncio tal palabra, disfruto. Y no solo eso, intuyo esperanzadoras posibilidades creativas, intercambios de todo tipo, aventuras. Si se me ocurriera apelar al vocablo es posible que sintiera la enojosa sensación de estar envasado al vacío. Da miedo. Envasado, vacío. Nada bueno puede ocurrir con vocablos tan peligrosos.

Uno es un esdrújulo, ya lo he dicho alguna vez, amo los acentos. Y a las palabras. Porque ser esdrújulo (Ver) implica asumir el deber ciudadano de definir la ideología sintáctica que abrazamos sin disimulos o medias tintas, nuestra estética del lenguaje. ¿Se le puede ocurrir, acaso, a un ser bien nacido "dar su vocablo" a la hora de asumir un compromiso o promesa? No lo creo. Lo que se da, amigos, es la palabra. Dar, sideral verbo por cierto, toda una palabra.

Asunto complejo esto de la lengua, vocablo que no me convence, toda vez que uno se ha quedado anclado en la palabra idioma. Pero no hay que exagerar, tampoco nos vamos a poner en contra de la corriente. Dejemos pues a la lengua en paz, aunque no puedo evitar una de mis asociaciones ilícitas cada vez que se utiliza este sustantivo, imaginando una vinagreta, la de lengua, plato muy difundido. No hay caso, siento cierto “asquito”, por más que la creciente esfera que hoy define mi cintura, mi panza digamos, reclame su sobredosis alimentaria de cada día. Ella, la panza, podría ser una excelsa palabra, cargada de natural humanidad o un vocablo que obliga a la vergüenza del panzón y la tortura del gimnasio, a cargo de una inaccesible walkiria, pletórica de vocablos, algunos –debemos ser sinceros- tan interesantes que llevan a pensar en el panel central del célebre tríptico del Bosco, el Jardín de las delicias. Depende del punto de vista. Lo dicho: es un problema filosófico.

Confieso mi desconfianza (terrible vocablo) en lo que se refiere a las academias o, mejor dicho, lo que podríamos definir como academicismo áureo. Ocurre que hay oportunidades en las que se suelen definir (gran palabra, verbo además) como “académicos” a productos o producciones que me llevan a sentir un cierto cosquilleo (juguetona la palabrita) en algún lugar de mi consciencia. En particular si ellas pertenecen a sujetos acostumbrados a observar por encima de sus ilustres hombros a sus semejantes (contundente “palabraza”), supuestamente subsumidos vaya uno a saber en que rincón de la ignorancia, incapaces (¡horribles vocablos!) al parecer, de alcanzar el altar (palabra luminosa) de la ilustración de los figurones, expresada en complejos textos, plagados de ininteligibles vocablos. Ellos, los academicistas especializados en fabricar globos, esos que creen que todo lo saben, o simplemente que "saben" (¿es admisible que una palabra tan hermosa termine convertida en un vil vocablo?), me recuerdan al Salon des Refusées y con él a sujetos que algún fósil del intelecto no dudó en rechazar (vocablo, verbo deplorable) a creadores notables tales como Monet o Cézanne, entre otros. Confieso que no puedo retener en mi memoria muchos de los nombres de quienes ocupaban las paredes del Salón Oficial por aquellos años. Ni hablar de los críticos o jurados que fueron capaces de cometer semejante tropelía, palabra atractiva, caída en desuso, por más que las tropelías sobren en nuestra tierra. Menos mal que hay enciclopedias. Para acordarse de los fósiles, digo… las tropelías no necesitan ser registradas, están.

Con academias o sin ellas, los hispano parlantes ya no tenemos un idioma o lengua (insisto: vocablo equívoco, recordar la vinagreta). Parece ser que hay acuerdo en no tener muy claro si hablamos español, castellano, argentino, colombiano, cubano o vaya uno a saber qué. Lo nuestro se ha convertido en un fárrago de palabras portadoras de múltiples influencias, aunque no deja de ser interesante este torrente idiomático (bueno, bueno, no se enojen los académicos, digamos lingüístico), ya que las cosas se han puesto diversas y la diversidad tiene sus ventajas: puede enriquecernos. Pero cuidado, que el enriquecimiento debe gozar de licitud (¿a qué les suena esto de la licitud; será una palabra o apenas vocablo discontinuado?), toda vez que abandonar la condición esdrújula que bien aconseja respetar las reglas del juego nos puede llevar por los meandros (vocablo sin duda traicionero) del enriquecimiento ilícito, a veces tan habitual como el aire, para desaire de la justicia, palabra hermosa que de tanto menearla al voleo corre el riesgo de convertirse en un vacío vocablo.

