30/5/10

Doscientos (Se viene la redonda)

Se viene, nomás. En un par de semanas seremos millones los seres humanos que estaremos prendidos a la pantalla: se viene “el mundial”. Nótese que he dicho pantalla, sin adosarle su (hasta no hace nada) complemento conceptual: del televisor. Es que ahora este asunto de las pantallas es diverso, las hay de todo tipo y tenor.

Pero no nos vayamos por las ramas y apuntemos a la filosofía, pensamiento puro: el fulbo. ¿Qué nos deparará la globa, esa que no sólo no dobla sino que tampoco trasiega caminos rectos? Escuché decir por ahí que la nueva pelota “oficial” (otro negoción, como todo lo que rodea a este verdadero show global) es un poco díscola. No desea ser pisada, amasada, cacheteada, acariciada. Sirve, al parecer, para correr y correr. Correr como locos, que no es lo mismo que jugar como a nosotros nos gustaría. ¿Será Messi el mismo del Barsa? ¿Podrá Maradona asumir que él no juega, que hoy lo hacen otros? Y Verón ¿…? ¿Jugará Palermo y, si lo hace, la embocará para convertirse en un héroe del Olimpo?

Luego, otras cuestiones fundamentales: ¿a qué hora jugamos? ¿Cuál es la diferencia horaria? ¿Dónde queda Sudáfrica? ¿Durmieron bien los jugadores? ¿Tienen la Play? ¿Las botineras a qué se dedicarán en tan complejo trance? ¿Dónde vemos el partido? ¿Cómo hacemos para meter una pantalla gigante en la oficina (las pantallas… las pantallas)? ¿Llevaron carne los muchachos? ¿Moreno permitió la exportación de alimentos para los nuestros gladiadores? ¿La volverán a cagar los “barras”, esos que hasta se han dado el lujo de viajar en el mismísimo avión que trasladó a la nutrida delegación argentina, siendo que los jugadores son 23 y el cuerpo técnico no pasará de diez tipos? ¿Seremos campeones? Y si lo somos ¿tendremos un Bicentenario II? Es mucha cosa, así no se puede vivir.

El problema es que no somos los únicos. Compiten 32 equipos y detrás de ellos hay tantos fanáticos como nosotros. Eso, en todo caso, no sería nada. Los players y delegaciones de los 32 equipos quieren lo mismo: ganar. Tanto es así que ya empezamos a ver algunas curiosidades, algunas hilarantes. No falta quien asocia esta magna competencia con escenarios bélicos. ¿Será para tanto? Respuesta: sí. Son demasiados los intereses en juego, tanto que lo que menos cuenta es el juego. Corrijo: los que menos contamos somos nosotros, que la vemos por la pantalla, ya no la televisión. Es que somos masoquistas. Y fanáticos, repito.

Es una lucha…

3 comentarios:

S. dijo...

Muy bueno!!!
Un beso.

Palabras como nubes dijo...

Realmente, Francisco... A ver, para no sonar ofensiva diré sólo que me tiene sin cuidado el mundial. Y bué.

Abrazo
Jeve.

ars dijo...

Pero la "redonda" nos puede...