31/1/11

20.000

Un día empecé con ars y las razones para haber empezado fueron superadas. Porque todo cambia, como bien dice una canción.
Entre esta noche y la madrugada de mañana serán 20.000 las veces que alguien, por las razones que sean, habrá entrado a este lugarcito. Así reza ese globito nervioso que un día agregué por curiosidad.
Sé muy bien que esta cantidad de contactos es muy poco si establecemos comparaciones con muchísimos sitios de la Web, seguramente mucho más interesantes que este espacio. Así y todo, estas primeras 20.000 visitas son para mí una apabullante cantidad.
Muchas gracias a todos los que por aquí andan o anduvieron. Trataremos de seguir con esto. Y a mis amigos, doble agradecimiento. Ellos fueron quienes me alentaron a seguir.

28/1/11

Musiquitas y Chacareras

¿Chuck? ¿Keith? ¿Quienes? ¿Berry & Richards? Sí, se trata de ellos. A escuchar este divertimento. Rock, ¿qué más?


Como es viernes y en este lugar del planeta vamos hacia la medianoche se imponen otras músicas, originarias ellas, por caso un blusito.


Están Chuck y Keith -entre las sombras, situación propia de los grandes- y se agrega Eric. El eterno y polifuncional Eric Clapton.

Esta historia, que no es ninguna, apenas un desordenado divague que apela a la memoria, concepto esquivo si los hay, no puede terminar con lo expuesto. Es necesario hablar de Chuck, el de 1958, por ejemplo.


Por ahí salen unos músicos más que conocidos hablando de Chuck. Es que el tipo ha sido unos de los principales exponentes del primer Rhythm and Blues,un derivado del Jazz y el Gospel que nos supo regalar el Rock, entre fines de los '40 y mediando los '50. Nada menos.

Por esos años Jackson Polock le daba al Action Painting; los maestros de la Bauhaus hacían capote en una "América" con vocación de potencia; Hooper mostraba la otra realidad de esa región del planeta, la de bares y soledades...

Ya he dicho que esto es un divague, situación que permite una pregunta: ¿adonde nos ponemos los habitantes del sur? Respuesta: tenemos la Chacarera. Mi convicción dice que ella es el Rhythm and Blues de nuestra tierra. ¿Lo ponés en duda? Escuchá, sé amplio y asociá. En el norte tienen el crossroads, aquí tenemos la salamanca.



Lo que acabás de ver y escuchar, si has tenido paciencia, es nada menos que "La Juntada". Peteco Carabajal, Raly Barrionuevo y los Cuplanaco.

Tendrás razón si no le encontrás sentido a este post. Se trata de mis fantasmas. También de las cosas que tienen que ver con la identidad cultural que uno lleva a cuestas. No es menor el asunto.


Necesito agregar un par de comentarios al margen. El primero va dedicado a los músicos que acompañan a estas estrellas, en particular en el primer video. La cara de embole del pianista (el mismo que es especialmente saludado por Clapton en el siguiente video), y la del baterista, hablan por sí mismas.
El segundo pasa por la autocrítica. No supe elegir el mejor ejemplo a la hora de hablar de la Chacarera. Prometo buscar algo más claro, contundente. Porque ella es puro Rhythm and Blues. El de acá, sur mediante.
Otro si digo: ha sido corregido el error que bien señaló el nada anónimo amigo RS. La salamanca no es una "salamandra".

14/1/11

Muros y Escaleras

"Está ya colocada mi escalera para que pueda ver a los dioses."

Hay una pintura que trata de muros y escaleras. También hay rampas. Escaleras y rampas tienen un marcado énfasis ascendente, sintetizando ideas de ascensión, gradación y comunicación entre diversos niveles de la verticalidad.
La obra que aquí intento comentar es de Óscar Agustín Alejandro Schulz Solari, es decir Xul Solar (1887 - 1963), Muros y escaleras, 1944; 35 x 50 cm; témpera sobre papel montado en cartón. Colección privada, Buenos Aires. Ella integra una serie de pinturas realizadas por el artista entre 1943 y 1944, normalmente utilizando la misma técnica, que se caracterizan por tener como motivo sombrías montañas o muros con escaleras y rampas. Los que saben de estos temas dicen que se trata de escenas, podríamos decir visiones, que remiten a un símbolo universalmente utilizado en iconografías religiosas o herméticas.

Xul se caracterizó por ser un colorista nato, dueño de finísimas armonías y transparencias que se apoyan en brillantes colores. Sin embargo en esta serie de pinturas cambia drásticamente el tratamiento del color, utilizando una gama de colores sombríos, ascética: tierras, ocres, grises y algunas tonalidades blancuzcas. El clima es de amenaza y misterio. El espacio que se abre a nuestra mirada es misterioso. Lo es, entre otras cosas, por la cualidad que le confiere el minucioso registro de las escaleras y los muros que se pierden en el lado superior de la escena sin que podamos tener certeza respecto de su finitud. André Breton decía que “la pintura es un balcón abierto a lo desconocido.” He aquí un claro ejemplo.

El italiano Giorgio de Chirico, creador de la escuola metafisica, supo plasmar paisajes urbanos (sueños) en buena parte de su obra. En ellos los edificios afectan la memoria produciendo una sensación de pasado temporal. En el caso que nos ocupa esto también ocurre, aunque desde un punto de vista diferente, cargado de misticismo. Y si de pasado hablamos observemos las escaleras que aparecen en primer plano, a la izquierda de la imagen, y las edificaciones apenas sugeridas a la derecha. Además de revelar la capacidad compositiva del artista, aportando equilibrio y enfatizando la mirada necesariamente ascendente que nos propone, uno no puede dejar de pensar en ciertas tradiciones iconográficas. Las montañas y las construcciones como las que presenta Xul, nos remiten a la pirámide de Sakkara, a los zigurats mesopotámicos y a los teocalis precolombinos de América. Como en esas arquitecturas, en su pintura se hace referencia en la vía para la ascensión hacia el espíritu. Es evidente un lenguaje plástico cuyo vocabulario responde a la necesidad de ordenar las motivaciones profundas de su mundo espiritual.

A la derecha, en la parte superior de la pintura percibimos una luna con símbolos gráficos. En su obra, Xul usó diversos símbolos de tradiciones herméticas y de distintas religiones históricas; de la Cábala, la alquimia, el Tarot, la astrología, diferentes tradiciones chinas o hindúes, y otras. Allí está uno de los personajes que realizan distintas acciones en la pintura: una pequeña figura con los brazos en alto, en una actitud de plegaria o invocación. El resto de los personajes, así como las arquitecturas y los símbolos ya citados, nos llevan a inferir que la adición de detalles aparentemente incongruentes hace que resulten inagotables las interpretaciones a las que nos conduce el fuerte simbolismo de la obra, balcón abierto a lo desconocido.

Un santo, con la cabeza aureolada, lee un libro sobre una plataforma. Muy lejos, un hombre, quizás un peregrino, asciende por la rampa. Una mujer parece detenerse en otra rampa y observa a un guardián que asoma su cabeza por una ventana. En primer plano, a la izquierda de la escena, asoma una extraña cabeza con la cabellera iluminada.

“Xul me dijo que él era un pintor realista, era un pintor realista en el sentido de lo que él pintaba no era una combinación arbitraria de formas o de líneas, era lo que había visto en sus visiones.” (2)


Notas:
(1) Libro de los Muertos.
(2) Jorge Luis Borges.