El idioma no es estático. Como la falquitrera (está buena la palabra ¿no?) puede crecer o menguar hasta mostrar una dramática falta de contenido, sólo piel y sin huesos, ya que apenas es una falquitrera. O lo que es peor: ella puede engordar al punto tal de inhibir (¿palabra o vocablo?) la básica identificación entre las saludables proteínas y los muy dudosos lípidos. La grasa de las capitales no se banca más, cantaban Charly y Serú Giran. ¿Banca? ¿Asiento, entidad financiera o actitud de sostener, soportar o aguantar algo o alguien? ¿Sustantivo o verbo? Ya ven, el asunto tiene sus aristas. Se impone entonces el buen uso de la palabra.

22/7/10

La ensalada (es música)

"This is actually a very famous piece by Piazzolla. A lot of his music is arranged and rescored for various instruments. I lends itself quite well to arranging, but is absolutely magnificent simply with bandoneon and traditional Argentinian instruments." Al parecer el asunto tiene que ver con Astor, el gran Astor. Y este asunto se trata de una -por decirlo de algún modo- personalísima interpretación de la violinista Vanessa-Mae de Fugata. Agrego, sin ton ni son, que lo de fugata me suena a Moscato, Pizza y Fainá, es decir Buenos Aires, calle Corrientes y de ahí para el bajo. Veamos o, mejor dicho, escuchemos.


Escuchado que está el asunto (eso espero), debo comentar en primer término que mi colega y amiga Marta ha tenido la generosidad de acercar este particular aporte (gracias, amiga), en el que nos desayunamos con una eximia y muy exitosa violinista, Vanessa, nacida en Singapur, que se ha hecho notar no solo por su natural virtuosismo sino también por haber tenido la inteligencia de incorporar a su repertorio un conjunto de músicas modernas o contemporáneas de distintos o diversos orígenes y géneros, revalorizando lo que ya tenía (tiene) valor por si mismo. O sea: todo muy posmoderno.
La vionilista es excelente (ver biografía reduccionista en Wikipedia) y los músicos que la acompañan también. Lo que me encanta, me da gracia en realidad, es la imagen del músico del bongó y los platillitos de juguete, muy compuesto el hombre, con moñito -una gala es una gala- jugando con la percusión. ¿Se puede saber de que traditional Argentinian instruments me están hablando? Respecto del bandoneón...
Grande, maestro Piazzola, por más que según dice un sensato venezolano en el sector de comentarios del YouTube "...por un momento me pareció algo como un caos... pero es interesante." Sí, es interesante y también un caos. El caos, en definitiva, es interesante. Pero cuidado, a no confundir las cosas, especialmente en este tiempo de confusión expresa, vocacional y generalizada. Astor jamás puso una nota, ni una, sin orden y alejado ya no del caos, sino el más mínimo desorden. No me lo plastifiquen a Piazzola. Que no todo es un licuado de banana.

20/7/10

Dos (una historia por entregas) 2.5.2.

Vamos con el resto del programa Los Protagonistas del Fin del Mundo, realizado por Marcelo Murphy, tal lo explicado en el post anterior. Son tres vídeos más. Yo creo que, si esto te interesa, no estaría de más que te hagas un tecito (o prepares un edificante trago), y vayas degustando de a poco.
Antes de ir a las imágenes deseo hacer una aclaración. Hay un segmento en el que comento la obtención de reproducciones de diarios y periódicos de la época en que se construyó la casa original en la biblioteca del Congreso de la Nación. Bien, esta labor la realizó mi hermana Dolores (también arquitecta), por entonces radicada en la ciudad de Buenos Aires. Ella, como otros, formó parte de una pequeña red de amigos y colaboradores que fueron aportando soluciones a diversos inconvenientes que se fueron presentando a lo largo del proceso. Recuerdo a los amigos de ars que todo esto se hizo con un bajo presupuesto, esfuerzo, y en más de una oportunidad, bastante ingenio. Gracias, hermana.



