29/3/09

Noche

Hace minutos que ha pasado la medianoche. La oscuridad prevalece. También el insomnio, la reflexión y –por qué no- las ilusiones. La noche, oscura, a veces nos permite encontrar la claridad. Pero también nos arroja descaradamente a la soledad. En la noche, sin ruidos ni fiestas, estamos a solas con nosotros mismos y, no hay remedio, es el momento de pensar, de mirarse al espejo sin filtros ni excusas, de saberse limitado.
Me consuelo en la certeza del amanecer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quienes entienden de los "bioritmos" clasifican a las personas como "alondras" y "buhos", noctánbulos, entre quienes me cuento. Los noctámbulos sabemos disfrutar de los momentos de verdadera paz y serenidad que se dan cuando está aplacado "el mundanal ruido"... y en esos resquicios uno puede, realmente, encontrarse con uno mismo.

Paulina