6/2/10

Dos (una historia por entregas) 1.2

De la lectura de las plantas de la vivienda surge con claridad que estamos ante un típico caso en el que se plantea una circulación a la que se vuelcan una sucesión de cuartos o habitaciones que cumplen distintas funciones específicas. Esta circulación no es otra cosa que la clásica “galería” que hacía de nexo entre las distintas habitaciones de una vivienda y a su vez del conjunto a un espacio central o patio, tal como se concibió la arquitectura habitacional hasta por lo menos principios del presente siglo. En nuestras entrevistas con miembros de la familia Beban, estos definían natural y repetidamente “la galería” al esquema circulatorio de la vivienda.


En el caso que nos ocupa, esta suerte de espacio central tiende a desaparecer como tal y se lo ocupa con habitaciones, cosa que no extraña ya que no debe olvidarse que se trata de un proyecto concebido en Suecia –país de clima frío, similar al de Tierra del Fuego o aún más riguroso- que fue implantado en Ushuaia. Es así que no tenemos “el patio central” que es común observar en innumerables construcciones de fin del siglo pasado y principios del presente en otros sitios, entre ellos varias ciudades de nuestro país. A pesar de ello el concepto circulatorio y funcional sigue parámetros que son comunes a este tipo de partido.

Es más, no deben extrañar en absoluto los conceptos de iluminación y ventilación de la mayoría de los locales que conforman el edificio. Ellos se vuelcan a la galería y, si bien hoy estos espacios son definidos como de “primera categoría” (dormitorios, por ejemplo), no podemos dejar de insistir en que estamos ante un partido pensado para climas fríos, con origen el climas adversos, con escaso sol. En este y otros casos de la arquitectura de Tierra del Fuego de aquellos tiempos, para proceder a la ventilación de los cuartos, bastaba con abrir transitoriamente las ventanas de frente y contrafrente, generando de este modo una corriente de aire que atravesara el eje circulatorio de la vivienda y, a partir de allí, permitir la entrada de aire renovado a través de ventanas y puertas que se volcaban a núcleo central: la galería. O dicho de otro modo, el eje circulatorio del edificio.

Por otra parte, obsérvese que existe una lógica bastante clara en cuanto a la definición de zonas privadas y públicas de la vivienda. Podemos visualizar un eje izquierdo en el que se suceden las salas, el comedor y finalmente un sector de servicios, y un eje derecho que concentra los dormitorios o habitaciones privadas.

En la planta alta, una nueva sala íntima y posiblemente un dormitorio auxiliar, aunque no estamos seguros del destino original de este espacio. En rigor de verdad tenemos la convicción que el mismo ha mutado en cuanto a su función o uso según el paso del tiempo.

Finalmente, al referirnos a una tipificación de la arquitectura fueguina de fin de siglo, no hacemos más que recordar que nos encontramos ante un ejemplo singular que, como hemos sostenido, es un producto de la revolución industrial europea y los tempos de consolidación de un conjunto de dominios de ultramar de muchos de los países de Europa Occidental. En el primer caso fue posible concebir construcciones que respondieron a los primeros esquemas de “prefabricación” seriada que conocemos, incorporando materiales nuevos y adaptables a diversas situaciones. En el segundo, la propia dinámica de la transculturación colonial, generó en estos países la necesidad de crear nuevos modelos constructivos que les fuera familiar en nuevas tierras. Los primeros colonos de Tierra del Fuego, y muchos de los que llegaron después, provenían de países nórdicos, eslavos, sajones. No resulta en absoluto peculiar que el modelo habitacional que ellos emplearon respondiera a su cultura de origen.

Nota: Así comenzaba el análisis preliminar que, luego de una intensa investigación, fue presentado formalmente a la Municipalidad de Ushuaia a los fines de fundamentar la reconstrucción de este edificio. La fecha (habrán visto los planitos que ilustran la presente nota) es 28 de febrero de 1993. La hoy conocida como Casa Beban, entonces asumida por todos como el Hotel Las Goletas, se había desarmado cuidadosamente casi un año antes. Aclaro, entonces, que cuando nos referimos al siglo "pasado" hablamos del siglo XIX y al decir "el presente siglo" hablamos del siglo XX. Es que ya han pasado unos años, los suficientes para que de una vez por todas cuente mi verdad, cansado ya de la desaprensión y el curioso "olvido" de los verdaderos protagonistas de esta historia o, dicho de otro modo, la asquerosa e ilegal apropiación del trabajo de otros, una costumbre fueguina.
Luego, si hoy tuviera que confeccionar la descripción del partido arquitectónico que se publica en este post, seguramente me hubiera expresado con mayor propiedad. Pero no es el caso. Esto es una historia real y en este sentido, no vale "reescribir" lo escrito e imposible rehacer lo hecho. Stalin manifestó alguna vez que "la mentira es un arma". Yo denosto, desprecio y combato en la medida de mis posibilidades a quienes adhieren a tal modo de pensar.

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