31/3/10

"... y no hubo sangre en la Argentina"


Hace un año falleció Raúl Ricardo Alfonsín. Siendo decididamente un admirador de este hombre, no pude expresar palabra alguna en este, mi pequeño espacio. No pude.

Esta tarde asistí a un pequeño acto conmemorativo que realizó la Juventud Radical de Ushuaia en el sitio en el que ya siendo Presidente de la Nación, Alfonsín plantó un árbol en el contexto de los festejos relacionados con el centenario de la fundación de esta ciudad, en octubre de 1984.

Mientras transcurría este acto, humilde pero muy emotivo, observaba el edificio en donde funcionó la primera Legislatura de Tierra del Fuego, a partir del 10 de diciembre de 1983. Mientras lo hacía, recordaba la vigilia que muchos (y no sólo radicales) vivimos cuando el alzamiento militar carapintada encabezado por el Sr. Aldo Rico. Recordaba también que no éramos pocos quienes estábamos dispuestos a lo que se viniese con tal de defender el sistema democrático. Recordé, finalmente que como en otras tantas oportunidades, Raúl Alfonsín nos dió una lección a todos. Sí, así fue, porque la casa estaba en orden y no hubo sangre en la Argentina. Esas fueron sus palabras que, artera y artificialmente fueron por años tergiversadas. Repito, "...y no hubo sangre en la Argentina".

Lo que sí hubo fue juicio a los responsables del ERP y Montoneros, así como a los jerarcas militares que condujeron la sangrienta dictadura militar instalada en 1976. Y hubo un Nunca Más, el extraordinario trabajo que llevaron adelante hombres y mujeres de bien en el contexto de la CONADEP, presidida por otro gran argentino, Ernesto Sábato.


Mientras regresaba a casa, repiqueteaba en mi cabeza aquel "rezo laico", el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional, reiterado insistentemente por Raúl Alfonsín, proponiendo una nueva sociedad, otro país, donde se pudiera "...constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino."

Supo decir Perón que "el Pueblo no se equivoca". No se equivocó el Pueblo Argentino al acompañar masivamente a este estadista a su última morada.


Nota: las fotografías que ilustran este post han sido tomadas de la edición del día de la fecha del Diario Clarín, de la ciudad de Buenos Aires.

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