Bien, por el momento creo que ha sido suficiente. Un día de estos volvemos. Hasta la vista...

Dos (una historia por entregas) 2.5.1.

En 2004, al cumplirse diez años de la inauguración de la que hoy todos conocen como La Casa Beban, el conductor y periodista Marcelo Murphy tuvo la muy amable idea de convocarnos a Zulema Beban y a quien les escribe para realizar un programa del ciclo Los Protagonistas del Fin del Mundo, creado y sostenido por Marcelo a lo largo de varias temporadas en el Canal 11 de Ushuaia. Dudé mucho respecto de la inclusión de estas imágenes en esta "historia por entregas". En fin, finalmente decidí hacerlo y aquí comienza el show. Vas a conocer a Zulema, quien sigue entre nosotros y ha manifestado que ha decidido vivir por menos unos cien años. Que así sea, estimada Zulema y que podamos festejar juntos, en no poco tiempo más, los cien años de esta casa. Luego, quienes han tenido la suerte de no conocer a quien esto escribe, me conocerá (personas impresionables, abstenerse), aunque un poco más joven. Por razones técnicas he subdividido este material en cinco partes. En este post van las dos primeras. Luego seguiremos con las restantes.




Quien ha seguido este cuentito, seguramente no encontró mayores diferencias respecto de lo ya narrado. Así y todo me parece válido este aporte. La seguimos luego.


Nota: Debo agradecer a Chini, la conversión de las imágenes analógicas al formato DVD. Luego he sido yo el responsable del fraccionamiento en partes del programa, el paso al formato MP para subir esto a YouTube y demás. Ha sido una tarea por demás ardua, toda vez que no estoy muy ducho en estos menesteres. Es más, la calidad de las imágenes no es demasiado buena. En fin, ya aprenderemos un día de estos.

Edouàrd

Nacido en una familia burguesa de París, Edouàrd Manet nunca se definió a sí mismo como impresionista. Se formó con Thomas Couture (un pintor de cámara francés), viajó por Holanda, Austria, Italia y España completando su formación, a través del ejercicio de copiar a los grandes maestros (cosa que aún hoy muchos hacen) y a lo largo de toda su vida luchó por el reconocimiento del mundo artístico oficial. Según cuenta Anna-Carola Krauβe (1) su obra está fuertemente influenciada por dos extraordinarios artistas: Velázquez y Goya. Entre los artistas contemporáneos se entendió muy bien con Coubert (realismo-naturalismo) y Delacroix (romanticismo francés).

Decía que luchó por el reconocimiento oficial; sin embargo fue muy cuestionado por el público en general ya que su obra convulsionó en más de una oportunidad al mundo artístico de su época. Ejemplo de manual: casualmente el Almuerzo (un óleo sobre lienzo de 214 x 270 cm, que se expone en el Musée d’Orsay, París) que se incluye en el post anterior, y repetimos ahora para mayor claridad.

Cuando en 1863, Edouàrd presenta este cuadro en el Salon des Refusés, en el que se exponían los cuadros rechazados por el jurado del Salón Oficial, se armó un lío mayúsculo. Contrariamente a la dama de Giorgione, Manet representa a una mujer desnuda sentada entre dos caballeros vestidos, situación que fue calificada de escandalosa e indigna para el arte. En realidad Manet se limitó a citar un tema clásico: el desnudo femenino en la naturaleza, tal como ya lo habían representado el mismísimo Giorgione, Rafael Sanzio y otros más. ¿Por qué, entonces, el escandalete? Ocurre que este hombre del siglo XIX había modernizado y “profanado” (2) el motivo sustituyendo personajes mitológicos y/o sacros por coetáneos suyos, comunes y corrientes, combinando el ambiente excursionista dominical del almuerzo campestre, práctica apreciada por la burguesía, con la prostitución existente en las zonas recreativas periféricas del París de fines del siglo. Toda una novedad.

