18/1/08

El Arte

El concepto de Arte se ha intentado definir a lo largo del tiempo de numerosas y muy variadas maneras, sin llegar a una conclusión universal. En mi opinión esta conclusión definitiva nunca llegará. En todo caso nos animamos a decir que en el contexto cultural de nuestro tiempo, resulta casi imposible definir unívocamente este concepto. Arte es todo lo que el hombre llama arte. No pocos afirman que en realidad no existe realmente el arte, sino los artistas.
En resumen, la idea "arte" es un concepto complejo, difícil de definir con palabras. Sin embargo, lo que nadie parece negar, es que la obra de arte produce sensaciones que nos conmueven o impresionan y nos provocan un determinado estado de ánimo. Pero para provocar esa emoción es necesario que la contemplación atraviese un proceso intelectual, es decir, se requiere una formación, saber observar.
Observar una obra no significa decidir si gusta o no gusta. La percepción de una obra de arte no es un exclusivo acto instintivo, sino un complejo proceso en el que interactúan la razón y nuestros sentidos. Para apreciar una obra de arte debemos, ante todo, saber diferenciar entre ver y observar, abriendo el espíritu y poniendo a prueba el intelecto. El arte es propio de la naturaleza humana y el hombre es, precisamente, la extraordinaria conjunción de cuerpo y mente.
Atrás de una imagen hay colores, luces, formas, símbolos escondidos que quieren decir algo. Comprender y apreciar esta imagen requiere un proceso de formación, ya que:

•Es necesario interpretar ese lenguaje, conocer la intención del autor, sus códigos.

•Es recomendable conocer la morfología con la que construimos ese lenguaje. Toda obra de arte responde a una técnica.

•Es indispensable ponerla en relación con el espacio y momento histórico en que se produce, porque la obra no tiene sentido fuera de su ámbito y de sus condicionamientos socioculturales.

Completando la formación del espectador, educando su sensibilidad, estará en disposición de convertirse en receptor, consiguiendo que la obra se mantenga viva. El análisis visual, o de otro tipo, por caso el audiovisual, requiere entrenamiento, a partir de elementos más complejos, relacionados con la expresión estética. Cito algunos, determinantes desde mi punto de vista:

•La percepción: Es la que nos permite delimitar los elementos formales de la obra.

•La estructura: nos descubre los componentes de la obra de arte.

•El significado y la época: Ya se dijo, la obra no tiene sentido si no pretende decirnos algo. Su significado es esencial en la interpretación de la obra de arte. Toda obra de arte está atada a su tiempo, es consecuencia del mismo.

•El concepto de estilo: Si bien vale la pena tomarlo en cuenta, es un concepto relativo. Se puede construir un edificio gótico en el s. XX, pero ello no nos permite clasificar la Historia del Arte (P.Ej. la Catedral de La Plata, en la provincia de Buenos Aires).

En otras palabras, las distintas formas de expresión artística como la arquitectura, pintura, escultura, arte decorativo, diseño, fotografía, cómic, cine, música, danza, y tantas otras, son modos de comunicación; una forma de trasmitir mensajes. Dichos mensajes pueden ser múltiples y concuerdan con el contexto histórico y cultural de cada época. Hay diversos tipos de mensaje. Cito algunos:

•Mensaje intelectual: Cuando se trata de trasmitir conceptos abstractos, ideas, emociones, sugestiones, etc. Lejos de hacerlo a través de la imagen o de la figuración real, se trasmiten ideas o contenidos a través de imágenes no reales o que trascienden la realidad. Así, por ejemplo, la pintura egipcia o la pintura cubista se llenan de contenido intelectual.

•Mensaje Sensorial: Trata de provocar en el espectador una emoción o sensación a través de representaciones muy reales. Valdría, en este caso, tanto la pintura renacentista, la impresionista o su antecesora, la naturalista.

•Mensaje simbólico: Son imágenes que tienen una segunda lectura. En este sentido las representaciones mitológicas o religiosas que conllevan un simbolismo implícito. Buena parte de la producción artística contemporánea también.

•Mensaje historicista: Cuando representa un hecho histórico, que a través de la imagen se quiere exaltar, propagar o denostar.

•Mensaje social: Suele ir ligado a un sentido propagandístico de determinadas ideologías o poderes políticos, religiosos, económicos, etc. Muchos estilos o movimientos artísticos se han movido en función del mecenazgo que han buscado en la obra de arte su exaltación: lo mismo una monarquía que la iglesia o, por caso, los grandes poderes económicos u organizaciones sociales y políticas de diversa índole.

•Mensaje espiritual o religioso: Trata de provocar una emoción, devoción, fervor o miedo en el espectador, en consonancia con unas creencias. Naturalmente también tiene un amplio contenido propagandístico.

El prejuicio, nuestro peor enemigo.

Con frecuencia se admira la destreza del artista al representar los objetos y lo que más gusta son los cuadros y esculturas en los que lo que está representado aparece “como si fuera de verdad”. No se trata de negar que esto es importante. Sin embargo no debemos olvidar es que es posible representar la naturaleza, las cosas, las ideas, de diversas formas. Por ejemplo, un simple boceto lo puede conseguir, aunque presente menos detalle que un gran cuadro al óleo. No necesariamente una gran obra debe ser compleja, por el contrario, muchas veces es la sencillez lo que convierte a una obra en grande.
Precisamente la primer confusión o conflicto que produce la falta de entrenamiento al que nos referíamos surge cuando, aparentemente, la obra de arte parece haber sido realizada "incorrectamente", alejada de la reproducción fiel de la realidad.
Esto sucede especialmente si las obras pertenecen al arte moderno y/o contemporáneo, aunque si nos tomamos la molestia de escarbar un poco por el arte del medioevo, tanto en occidente como -muy especialmente- oriente, nos sorprenderemos con los altos niveles de abstracción de la época.
Ahora bien, seguramente muchas de las personas que así opinan, disfrutan –por ejemplo- con los dibujos animados de Disney. Lo más probable es que no se pregunten si Mickey se parece fielmente a un ratón o Donald a un pato. Quienes penetran en el mundo de Disney no se preocupan, en ese momento, del Arte con A mayúscula. No van a ver sus películas con los mismos prejuicios que cuando contemplan cualquier obra de arte moderno o de un contexto que les es ajeno o desconocen. ¿Lo de Disney, es arte o no lo es?
Cabría preguntarse, entonces, ¿qué es lo que esperamos de las personas que realizan el arte de nuestros días? Lo que no nos podríamos preguntar, porque descontamos que la respuesta es afirmativa, es si estos artistas poseen conocimientos técnicos suficientes para, por ejemplo, dibujar con corrección.
Por lo tanto, pienso que hay dos cosas que debemos plantearnos cuando contemplamos una obra de arte en la que encontramos una supuesta falta de "corrección":

•Primero, si el artista no tuvo sus motivos para alterar la apariencia de la que vio.

•Luego, que nunca debemos condenar una obra de arte por estar incorrectamente realizada, a menos que estemos completamente seguros de que quién está equivocada es la persona artista y no nosotros. Y, en honor a la brevedad, no me extiendo respecto de la pregunta del millón: ¿qué es o significa lo equivocado?

Hay que tener en cuenta que el artista pretende o aspira a ver el mundo de una forma nueva, sin ningún prejuicio. No existe mayor obstáculo para gozar de una gran obra de Arte que nuestra resistencia a despojarnos de costumbres y prejuicios.

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