10/10/08

Tomates y Carabelas


El Lycopersicon lycopersicum o tomatl es un fruto de la familia de las Solanáceas, como la papa (patata), el pimiento (ají), la berenjena y unas aproximadamente 2.300especies de plantas americanas productoras de alcaloides. Hablamos, sí señor, de su majestad El Tomate.

Considerado un alimento noble, se le han atribuido durante siglos virtudes afrodisíacas en el Viejo Continente, donde lo denominaron pomum amons (manzana del amor). En México y Perú es símbolo de buen augurio y no puede faltar en ningún banquete nupcial. Ya se sabe, entonces. A la hora de la "acción" no viene mal una prudente dosis de jitomate o xictomatl, si nos atenemos al decir de nuestros hermanos mexicanos.

El tomate ingresó en Europa a través de España, posiblemente por Galicia o Sevilla (me inclino por esta última, aunque no estoy muy seguro), pero su gran expansión se produjo en Italia, a través de las cocinas de Nápoles y Génova, así como de la francesa de Niza. Los italianos lo llamaron poma d’oro y los franceses, pomme d’amour.

No todo fueron rosas para tan admirable alimento: por su parecido a los frutos tóxicos de la belladona, el tomate tardó mucho tiempo en imponerse en la cocina, aproximadamente unos dos siglos, según se cuenta por ahí. Su supuesta toxicidad llevó a algunos botánicos a asignarle el nombre latino de lycopersicum -el pescado del lobo-, lo que motivó que su primera utilización fuese ornamental. No puedo menos que señalar lo ridículo que me resulta imaginar un dorado salón barroco de alguna corte europea decorado con bellos maceteros o jarrones de porcelana en los que se lucía una contundente planta de tomate. Hay que ser imaginativo para hacerse a la idea.

Pero la ignorancia nunca es eterna, circunstancia que, sumada a la innata vocación del ser humano de comerse todo lo que se le cruce en el camino (seres humanos incluidos, de vez en cuando), hizo que podamos disfrutar de inventos tan geniales como la Salsa al Fileto di Pomodoro, el Ketchup o el Bloody Mary. Como se ve, hay de todo y para todos...

Para ponernos a tono con estos tiempos, obsesivamente saludables y cada día más gastronómicamente sibaríticos, aportaremos algunos datillos esclarecedores. El tomate fresco es muy rico en agua (casi un 94% de su peso) y apenas contiene hidratos de carbono (3,50%), proteínas (1%), grasas (0,11%) y fibra (1,40%) con lo cual apenas aporta calorías (18 Kcal./100 g). Sin embargo, destaca su riqueza vitamínica y mineral.
Respecto a las vitaminas, la más abundante es la vitamina C (26,6 mg). Un tomate de 100 g cubre el 45% de las necesidades diarias de esta vitamina para un adulto sano. También aporta vitaminas de los grupos B y E, una aceptable cantidad de ácido fólico y una pequeña cantidad de betacarotenos, precursores de la vitamina A. Entre los minerales, deben ser señalados su contenido en potasio (250 mg), hierro (0,70 mg), magnesio (8,30 mg) y fósforo (27 mg).

Y esto no es nada: resulta interesante el hecho de que el tomate sea un vegetal que puede consumirse en crudo o en jugo (zumo), toda vez que de esta manera su contenido en vitamina C se mantiene prácticamente intacto y se aprovecha mejor. ¿Qué me cuentan?

Volviendo al asunto de lo afrodisíaco, me explico el entusiasmo de miles de personas que todos los años, en el mes de agosto, se enfrascan en el berenjenal (1) rojo que a los habitantes de Buñol –Valencia- se les ha dado en llamar La Tomatina. Allí, ya hace más de seis décadas que la cosa viene a los tomatazos, bien a la española ciertamente. A veces hay amores que matan y, si no lo hacen, dejan algún que otro contuso. Así y todo me imagino que la experiencia debe resultar bastante divertida. Que de diversión bien saben los ibéricos.


Me voy pensando en ensaladas, las que acompañan a nuestros criollos asados y las culturales, como la que se armó a partir de tres simples carabelas. Este mundo es muy curioso, tanto que resulta de lo más interesante. Me encantan las ensaladas, por complejas que resulten.

(1) Nótese que insconcientemente utilicé la palabra "berenjenal", siendo las berejenas primas del protagonista de este post, el tomate. Debe ser porque me encantan las berenjenas en escabeche...

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