En realidad, si lo miramos bien, Manet no hizo otra cosa que reflejar su tiempo y entorno social. Ocurre que las burguesías fueron y son hipócritas. Una cosa es hacerlo y otra reconocerlo con naturalidad. Luego, el amigo Edouàrd no era ningún inocente. Está muy claro que deliberadamente pone frente al espejo a la sociedad y envía algunos mensajes que sería redundante de mi parte refritar aquí. Miren sino a su Olimpia y comparen a esta desafiante joven con la Venus de Tiziano, la dama de Urbino. Y no solo a las féminas, observen bien el contexto de cada cuadro y los personajes que completan cada uno de ellos. ¿Qué les parece?

Olimpia (1863). Oleo sobre lienzo, 130,2 x 189,9 cm, Musée d’Orsay, París.

Venus de Urbino, también llamada Venus del Perrito (1538). Oleo sobre lienzo, 119 x 165 cm, Galleria degli Uffizi, Florencia. 1538.

Nota final: Es curioso. Acá andamos contando estas historias y resulta que anoche, viendo el noticiero de la Tele, me vengo a enterar que varias diputadas del parlamento Checo se han fotografiado en una suerte de almanaque erótico, para llamar la atención del electorado. No hay caso, no somos nada…


(1)Anna-Carola Krauβe (1995). Historia de la Pintura. Könemann Verlagsgesellschaft, Colonia.
(2)Ese fue el término que utilizó un conocido crítico de arte de la época para calificar la obra en cuestión. Es duro que te traten de “profanador”. También es duro que te bajen de un plumazo y sin anestesia, visiones idealizadas -por distintos motivos- en las que está en juego la imagen o el “tema”, si se prefiere, de la “belleza femenina”.

19/7/10

La Tempestad

Giorgio Barbarelli -por todos conocido como Giorgione- como el otro gran artista veneciano de su época, Tiziano, provenía del taller de Giovanni Bellini, famoso por el uso del color y la luz. Tanto Giorgione como Tiziano (más joven que el primero) siguieron adelante con la técnica de su maestro y la desarrollaron, a veces en conjunto. Son muy pocos los cuadros que pueden ser atribuidos sin dudas a Giorgione, que yo sepa apenas cinco, pero la notable calidad de estas obras le han asegurado al artista un sitio de honor entre los maestros del Renacimiento. Lamentablemente, Barbarelli murió joven, a los 32 años, y no pudo disfrutar el éxito que supo vivir su amigo Tiziano, máximo representante de la pintura veneciana durante al menos 50 años.

La Tempestad, (1) un pequeño cuadro que atesora la Gallerie dell’Accademia de la ciudad de Venecia, es quizás la mejor de las obras de Giorgione. O la más célebre en todo caso. Se trata de un óleo sobre lienzo que apenas mide 82 x 73 cm, que nos muestra una escena que proporciona placer visual y nos deja el misterio de su significado, además de su condición de obra excepcional para su época por ser ante todo un paisaje, posiblemente el germen de la pintura paisajística que luego se desarrolló en los siglos XVII y XVIII, que fuera fundamental como fuente de inspiración de la pintura naturalista, ya en el siglo XIX.

En primer plano vemos un centinela. ¿Un soldado, un pastor? No lleva armas, pero tampoco hay rebaño. ¿Se encontrará, entonces, guardando a la mujer y el niño que vemos a la derecha de la escena? Por lo pronto se trata de un ser que cuenta con la fuerza que le aportan los pilares rotos que se encuentran a sus espaldas. Una columna rota es un símbolo tradicional de fortaleza, en alusión a Sansón quien al ser cegado (¿se acuerdan de Dalila?), se vengó de los filisteos derribando las columnas del templo, matando a centenares de ellos y muriendo él mismo. Pero el muchacho de nuestro cuadro lleva un báculo (o al menos lo parece) y entonces podemos imaginar que se trata de un peregrino que bien podría estar de viaje con su esposa e hijo. ¿José y María en huída a Egipto?

