31/5/10

Doscientos (31 de mayo, 2010)


Ultimo día de mayo. La fiesta no ha terminado. Las autoridades nacionales, según he podido leer por ahí, han programado un nutrido calendario que aún no termina (ver nota publicada al respecto), en el afán de “capitalizar” lo que –sinceramente- no creo sea “capitalizable”: la expresión popular, genuina y espontánea, protagonista real de estos días. Los que hemos sido paridos en esta tierra deseamos estar en las calles festejando, por muchas razones. Parafraseando a Serrat necesitamos celebrar la alegría, que algunos se obstinan en retacear más de lo debido. Deseamos que nos dejen de joder con el pasado de una buena vez por todas, poder mirar para adelante, construir, ya no destruir.

Creo imprescindible recuperar la saludable costumbre de la fiesta popular y, en aquellos pueblos o regiones del país donde nunca se olvidaron fiestas y tradiciones, potenciarlas. Los argentinos no somos tan raros, apenas un cóctel de culturas yuxtapuestas. Queremos a nuestro país, por más que no siempre se nos note y convivamos con un eterno complejo de inferioridad que nos lleva a la fanfarronería, propia de la inmadurez adolescente. No nos faltan los defectos pero no son pocos los rasgos positivos de nuestra diversa sociedad, empezando –precisamente- por la mismísima diversidad.

Pienso que nos falta mucho todavía. Sin embargo va creciendo (como el árbol, desde el pié) un espíritu comprensivo que va tejiendo un entramado secreto y silencioso, cual paciente manta engendrada en el humilde telar manejado por sabias y sufridas manos artesanas, que un día podrá cobijarnos a todos, absolutamente todos. Y, en la calidez del cobijo, seremos definitivamente una Nación, ya no un Estado. Y éste, finalmente será República.

Mientras los protagonistas del poder se apuran a encomendar encuestas a los consultores de siempre para saber de qué se trata, me ilusiono al suponer que el pueblo esta vez va sabiendo, justamente, de qué se trata.

Apuesto al cambio, juego un pleno a la vida.

La fotografía, gentileza de Wikipedia, muestra la reconstrucción del Cabildo de Buenos Aires, tal como se lo puede ver en nuestros días, en una de las cabeceras de la histórica Plaza de Mayo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo felicito.