16/12/08

Bauhaus


Hacia fines del siglo pasado, ese que para los que peinamos unas cuantas canas parece no haber pasado, tuve la suerte y el gusto de conocer personalmente lo que hoy queda de la Bauhaus.
Es que hacía unos treinta años que deseaba poder hacerlo y treinta años no son pocos. Entre otras cosas hubo que esperar que se cayera el dichoso muro de Berlín.
Para no pecar de extremista debo admitir que no es este el único caso en el que un conjunto de hombres y mujeres producen una revolución en términos de diseño, arte, arquitectura y unas cuantas cosas más. Lo que pasa es que esta gente (Gropius, Kandinsky, Klee, Van der Rhoe, Albers, y tantísimos más) revolucionaron el siglo XX, el de uno. Tanto fue así que, por ejemplo, todavía hoy es funcional, actual y apreciado un diseño como el de este sillón, que tiene unos 80 añitos en su haber.


No hace falta que este ignorante escriba pretenda refritar los ríos de tinta y los megabytes escritos sobre esta notable experiencia y sus protagonistas. Es muy facil encontrar referencias. Lo único que digo es que estos tipos me pueden.
"La abstracción es real, probablemente más real que la naturaleza". Esto lo expresó un tipo como Albers, pintor y diseñador que formuló algunos de los programas de educación artística más influyentes y significativos del siglo XX. Junto a Kandinsky, uno de los padres de la abstracción y, quizás, quien la llevó a su más alta expresión en su "Homenaje al Cuadrado"
.
Esta obra, en realidad, Albers la realiza en los '50, ya en la Universidad de Yale, toda vez que en 1933 la Bauhaus debió cerrar (bueno, es una forma elegante de decirlo, si se quiere), Nazis mediante. Pero, en 1923, el amigo ya se andaba con sus experimentos, entre otros este.


¿Hace falta que caiga en en Senecio de Klee? Bueno, ahí va, una más no molesta.


En fin, me podría pasar horas mostrando ejemplos que, por conocidos, no dejan de ser sorprendentes, admirables, si sabemos ponernos en contexto. Repito: Alemania, años '20.
Hay varios paradigmas que, hoy poy hoy, han mutado. En realidad no creo que haya un nuevo y contundente paradigma, como lo fue el planteo de la Bauhaus. Es natural, creo. Estos no son tiempos de definiciones, sino más bien de búsqueda, diversidad y mucho (pero muchísimo) humo.
Los muchachos de la Bauhaus encontraron un camino para crear con la tecnología. Hoy es la tecnología la que nos domina. No es lo mismo, en absoluto.
Ya se verá, nada es bueno o malo, sólo es y el tiempo sabrá asentar y equilibrar las cosas, como siempre.
Lo interesante de todo esto es que la belleza no desaparece, sino crece. ¿Soy muy obvio si afirmo que lo bello me conmueve? Y bueno, seré obvio. Lo bello, especialmente la síntesis de la belleza, me conmueve.
La Bauhaus ha sido una síntesis perfecta, tan perfecta como la que formularon los maestros de Renacimiento. Ellos también me pueden, aunque se trata de otra cuestión y ya habrá tiempo de concentrase en esa prodigiosa generación de artistas.

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