Una antigua descripción de la obra menciona la escena que comentamos como “paisaje con soldado y gitana”. En verdad no se sabe si ella, la dama que amamanta a su niño, es una gitana. Tampoco sabemos muy bien si él es un soldado. Muchos expertos (yo no, convengamos que solo repito lo que he leído por ahí) creen que esta figura femenina representa a la Virgen María. En todo caso, fuere quien fuere, nuestra dama nos mira directamente a los ojos, rasgo más que sugerente de esta obra. Luego, ella lleva una tela blanca sobre los hombros, signo de pureza, lo que parece tener sentido. Pero esta tela no solo está allí para destacar la pureza, tiene además la función de desviar nuestra mirada hacia la camisa del hombre, también blanca.

Hay un detalle bastante desconcertante, al menos para mí. Prácticamente a los pies de la mujer vemos a una serpiente entrando en un agujero practicado en la tierra. Hay quien comenta que la presencia de la serpiente alude a que esta mujer sería Eva y, si así fuera, el niño que amamanta no sería otro que Caín, el primer hijo de Eva. Como pueden ver, el cuadrito no está fácil, que hay tela para cortar. ¿En qué quedamos? ¿Gitana, María o Eva? Flor de lío, ¿no creen?

Vamos, ahora, al paisaje. ¿Qué vemos? Esencialmente tres cosas, a saber:

a)Una ciudad vacía o abandonada en la que queda como única moradora una cigüeña blanca que está posada sobre un techo (a la derecha, un poco más abajo del relámpago, casi imperceptible), que permanece ajena a la inminente tormenta, como las figuras que aparecen en primer plano.

b)Luego una serie de árboles imaginarios en los que los follajes han sido magistralmente plasmados y sobre los que animo a decir que han servido de ejemplo a paisajistas de la talla de Constable o el mismísimo Corot. Está de más decir que tanto Giorgione como tantos otros maestros de su tiempo (el caso más célebre es el de Leonardo, claro está) realizaban estudios de espacio natural pero, a la hora de poner manos a la obra inexorablemente debían hacerlo entre las paredes de sus estudios o talleres. Bien sabemos que la pintura al aire libre es cosa del siglo XIX. Y un detalle más sobre estos árboles: podemos observar que los troncos de los que se encuentran a la derecha de la imagen presentan una posición diagonal, paralela al báculo del hombre, fuere éste quien fuere. ¿Un cierre compositivo en búsqueda de equilibrio en la imagen?

c)Finalmente, la cereza del postre: el paisaje está cargado de luz y color aportado por un cielo en el que se distingue un rayo que ilumina la ciudad desierta. Un fenómeno atmosférico que es frecuentemente un símbolo de la ira de Dios y, quizás, la clave del significado de este cuadro. Pero, más allá de la simbología, tenemos en este cielo, en el rayo mismo, un uso innovador de la luz y el color, ensamblaje de sus imágenes disímiles, aspecto que crea la magia singular de esta obra.

Esto se termina, me parece suficiente por hoy. Sin embargo, como me gustan las contradicciones y las preguntas que no siempre tienen una sola respuesta, les dejo la reproducción de otro cuadrito, nada menos que de Éduard Manet: Almuerzo sobre la hierba.

¿Hay conexión entre estas dos obras? Buena pregunta ¿no creen? Develaremos el misterio en otra oportunidad, ya habrá tiempo.

(1) Para ver más amplia la repruducción que aquí se publica, hacer "click" en la imagen o, en todo caso, buscar una mejor alternativa en Internet, que hay muchas.

17/7/10

Dos (una historia por entregas) 2.4.

De nuevo por casa, con la Casa. Como ven, la saga continúa, soy un resistente. En este caso con un poco de aporte tecnológico, compartiendo imágenes tomadas durante parte del proceso constructivo iniciado una vez que se obtuvieron los primeros fondos para ejecutar la obra y fueron completados los trámites administrativos del caso. El vídeo que compartimos es mudo. No hay música ni palabras. La música, en este caso, se la dejo a la imaginación de cada uno. Las palabras –pretendidamente explicativas, seguramente insuficientes, o redundantes, vaya uno a saber- las aportaré yo.


-Francisco, ¿querés exponer en el encuentro del ICOMOS? (1)
-Vos sabés que soy curioso y cada dos por tres me meto en líos de todo tipo, Héctor. Pero estos tipos saben de lo que hablan, que no es mi caso. No quiero pasar papelones. Una cosa es lo que estudiamos en la facultad y muy otra es pasar por un especialista del Restauro.
-Dejate de embromar. Lo de Las Goletas hay que mostrarlo. Ninguno de nosotros averiguó lo que vos averiguaste.
-Héctor, no jodas, no es para tanto. Además no estoy solo en esto.
-Te hablo en serio. Conversé con los organizadores del encuentro y les pareció buena idea. Estás haciendo la obra, ¿o no?
-Y sí, la estamos haciendo, pero…
-¿Qué?
-No sé… se nos van a cagar de risa…
-Yo te meto en el programa. Vos preparate.
-Yo estoy preparado. Ese no es el punto. Héctor, estos ñatos se desayunan con nostros.
-Te meto en el programa.
-No.
-Sí.
-Vamos a pasar papelones, Héctor.
-No creo.



Palabra más, palabra menos, este diálogo ocurría en las oficinas de la Dirección Provincial de Estudios y Proyectos del viejo Ministerio de Obras Públicas, en ese entonces a cargo del Arq. Héctor Domínguez. En rigor de verdad la reunión se produjo para explorar la posibilidad de realizar una intervención en el edificio del Museo del Fin del Mundo (edificio de la antigua sucursal en Ushuaia del Banco de la Nación, convertido en museo en 1979, luego de la donación del inmueble al entonces Territorio Nacional, por parte de la entidad bancaria un año antes), con el objeto realizar necesarias tareas de mantenimiento y sobre todo, recuperar el frente y otros sectores exteriores que se encontraban muy deteriorados, en especial la gran vidriera de la fachada. La intervención pudo realizarse tiempo después, aunque esta es otra historia. (2) Debo agregar que Héctor, por su cargo en la Administración, había sucedido como delegado de la Comisión Nacional de Museos a Roberto Rimoldi, su antecesor.

Mi colega y amigo terminó convenciéndome. Lo cierto es que el 1 de junio de 1994 comencé la exposición más o menos de este modo:

-Ustedes, espero, sabrán perdonarme…

Entre otros, estaban allí los delegados de las regiones Noroeste (imaginen, Salta, Jujuy…), del Noreste (¿les suenan las Misiones Jesuíticas?), Córdoba (nada menos), el Arq. Carlos Moreno… Y yo ahí, muerto de miedo, como cuando rendí el final oral de Historia III con la Arq. Scarone, adjunta a la cátedra de su esposo, el Arq. Jorge Gazaneo, sobre todo si te tomaba la mismísima gorda en persona. Aclaro, miedo escénico sí, pero no desarmado. Cuando te jugás, jugás a todo; si no, no juegues. Allí estaban las fotos, los planos y los vídeos. Todo un arsenal gráfico, por las dudas. Parte de este material son las imágenes que aquí se comparten. (3)


Si repasamos estas imágenes, podemos observar, en primer término, las características del terreno en donde finalmente se emplazó la obra, llamado “Paseo de las Rosas”. Este nombre surge de una iniciativa que habían tenido varias señoras de Ushuaia, consistente en plantar en las inmediaciones un rosedal que no prosperó, fundamentalmente por falta de atención y mantenimiento. Lo cierto es que el lugar estaba muy cercano a la costa y allí no había paseo alguno. Hoy, esta parte de la ciudad ha cambiado sustancialmente. El primer cambio fue, justamente, el paseo que se configuró en torno a la Casa Beban. Años después, se construyó la doble mano de la Av. Maipú y chau costa. Quienes han seguido (o siguen) esta saga, habrán podido observar por ahí un plano general de implantación que nunca se llegó a concretar, como suele ocurrir muchas veces. Cada vez que cambian los gobiernos (en este caso el municipal) se empieza de nuevo y lo hecho por el anterior, se deja de lado. Aquella propuesta contemplaba a las rosas. La actual es asfaltada.

Se puede observar también una secuencia en la que hay un operario haciendo equilibrio sobre unos pilares de madera. Esta corresponde a otra obra (nótese que hay dos carteles de obra, ambos de igual tamaño e importancia, uno por la Casa Beban y el otro por una obra menor, supuestamente complementaria) que apenas iniciada la que nos ocupa, aparece como por arte de magia, exactamente delante de la fachada de la nuestra, tapándola o, en todo caso, obstruyendo la imagen paradigmática y, de paso, complicando a los turistas que para sacarse el obstáculo de encima y capturar en una foto limpia la casa escandinava tuvieron que emular durante varios años al hombre de goma.

Se trató de una glorieta, bonita por cierto, aunque no tiene la más mínima relación con la arquitectura austral, sino más bien con revistas de arquitectura en madera editadas en los Estados Unidos o, por ahí, la copia de alguna foto tomada en algún lugar de Alemania, durante un período vacacional. (4) Por suerte, unos cuantos años después, alguien cayó en la cuenta del error y esta glorieta se reubicó más atrás, integrándose al paseo, de modo tal que tuviese como telón de fondo el Canal Beagle (y no la Av. Maipú, calle de alto tránsito), posición mucho más acertada si consideramos que la función de esta glorieta no es puramente ornamental. Allí, en los meses de primavera y verano, se realizan presentaciones de grupos musicales juveniles. ¿Alguien puede pensar un escenario donde se ejecute música al aire libre con un telón de fondo consistente en una avenida de alto tránsito, en vez de recostarse sobre el paisaje del canal y el silencio que el mismo prodiga? Respuesta: no. Sin embargo hubo quien lo hizo. Yo no fui.

Luego, se pueden ver claramente las características generales de la estructura de los tabiques de madera. Todavía hoy son utilizados en muchas construcciones de la Patagonia Austral, tanto en la Argentina como en la República de Chile, aunque la madera ha perdido cierto terreno frente a otros materiales más actuales, a excepción del caso de las construcciones precarias, pobreza –creciente- mediante.

En nuestro caso debemos acotar que las escuadrías de la tirantería utilizada son mucho más robustas que las habitualmente utilizadas (las mismas que se utilizaron originalmente, concretamente 4” x 4” y 3” x 4") y, además, los tabiques fueron rediseñados en función de las exigencias del imprescindible cálculo estructural antisísmico que las normas imponen. Luego, al refuncionalizar parte de la casa, hubo tabiques en los que se practicaron importantes vanos para dar continuidad a los distintos sectores de las salas de exposición, por lo que debieron incluirse vigas reticuladas, apoyadas en pilares o columnas compuestas. Nótese también que la totalidad de los tabiques está construida con maderas nuevas y de la zona. En cambio, la estructura de la cubierta se rehízo con los tirantes originales (también de la zona, pero con unos cuantos años encima; la madera es un material muy noble), agregando algunos refuerzos en los sitios que anteriores intervenciones los habían retirado o dañado. Acoto, no recuerdo si ya se ha dicho, que los materiales de “obra gruesa” no eran transportados desde Europa, sino tomados de la zona. Nosotros hicimos lo mismo que Don Fortunato.

Volviendo al techo, o mejor dicho y en términos más amplios a los revestimientos de chapa de cubierta y tabiques exteriores, se observa con claridad que la mayor parte de la cubierta se reconstruyó con las chapas de cien años atrás. En el caso de los tabiques esto resultaba imposible, no solo por el deterioro, sino porque la mayor parte de estas chapas ya no estaban en su sitio, toda vez que fueron retiradas antes. Si se repasan las imágenes que registran el estado en el que se encontraba la casa antes de ser desarmada se verá, por ejemplo, que la fachada había sido revestida con tablas de madera machi hembrada y que las chapas de laterales y fondo o estaban muy deterioradas, o ya no estaban en su sitio.

Puede ser que a algún colega le interese saber el criterio adoptado para las fundaciones (los cimientos para todo el mundo) que como era obvio, no podían volver a ser simples “zoquetes” (pilares de madera hincados en el suelo) ya que ellos se pudrirían con el tiempo, tal como ocurrió con los originales. Pero además el terreno (repito, muy cercano a la costa) no tenía muy buena capacidad portante, me animo a decir que casi ninguna. El problema residía en que era necesario recrear la sensación de un piso de madera, separado del suelo, apoyado en vigas de mismo material que descargan en los zoquetes (que ofician de pequeñas columnas), con una cámara de aire inferior que resguarda de las bajas temperaturas. Y no solo esto, sino algo más importante: el piso, al ser caminado, suena a hueco. La solución la aportó Bruno βerga, un alemanote venido a la Argentina cuando joven, gran calculista, fanático de las normas DIN y mejor amigo. (5) Lo que ven ustedes en este vídeo no es otra cosa que una platea invertida apoyada en un relleno compactado de suelo seleccionado, con vigas de refuerzo en las que no sólo apoyan los tabiques (todos ellos portantes) sino también el envigado de madera sobre el cual se apoya el piso que, como se podrán imaginar, suena a hueco. Hay cámara de aire y separación entre el nivel de la vereda perimetral y el tabique de madera propiamente dicho a los efectos de separarlo de la acción del agua y/o la acumulación de nieve.

Voy terminando este post, que se ha puesto extenso, señalando dos detalles: el primero, menor, es el de la cañería de gas que se observa por ahí. Los caños delatan la fecha en que estas imágenes han sido tomadas, ya que aún no se conocían en la Argentina los que son ahora de uso corriente, esto es los que llevan un revestimiento epoxi, característico por su color amarillo. También los de Hidro-Bronz para el agua y la calefacción central, hoy superados por los tubos de polipropileno copolímero random (y olé). El segundo, más importante, es la imagen de dos trabajadores dando vueltas por los costados de la construcción. Se trata de Don Vega y su primo, eximios carpinteros de obra de nacionalidad chilena, radicados hace añares en Ushuaia. Si querés hacer una obra de madera bien hecha, llamate a un buen par de carpinteros chilenos. Ellos saben muy bien de que se trata.

Me olvidaba de un detalle. Cuando concluyó la exposición, aquel 1 de junio de 1994, el Arq. Carlos Moreno se acercó, me saludó efusivamente y me dijo: “No se te ocurra bajar los brazos, pibe. (6) Estás haciendo lo correcto y lo hacés muy bien. No aflojés.” Confieso que en ese instante pensé en los frescos de Miguel Ángel en el techo de la capilla Sixtina, mientras un coro de ángeles cantaba el Himno a la Alegría, de la 9na. de Beethoven. También confieso que, a partir de las palabras del maestro, me animaba a todo. Y estoy dispuesto a redoblar la apuesta. Ahora, mis amigas y amigos, me voy a escuchar a Ludwig.


(1) ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios)
(2) En verdad esta experiencia, la del museo, tiene unas cuantas aristas interesantes, algunas muy graciosas o curiosas, como el ascensor que actualmente se encuentra en el acceso al edificio. Un día de estos por ahí la cuento.
(3) Además no estaba solo. Allí estaba también Bocha Martínez, quien compartió conmigo casi todo este camino. Lo interesante del caso y que muestra hasta qué punto puede llegar la osadía, en tanto jóvenes, es que Bocha no es arquitecto, ni siquiera técnico, ya que tuvo otra formación. Eso sí, el tipo no es ningún boludo y además fueguino, tenía su “chapa”. Cuando recuerdo las explicaciones del Bocha a los ilustres y eméritos colegas no puedo dejar de sonreír con cierta añoranza y pensar en muchos buenos momentos, ciertamente divertidos, a veces hilarantes.
(4) Es necesario manifestar que hubo un período bastante prolongado, todavía nos encontramos saliendo del mismo, en el que algunos colegas procedieron a "inventar" una arquitectura "fueguina" que jamás existió en términos históricos. Inventar o promover cierto esquema estético (aunque manierista y poco funcional en muchos casos) no tiene nada de malo. El punto con el que no puedo concordar es la creación de una falacia, esto es una arquitectura que "antes" nunca existió, mientras que se ignoraron los fundamentos de aquella arquitectura que sí existió y simplemente, salvo escepciones, fue lisa y llanamente demolida.
(5) Bruno falleció hace ya unos años. Desde aquí mi recuerdo a un muy buen tipo y un mejor profesional. Siempre recuerdo que, en este caso, Bruno me decía: “Frangcisco, acá lo que tenemos que hacer es un bargco. Es lo mismo, como un bargco… la casa flota, bogludo.” Acto seguido, se tomaba una cerveza.
(6) Aclaro que yo ya no era ningún pibe. Pero tratándose del maestro Moreno, se acepta. También aclaro que el vídeo que aquí se muestra fue realizado por la gente de Gama Producciones.